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domingo, 22 de enero de 2017

Por atrasos en las inversiones, Aranguren no tendrá las nuevas usinas prometidas para el verano

Por Antonio RossiSeis de las siete centrales térmicas están demoradas
 y no pueden cumplir los plazos.
 A los funcionarios del área energética que pilotea Juan José 
Aranguren les duró poco tiempo la alegría por las 196 iniciativas
 privadas de generación que habían recibido la semana pasada y
 que exhibieron como una “muestra de confianza de los inversores”.
Sin que lo que admitan 
públicamente, tanto las autori
dades de la Secretaría de Energía
 Eléctrica, como responsables de
 la CAMMESA ven cada vez con 
más preocupación la situación
 planteada con las usinas térmicas
 que debían entrar en servicio entre
 los últimos días de 2016 y los dos 
primeros meses de 2017.
De las siete centrales de generación 
térmica que estaban programadas 
para iniciar sus operaciones entre 
enero y febrero, seis se encuentran
 demoradas y, si se aplican las clausulas vigentes, van camino a ser
 penalizadas con multas que podrían llegar hasta los 10 millones de
 dólares.
Se trata de las usinas que a mediados de 2016 fueron adjudicadas 
en el marco de la resolución 21 con el fin de ampliar la capacidad de
 generación con contratos a largo plazo y el pago en dólares de la
 potencia y la energía suministradas.
Los contratos firmados con diversas empresas privadas abarcaron
 un total de 2.871 MW, los cuales iban a ser incorporados 
gradualmente al sistema eléctrico en tres momentos clave: el 
verano 2017, el período invernal 2017 y el verano siguiente de 2018.
El 25% del paquete total de MW que fue adjudicado debía habilitar
se comercialmente entre mediados de diciembre y fines de febrero.
 Pero de esos 713 MW comprometidos para estas semanas, sólo
 entrarían en tiempo y forma apenas unos 58 MW. Son los corres
pondientes a la nueva usina térmica de Bragado que está tiene a
 su cargo la empresa Genneia.
Según un informe preliminar que manejan los técnicos de Energía, 
las empresas con proyectos demorados y pasibles de multas son 
las siguientes:
--APR Energy: Tiene atrasada una central de 215 MW en Matheu 
que debió ha ver entrado en funcionamiento el 10 de diciembre 
pasado. En Pilar, posee otra usina en construcción de 94 MW que
 no podrá terminar a tiempo para la fecha fijada del 27 de enero.
--RIO Energy: Su usina bonaerense de General Rojo de 138 MW 
acumula un atraso superior a un mes con respecto a la fecha de 
puesta en servicio establecida para el 30 de enero.
--Centrales de la Costa: Esta compañía estatal bonaerense tiene
 comprometida una usina de 88 MW para Mar del Plata que debía
 entrar en servicio el 1 de febrero. Pero, ya le anticipó a los funcio
narios de la Nación que va a necesitar entre 30 y 45 días más para
 ponerla en marcha.
--SO Energy: Tiene en ejecución dos centrales de 60 MW cada una
 en Río Tercero (Córdoba) y Salto (Buenos Aires) que deberían estar 
habilitadas el próximo 28 de febrero. Pero, por retrasos en las obras,
 los ensayos y pruebas de cargas quedarían demorados hasta 
finales de marzo.
Según los técnicos del sector, los motivos que explicarían este 
generalizado atraso en las usinas comprometidas para el verano 
son: la falta de una adecuada planificación de las empresas inver
soras, el error de cálculo con los plazos de importación de los
 equipos, la tramitación a destiempo de los permisos ambientales
 y municipales y los financiamientos incompletos que tardaron en
 cerrarse.
Ante esta situación que no esperaban, ahora los funcionarios de 
Energía tienen que resolver si aplican al pie de la letra los términos 
contractuales con las millonarias penalizaciones que les correspon
den a las empresas que incumplen los plazos o sí hacen una excep
ción y les otorgan una suerte de “dispensa” para que habiliten las
 usinas más tarde de lo previsto.

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