Con la venta de Edelap y Edea, la firma DESA, del empresario Rogelio
Pagano, se quedó con la distribución en toda la Provincia, excepto
el Conurbano. Concentración de un negocio que salvaguarda el Estado.
Pagano, se quedó con la distribución en toda la Provincia, excepto
el Conurbano. Concentración de un negocio que salvaguarda el Estado.
Energética S.A. (DESA) deja al mercado eléctrico del interior
bonaerense en manos de una sola empresa, porque la compañía
ya tenía las distribuidoras Eden y Edes.
DESA, del empresario Luis Rogelio Pagano, distribuye desde ahora
en el 90 por ciento del territorio provincial, con la salvedad de que
en muchos distritos el servicio llega a los usuarios a través de
cooperativas. Y aunque el mayor volumen de abonados pertenezca
a Edenor y Edesur, que operan en el Conurbano, el crecimiento de
DESA en la Provincia a partir de la llegada del macrismo hace
poner la lupa de la oposición sobre cómo se concretaron estas
dos ventas.
Si bien no se puede hablar de monopolio, porque la propia ley de
Servicios Públicos lo permite, no menos cierto es que cuando se
decidió ceder la electricidad a empresas privadas se segmentó el
territorio. De hecho, Buenos Aires tiene seis zonas, y de ellas,
ahora cuatro quedaron en las mismas manos.
Luis Rogelio Pagano, exmiembro del directorio de Edenor y
principal accionista de Edesa (que distribuye energía en la provin
cia de Salta), adquirió Edelap y Edea por 250 millones de dólares
a Alejandro Macfarlane, quien en febrero acompañó a España al
presidente Mauricio Macri como uno de los empresarios fuertes
del país. Mientras se producía el viaje se comenzó a confirmar el
traspaso de Edelap y Edea.
Evidentemente Pagano confía en el mercado de la energía, en
particular en el territorio bonaerense. Al control de todas las
empresas que distribuyen en el interior provincial y en la ciudad
capital accedió en menos de un año, ya que en mayo de 2016
había adquirido Eden y Edes por un monto superior a los 200
millones de dólares. En diez meses pasó de no tener nada en la
geografía provincial a manejar un mercado de casi un millón y
medio de usuarios.
Edelap está a punto de ser sancionada por el Organismo de Control
de Energía Eléctrica de la Provincia (OCEBA), por constantes
irregularidades e incumplimientos en el servicio. La modernización
de la prestación tiene un notorio atraso en La Plata, Berisso, Ense
nada, Brandsen, Magdalena y Punta Indio, área a la que llega a más
de 350 mil usuarios. Es decir, DESA deberá desembolsar un extra
importante, además de lo que abonó para quedarse con el servicio.
Pero Pagano y todos los que se dedican al negocio saben que, de
última, estará el Estado para auxiliarlos. De esta manera operó la
condonación de la deuda con Cammesa (por el precio mayorista
de la energía), que el Gobierno les concedió a las distribuidoras a
fines del año pasado. Fue inmediatamente después del aumento de
tarifas por la quita de subsidios, que para los usuarios significó un
alto impacto económico. Edelap se vio beneficiada en 1.780 millo
nes de pesos. Con ello, y con el aumento de tarifas, las utilidades
están aseguradas por varios millones de pesos.
En menos de un año, DESA ingresó en un mercado donde las regula
ciones son muchas pero los controles adolecen, y la seguridad finan
ciera la provee el propio Estado, a través de subsidios (o, en la ausen
cia de ellos, de incrementos tarifarios) y salvatajes económicos. Cabe
preguntarse, entonces, por qué Alejandro Macfarlane estaba tan
apurado por vender y Luis Rogelio Pagano por comprar. Es el inte
rrogante que varios legisladores de la oposición pretenden dilucidar.
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