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lunes, 17 de octubre de 2016

PINAMAR USURPACIÓN: LO ECHÓ DE SU PROPIA CASA

Un vecino de Ostende está durmiendo en la calle porque, según sus pa
labras "La usurpadora de mi departamento consiguió una restricción pe
rimetral y no puedo entrar a mi propia casa".


Darío García es el vecino ostendense que está sufriendo en carne pro
pia lo que tantos temen cuando le alquilan a un desconocido. Nos cuen
ta que: "Yo preparé un departamento chico, un monoambiente, delante 
de mi casa para alquilar, para tener una entrada extra y pagar los im
puestos por lo menos. No es para hacerse rico", comienza su relato.
 "Por el mes de junio se acerca una señora con un nene a ver el mono
ambiente con la intención de alquilarlo, me dice. La hago pasar y me di
ce que está bien, pero que en ese momento no tiene la plata. Y me pre
gunta si los puedo dejar dormir hasta el otro día en que ella iba a co
brar un dinero y me pagaba, ya que no tenían donde quedarse porque 
no eran de aquí. Yo le dije que sí, por el nenito y además parecía cofiable". 
García cuenta entonces que esto pasó en junio y que desde ese día, 
nunca le trajo dinero: "Jamás pago alquiler ni me dió plata por ningún
 motivo. Pasaban los días y le exigí que dejara el lugar. Pero ella me de
cía que no se iba a ir y que no la iba a poder sacar nunca. Una vez me 
dijo: “Olvidate flaco, me quedo con tu casa”. Hice las denuncias que
 me pareció que tenía que hacer. Pero nunca pasó nada. Hasta este
 viernes 7 de octubre". 
Visiblemente afectado, el vecino relata: "Ese día llego a mi casa y en
cuentro una nota para que me presente a retirar algo de la comisaría de
 la mujer de Ostende. Cuando voy, resultó ser una notificación de restric
ción perimetral que me impusieron a mí, por 60 días desde ese mismo mo
mento. No puedo entrar a mi casa porque tengo que pasar por el costa
do de mi departamento usurpado y esta mujer mintió acerca de un mon
tón de cosas y no me permiten acercarme. Y si lo hago voy preso”, cuen
ta García no pudiendo creer lo que le impuso la justicia.
"Yo quiero saber por qué accedieron a darle la orden de restricción sin
 ningún motivo o por lo menos, sin escuchar mi versión o preguntarme 
o buscar testigos de lo que ella supuestamente me acusa. No, ella fue,
 mintió y ahora yo no puedo entrar en mi casa, es increíble" aseguró.
García, además, es insulinodependiente: "Tengo mis remedios en la he
ladera de mi casa. Los necesito, pero como yo no puedo entrar, y tampo
co ningún amigo, tiene que ser una mujer la que entre. Hice lo mismo 
con mis herramientas. Porque yo me notifiqué de la perimetral en la co
misaría y desde ese día no pude ir más a mi casa. Dormí en mi camione
ta, sin medicamentos y con los nervios destrozados. Por suerte tengo 
amigos que me apoyan y cobijan en su casa, pero yo quiero volver a la
mía".
Le preguntamos que hizo y cómo sigue en el aspecto legal: "La orden 
de la restricción salió del Juzgado de Paz. Fui y me derivaron a Asisten
cia a Víctimas del Delito. Ahí me dijeron que lo único que podían hacer
 era darme un lugar en la Casa de los Abuelos (?). Entonces fui a la fis
calía y tuve la suerte de encontrarme con el fiscal directamente y rela
tarle lo ocurrido. Inmediatamente pidió los expedientes y todos los pa
peles para trabajar en el caso. Por ahora me consiguieron un abogado 
de oficio, que es bastante, ya que al principio estaba totalmente indefen
so. El fiscal (Calderón) está trabajando desde el primer día que habla
mos y me da tranquilidad. Quiero volver a mi casa. Quiero que la sa
quen ya a esa mujer. Esto es injusto".
Darío García dice estar más tranquilo por la actitud y la celeridad con 
la que el fiscal tomó su caso y confía en que todo se va a solucionar. 
También es cierto que al comienzo de esta serie de situaciones contra
rias para él, se sintió indefenso y parecía que nadie podía apoyar su
reclamo.
Nos quedan varios interrogantes flotando en el aire: ¿Cómo se dan los
 perímetros de restricción? ¿Qué causales o parámetros hay que tener
en cuenta para expedirlos? ¿Se otorgan sin un análisis o estudio pre
vio de la situación expuesta?.
Muchos al enterarse de esta situación en particular, dijeron "que no es
 la primera vez que ocurre algo así". No nos consta que así sea, pero
 con un sólo caso basta para poner atención y visualizar, quizás, una 
práctica que, a primera vista, está lejos de ser justa. La unilateralidad 
en la toma de semejante decisión, hoy deja a un vecino fuera de su pro
pia casa. Atendiendo a esta situación y reclamo, esperamos colaborar
 para que no llegue lo más temido, en este caso por García: "Tengo mie
do que se quede con mi propiedad"

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