Si hay algo que está dejando el gobierno de Mauricio Macri a esta nueva
Argentina es, lógicamente, un gran cambio en las costumbres presiden
ciales, donde en los últimos treinta años nos acostumbramos a tener pre
sidentes con personalidades fuertes.
Argentina es, lógicamente, un gran cambio en las costumbres presiden
ciales, donde en los últimos treinta años nos acostumbramos a tener pre
sidentes con personalidades fuertes.
Don Raúl Alfonsín, el mejor orador en la historia política argentina; Car
los Menem, con un carisma sin igual; Néstor y Cristina Kirchner, que han
hecho de la política casi una religión. Con la excepción de Fernando de
la Rúa, a quien se lo distinguía por su carácter aburrido; y por nuestro úl
timo Presidente, Mauricio Macri, quien, si bien no tiene el don de la pala
bra, se identifica con ser un gran administrador.
El tema central de esta comparación de figuras presidenciales lo puso de
resalto el tuit que publicó la cuenta oficial de Mauricio Macri, quien mani
festó “…Cansado por la extenuante gira y actos, lamento no poder asistir
a los desfiles de hoy. Espero que se acerquen a Palermo y los disfruten…”.
El mensaje del Presidente causó la sorpresa de propios y extraños, ya que
nadie esperaba tal actitud; no siempre se cumplen 200 años de la creación
de la patria.
Rápidamente, el descontento social se propagó por las redes sociales, y
los equipos de imagen presidencial lo hicieron cambiar de parecer y con
currir al presidente Macri al campo argentino de polo, sede central del es
pectáculo de las bandas militares. Aunque se lo vio cansado y bostezan
do, su presencia calmó las críticas, hasta el momento en que se retiró,
cuando el locutor del evento manifestó que el Presidente se retiraba para
concurrir a otros actos por el Bicentenario.
Muchos argentinos se preguntaron: “¿Había algún otro acto más importan
te que el de las bandas militares en ese momento?”. Nadie lo sabrá, pero
el sentir popular dijo que no, y las redes sociales volvieron a estallar en
críticas.
Rápidamente comenzaron las comparaciones con el momento en que Evi
ta, a pesar del cáncer que la venía consumiendo, no quiso dejar a su com
pañero solo el 1 de mayo de 1952, pronunció su discurso por el ideario pe
ronista y cuando terminó cayó desvanecida en los brazos de Perón.
El 4 de junio de 1952, cuando Perón asumía por segunda vez la presidencia
de la Nación, los pedidos para que Evita permaneciera en cama, por su en
fermedad, eran unánimes. Sin embargo, ella contestó: “…yo voy igual, la ú
nica manera de que me quede en cama es estando muerta…”. Una masiva
dosis de calmantes hizo que concurriera, y se mantuvo en pie, nunca acep
tó sentarse.
Comparaciones de la historia que, si bien no son similares entre sí, por lo
menos nos hacen reflexionar.
El gabinete del presidente Macri tampoco estuvo en su totalidad; las urgen
cias de la gestión seguramente mantuvieron a sus integrantes ocupados en
lugares más importantes que presidir los 200 años de historia de la patria.
Lo cierto es que la situación vivida el domingo y la conferencia de prensa da
da por Marcos Peña, acompañado de Aranguren, sobre las tarifas de gas pu
sieron en alerta a varios ministros del gabinete nacional. La conclusión que
se escuchaba decir en los pasillos de la Casa Rosada era unánime: así no
vamos por buen camino, o cambiamos o nos caemos.
El ministro de Economía, Alfonso Prat Gay, está buscando otro destino; en
los pasillos de la cancillería se escucha decir que Malcorra se iría a pesar
de perder la votación en las Naciones Unidas, ya que las acusaciones por
el encubrimiento de los delitos en Africa la complicarían. Sería reemplaza
da por Prat Gay. El tema es quién ocuparía el estratégico Ministerio de Eco
nomía.
Las prioridades del Presidente, evidentemente, son distintas de las de los presidentes anteriores; ni mejores ni peores, sólo distintas. Pero las prioridades de los argentinos, también: unos se preocupan por los actos y los cargos, y los otros por llegar a fin de mes. Paradojas de la historia a 200 años de su creación.
*Director de Revista La Tecla
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