Fueron 34 años con soles, lluvias, temporales, etc. Ahí estaba Chiche
Barrera, en la céntrica esquina de San Martín y Calle 3, con su bien pro
visto Kiosco de diarios y revistas. Allí entre los diarios nacionales te
nía un lugar especial Opinión de La Costa.
Barrera, en la céntrica esquina de San Martín y Calle 3, con su bien pro
visto Kiosco de diarios y revistas. Allí entre los diarios nacionales te
nía un lugar especial Opinión de La Costa.
Una mañana de octubre de 2016, la cronista encontró a Chiche hojean
do la revista de nuestros 20 años, sentada en el escaparate que supo
estar cargado de actualidad.
“Fue una empresa familiar”.
Chiche Barrera: “Estoy grande, tengo 80 años, considero que cumplí
un ciclo, hay que dejarle lugar a los más jóvenes. El de canillita es un
“laburo” muy sacrificado, de todas las estaciones, de todos los días,
con sol, lluvia, tormenta, frío, calor…hay que estar”.
“Levantarse muy temprano para recibir los diarios de lunes a lunes,
tenemos pocos feriados; el Día del Trabajador, el Día del Canillita,
Día del Periodista, Navidad y Año Nuevo, nada más”.
“Sigo siendo dueña de la parada, si alguien me compra la licencia,
la vendo. El escaparate, ya está vendido”.
“Fueron 34 años donde pasamos de todo con mi familia, porque
siempre fue una empresa familiar. Nos dieron la parada por mí ma
rido, que a raíz de un accidente quedó en silla de ruedas”.
“La tecnología nos quitó clientes”.
Chiche Barrera: “A mí, este trabajo me dejó muchas alegrías, la gen
te cuando llegaba año a año a pasar sus vacaciones, me traían rega
litos. Ahora mismo llegan y se asombran, la gente se acostumbró,
sobre todo los del barrio. Les parece raro encontrar el puesto cerra
do”.
“Hay que decir que con la crisis cerraron muchos kioskos de dia
rios y revistas, en La Costa éramos unos 150 y creo que han queda
do 75”.
“La venta fuerte es en temporada, pero éste año bajó mucho tanto
en invierno como en temporada. Últimamente se trabajó para pagar
el acarreo, las distribuidoras cobran y es lógico; no van a trabajar
gratis”. “La tecnología nos quitó muchos clientes, la gente ahora
lee el diario en internet”.
“Nadie nos regaló nada”.
Chiche Barrera: “-Nadie me quedó debiendo…y si me quedaron de
biendo me olvidé”-. Dice Chiche sonriendo y ahora en condición de
clienta, agradece a su colega”.
“Ahora yo pasé a ser clienta de un colega, que todos los días me
trae el diario a mí; Alberto que está en 1 y 4. Hice una excepción
con Opinión de La Costa, que lo recibo todos los días, y lo entrego
a los abonados, como un favor de vecina, en éste caso particular”.
“No tengo quejas, nosotros nos hicimos de abajo, trabajando duro
con mis hijos y mi marido, la casa de quiniela más el kiosko, nos a
yudaron mucho, nadie nos regaló nada, al principio tuvimos que
vender muchas cosas de valor que teníamos, hasta que despacito
empezamos a remontar”.
“No estoy triste”.
Chiche Barrera: “Agradezco a Dios que me ayudó y me dio salud,
para abrir durante 34 años el puesto, a la gente que fue cliente y ami
ga”.
“Hoy me toca despedir al kiosko, no estoy triste, considero que cum
plí una etapa, parece que he sido una buena comerciante porque la
gente viene a saludarme, y entiende que tengo derecho a descansar.
La quiniela sigue en Av. San Martín y Calle 3, ahí están mis hijos Ale
jandro y Susana, a veces colaboro con ellos unas horas”.
“Y los fines de semana, a bailar tangos…Para eso sí, que no estoy
cansada nunca, me van a ver en el Portal del Sol y en el Centro de Ju
bilados Talas Sur. Yo sigo sacándole viruta al piso. A los 80 me llegó
la hora de disfrutar del 2x4”.
