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martes, 5 de julio de 2016

A siete meses de lanzado, las obras del Plan Belgrano no arrancan

Por Antonio RossiAdemás, Dietrich, Aranguren y Frigerio le canibali
zaron el ministerio al radical Cano.

Presidencia
A casi siete meses de haber sido lanzado con bombos y platillos con el
 fin de “saldar la deuda histórica en materia de infraestructura de las regiones del NOA y NEA”, el Plan Belgrano -que pilotea el radical tucu
mano, José Cano- no ha logrado pasar de las promesas a las obras con
cretas y se expone en forma creciente a los cuestionamientos de las pro
vincias norteñas que ponen en duda el rol del organismo estatal que fue
 creado para agilizar las inversiones.
Puertas afuera del Gobierno, es el blanco de los reclamos que disparan
 los legisladores nacionales y los gobernadores de las provincias norte
ñas por las demoras que registran las promocionadas obras del plan Be
grano.Al frente de la “Unidad Plan Belgrano” (UPB) desde mediados de 
diciembre de 2015, Cano afronta una doble complicación operativa que
 desluce día a día su gestión como responsable de un proyecto que, en 
teoría, apunta a reducir la desigualdad social y económica de dos regio
nes postergadas.
La Unidad Plan Belgra
no que conduce Cano
 tiene cuatro subsecre
tarías de Estado, que 
en los hechos se super
ponen con dependen
cias de Interior, Ener
gía y Transporte.
Y dentro del gabinete nacional, prácticamente no es tenido en cuenta por los ministros de Interior y Obras Públicas, Rogelio Frigerio; de Transporte, Guillermo Dietrich y de Energía, Juan José Aranguren con los cuales debería planificar y coordinar la ejecución de las iniciativas y acciones que fueron anunciadas en el marco del plan Belgrano.
Tras haber constituido una de las principales banderas electorales, el Plan Belgrano recibió su puntapié inicial junto con las primeras medidas de la administración macrista. La Unidad Plan Belgrano (UPB) fue creada bajo la órbita de la
 Jefatura de Gabinete el mismo día del traspaso de mando presidencial
. A su titular se le otorgó rango de secretario de Estado con un organi
grama compuesto por cuatro subsecretarios-coordinadores (Desarrollo
 Humano, Infraestructura, Desarrollo Económico y Relaciones Institu
cionales y Comunicación) y dos directores-subcoordinadores de las re
giones del NOA y NEA.
Según los lineamientos oficiales, el Plan Belgrano contempla la puesta
 en marcha de un plan de infraestructura que en el plazo de una década
 implicará una inversión total de 16.000 millones de dólares en rutas, fe
rrocarriles, saneamiento, energía, aeropuertos, escuelas y viviendas.
A eso se agrega la conformación de un “Fondo de Reparación Históri
ca” por 50.000 millones de pesos para los primeros cuatro años del plan.
Objetivos demorados
Además de los montos en juego, los funcionarios incluyeron dentro de
 los objetivos del Plan Belgrano cinco puntos clave: una intervención rá
pida en los focos de pobreza extrema; subsidios para los fletes a los
 puertos; prioridad en la cobertura social e inversión educativa; un pro
grama de 250.000 viviendas e incentivos laborales y fiscales para las in
versiones privadas.

Macri con Manzur, Frigerio y Cano en la localidad tucumana de Yerba
 Buena.

Ante cada planteo de las provincias por las obras y las medidas pro
metidas que no llegan, Cano les pide que tengan paciencia porque
 los proyectos llevan un tiempo de coordinación e implementación.
Pero más allá de las excusas y explicaciones que pueda brindar, el
 principal problema que enfrenta Cano es que su organismo no tiene
 poder decisión, ni facultades para definir los proyectos, llamar a lici
tación y certificar los pagos de las obras.
Tal como fue diseñada, la UPB es un organismo más “testimonial que 
operativo” que hoy cuenta con un plantel de 50 empleados que poco 
y nada pueden hacer para sacar adelante las obras que están a cargo
 de las áreas y empresas que dependen de Frigerio, Dietrich y Arangu
ren.
Tal como fue diseñada
 la Unidad Plan Belgra
no de Cano es un orga
nismo más testimonial
 que operativo, que hoy
 cuenta con 50 emplea
dos y poco para hacer.
Las ambiguas e imprecisas funciones que Macri le asignó a la UPB sólo le permiten a Cano desarrollar las siguientes tareas de apoyo y relevamiento:
--Asistir al Jefe de Gabinete en el desarrollo y coordinación de las políticas sociales, productivas y de infraestructura que reduzcan la desigualdad entre la región Norte y el resto del país en coordinación con las áreas del Estado Nacional competentes en la materia.
--Efectuar el seguimiento del grado de ejecución de las políticas imple
mentadas en las jurisdicciones competentes involucradas.
--Entender en la priorización de los proyectos con financiamiento exter
no que se ejecuten en las jurisdicciones competentes involucradas.
La marginación que arrastra la UPB en la consideración del Gobierno 
quedó a la vista en la última semana de junio cuando se difundió la 
obra de 274 millones de pesos para la captación de agua y construc
ción de acueductos en la provincia de Jujuy.
Pese a que estaba encuadrada en el Plan Belgrano, en todas las publi
cidades efectuadas en los medios gráficos nacionales y provinciales 
no hubo ninguna mención a la UPB y los únicos que aparecieron co
mo responsables de la obra fueron el ministerio de Interior y el ENOH
SA (Ente Nacional de Obras Hídricas de Saneamiento).

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