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miércoles, 10 de agosto de 2016

El kirchnerismo se sumó a la sesión de Massa para suspender tarifazos e interpelar a Aranguren

LPOEl FpV había llamado a una reunión a las 11, pero cedió a la presión. 
El artilugio legal de Camaño.
El kirchnerismo no soportó la presión del resto de la oposición en Diputados y aceptó participar mañana a las 10.30 de la sesión especial convocada por los diputados de Sergio Massa, para anular los aumen
tos de tarifas e interpelar al ministro de Energía, Juan José Aranguren.
Con sus aliados, el FpV, el Frente Renovador y el bloque justicialista
 de Diego Bossio no deberían tener problemas en llegar a los 129 nece
sarios para el quórum.
Como explicó LPO, el tigrense pidió esa sesión ayer para no sumarse 
a la que el FpV había llamado a las 11, con la lista de 82 proyectos pre
sentados para anular los tarifazos.
Como uno de ellos tenía dictamen, los K le pedían al resto de la oposi
ción reunir mayoría simple (129 votos) y modificarlo a gusto.



Pero ni el massismo ni el Bloque Justicialista, de Diego Bossio quisieron seguirle los pasos, pero como tampoco se animaron a ayudar abiertamente al Gobierno, optaron por una salida intermedia.
“Participaremos de la sesión especial porque hay que terminar con la incertidumbre de la gente y brindarle soluciones ante el aumento desmedido de las tarifas”, anunció Oscar Romero, jefe del bloque de Bossio.
El ex Anses tenía un camino fácil para no someterse a Massa y golpear a Macri en el mentón: como adelantó LPO, a las 9.30 está convocada la comisión de Obras Públicas, presidida por el pampeano Sergio Ziliotto, del BJ.
Como Emilio Monzó giró allí la mayoría de los proyectos sobre tarifas a esa Comisión, Ziliotto podría haberse reunido firmas para dictámenes de los proyectos incluidos en la sesión convocada por el FpV a las 11 e invitar a Massa a resolver todo por mayoría simple.
Prefirieron levantar la comisión e ir a los pies de Massa, que en su sesión especial incluye proyectos de Margarita Stolbizer y Victoria Donda para anular los tarifazos, además de la interpelación de Aranguren.
Pero tiene un flanco débil: ninguno de esos proyectos tiene dictamen (los K al menos tenían uno) y por lo tanto serían necesarios dos tercios de los presentes para tratarlos, una vez iniciada la sesión.
Cambiemos puede evitarlo si, abierto el debate, sienta al menos 70, un número al que llegan con radicales y macristas, pero el temor de Monzó esta tarde eran las ausencias de muchos de sus diputados.
Muestra de su nerviosismo, el presidente de la Cámara pidió catering para desayuno, almuerzo y merienda. No descarta quedarse varias horas.
Para evitar suspicacias, que nunca faltan, Graciela Camaño, jefa de bloque del Frente Renovador, evocaba un supuesto antecedente de 1945 de proyectos aprobados en la sesión sin dictá
menes. Nadie se la tomaba muy en serio. 

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