“Aprovecho esta nota que me hace Opinión para saludar a todos mis
clientes, deseándoles lo mejor, y agradeciendo la confianza que pu
sieron en mí”.
Lilia Galarza (Gala).
do la revista de nuestros 20 años, sentada en el escaparate que supo
estar cargado de actualidad.
“Fue una empresa familiar”.
Chiche Barrera: “Estoy grande, tengo 80 años, considero que cumplí
un ciclo, hay que dejarle lugar a los más jóvenes. El de canillita es un
“laburo” muy sacrificado, de todas las estaciones, de todos los días,
con sol, lluvia, tormenta, frío, calor…hay que estar”.
“Levantarse muy temprano para recibir los diarios de lunes a lunes,
tenemos pocos feriados; el Día del Trabajador, el Día del Canillita,
Día del Periodista, Navidad y Año Nuevo, nada más”.
“Sigo siendo dueña de la parada, si alguien me compra la licencia,
la vendo. El escaparate, ya está vendido”.
“Fueron 34 años donde pasamos de todo con mi familia, porque
siempre fue una empresa familiar. Nos dieron la parada por mí ma
rido, que a raíz de un accidente quedó en silla de ruedas”.
“La tecnología nos quitó clientes”.
Chiche Barrera: “A mí, este trabajo me dejó muchas alegrías, la gen
te cuando llegaba año a año a pasar sus vacaciones, me traían rega
litos. Ahora mismo llegan y se asombran, la gente se acostumbró,
sobre todo los del barrio. Les parece raro encontrar el puesto cerra
do”.
“Hay que decir que con la crisis cerraron muchos kioskos de dia
rios y revistas, en La Costa éramos unos 150 y creo que han queda
do 75”.
“La venta fuerte es en temporada, pero éste año bajó mucho tanto
en invierno como en temporada. Últimamente se trabajó para pagar
el acarreo, las distribuidoras cobran y es lógico; no van a trabajar
gratis”. “La tecnología nos quitó muchos clientes, la gente ahora
lee el diario en internet”.
“Nadie nos regaló nada”.
Chiche Barrera: “-Nadie me quedó debiendo…y si me quedaron de
biendo me olvidé”-. Dice Chiche sonriendo y ahora en condición de
clienta, agradece a su colega”.
“Ahora yo pasé a ser clienta de un colega, que todos los días me
trae el diario a mí; Alberto que está en 1 y 4. Hice una excepción
con Opinión de La Costa, que lo recibo todos los días, y lo entrego
a los abonados, como un favor de vecina, en éste caso particular”.
“No tengo quejas, nosotros nos hicimos de abajo, trabajando duro
con mis hijos y mi marido, la casa de quiniela más el kiosko, nos a
yudaron mucho, nadie nos regaló nada, al principio tuvimos que
vender muchas cosas de valor que teníamos, hasta que despacito
empezamos a remontar”.
“No estoy triste”.
Chiche Barrera: “Agradezco a Dios que me ayudó y me dio salud,
para abrir durante 34 años el puesto, a la gente que fue cliente y ami
ga”.
“Hoy me toca despedir al kiosko, no estoy triste, considero que cum
plí una etapa, parece que he sido una buena comerciante porque la
gente viene a saludarme, y entiende que tengo derecho a descansar.
La quiniela sigue en Av. San Martín y Calle 3, ahí están mis hijos Ale
jandro y Susana, a veces colaboro con ellos unas horas”.
“Y los fines de semana, a bailar tangos…Para eso sí, que no estoy
cansada nunca, me van a ver en el Portal del Sol y en el Centro de Ju
bilados Talas Sur. Yo sigo sacándole viruta al piso. A los 80 me llegó
la hora de disfrutar del 2x4”.
“Aprovecho esta nota que me hace Opinión para saludar a todos mis
clientes, deseándoles lo mejor, y agradeciendo la confianza que pu
sieron en mí”.
Lilia Galarza (Gala).
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