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sábado, 25 de marzo de 2017

La energía bonaerense, en pocas manos

Con la venta de Edelap y Edea, la firma DESA, del empresario Rogelio 
Pagano, se quedó con la distribución en toda la Provincia, excepto
 el Conurbano. Concentración de un negocio que salvaguarda el Estado.
La energía bonaerense, en pocas manos
La reciente compra de Edelap y Edea por parte de Desarrolladora 
Energética S.A. (DESA) deja al mercado eléctrico del interior
bonaerense en manos de una sola empresa, porque la compañía
 ya tenía las distribuidoras Eden y Edes.

DESA, del empresario Luis Rogelio Pagano, distribuye desde ahora

 en el 90 por ciento del territorio provincial, con la salvedad de que
 en muchos distritos el servicio llega a los usuarios a través de
 cooperativas. Y aunque el mayor volumen de abonados pertenezca 
a Edenor y Edesur, que operan en el Conurbano, el crecimiento de
 DESA en la Provincia a partir de la llegada del macrismo hace
 poner la lupa de la oposición sobre cómo se concretaron estas
 dos ventas.

Si bien no se puede hablar de monopolio, porque la propia ley de 

Servicios Públicos lo permite, no menos cierto es que cuando se
 decidió ceder la electricidad a empresas privadas se segmentó el
 territorio. De hecho, Buenos Aires tiene seis zonas, y de ellas, 
ahora cuatro quedaron en las mismas manos.

Luis Rogelio Pagano, exmiembro del directorio de Edenor y

 principal accionista de Edesa (que distribuye energía en la provin
cia de Salta), adquirió Edelap y Edea por 250 millones de dólares
 a Alejandro Macfarlane, quien en febrero acompañó a España al 
presidente Mauricio Macri como uno de los empresarios fuertes
 del país. Mientras se producía el viaje se comenzó a confirmar el 
traspaso de Edelap y Edea.

Evidentemente Pagano confía en el mercado de la energía, en

 particular en el territorio bonaerense. Al control de todas las 
empresas que distribuyen en el interior provincial y en la ciudad
 capital accedió en menos de un año, ya que en mayo de 2016
 había adquirido Eden y Edes por un monto superior a los 200 
millones de dólares. En diez meses pasó de no tener nada en la 
geografía provincial a manejar un mercado de casi un millón y
 medio de usuarios.

Edelap está a punto de ser sancionada por el Organismo de Control

 de Energía Eléctrica de la Provincia (OCEBA), por constantes
irregularidades e incumplimientos en el servicio. La modernización
 de la prestación tiene un notorio atraso en La Plata, Berisso, Ense
nada, Brandsen, Magdalena y Punta Indio, área a la que llega a más
 de 350 mil usuarios. Es decir, DESA deberá desembolsar un extra
 importante, además de lo que abonó para quedarse con el servicio.

Pero Pagano y todos los que se dedican al negocio saben que, de 

última, estará el Estado para auxiliarlos. De esta manera operó la
 condonación de la deuda con Cammesa (por el precio mayorista 
de la energía), que el Gobierno les concedió a las distribuidoras a
 fines del año pasado. Fue inmediatamente después del aumento de
 tarifas por la quita de subsidios, que para los usuarios significó un
 alto impacto económico. Edelap se vio beneficiada en 1.780 millo
nes de pesos. Con ello, y con el aumento de tarifas, las utilidades 
están aseguradas por varios millones de pesos.

En menos de un año, DESA ingresó en un mercado donde las regula

ciones son muchas pero los controles adolecen, y la seguridad finan
ciera la provee el propio Estado, a través de subsidios (o, en la ausen
cia de ellos, de incrementos tarifarios) y salvatajes económicos. Cabe
 preguntarse, entonces, por qué Alejandro Macfarlane estaba tan
 apurado por vender y Luis Rogelio Pagano por comprar. Es el inte
rrogante que varios legisladores de la oposición pretenden dilucidar.

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