Presionada por el macrismo, la jefa de los fiscales federales, presentó
la renuncia esta mañana. Defendió su trabajo al frente de la institución
y manifestó su rechazo a una reforma que pensaba el Gobierno para
removerla.
esta manera su renuncia con efectos a partir del 31 de diciembre, en
medio de la incesante presión del Gobierno, que reclamaba su renuncia
por todos los medios y evaluaba una nueva ley para desplazarla.
En una carta dirigida al presidente Mauricio Macri, Gils Carbó expresó
como motivo de su renuncia el rechazo a una nueva reforma del
Ministerio Público Fiscal que pudiera afectar la autonomía que tiene la
institución, en el marco de la división de poderes,
"A esta altura de los acontecimientos estoy persuadida de que mi per
manencia en el cargo redunda en decisiones que afectarán de manera
sustancia la autonomía del Ministerio Público Fiscal", escribió la funcio
naria, quien, incluso, alentó a que no avancen las reformas previstas.
Sin duda, el contundente respaldo que obtuvo el Gobierno en la última
elección influyó en la decisión final de la jefa de los fiscales, quien había
reiterado en distintas ocasiones su intención de cumplir los años que
le quedaban de mandato, de acuerdo a lo estipulado en la Constitución.
Por otro lado, la funcionaria fue procesada recientemente por "adminis
tración fraudulenta", a partir de la compra de un edificio que hizo la
Procuración en la que se denunciaron sobreprecios y comisiones
indebidas. Además, en la operatoria se acusó a un ex marido suyo.
En la misiva al Presidente, la funcionaria destaca que desde que llegó al
cargo buscó que jerarquizar la institución "como independiente y autó
noma, condiciones fundamentales de las que derivan su fortaleza, obje
tividad y eficiencia".
Gils Carbó quedó en el ojo de la tormenta a partir de su vinculación con
magistrados alineados con la Agrupación Justicia Legítima, simpatizante
del kirchnerismo, así como por su accionar en la suspensión del juez
José María Campagnoli, quien investigó presunto lavado de dinero del
contratista Lázaro Báez, en una causa conocida como "la ruta del dinero
K".
Desde que asumió al frente del Gobierno, y a medida que acumulaba
expedientes en Tribunales, Macri demandó la salida de Gils Carbó.
Entendía que sus problemas judiciales (Correo Argentino, Avianca,
Panamá Papers) así como sus funcionarios: el jefe de la AFI aparece
involucrado en la causa Odebrecht se debían a su accionar discrecional.
A falta de votos para un juicio político, intentó hacerlo por una ley que la
propia aliada del Gobierno, Elisa Carrió, rechazó por inconstitucional.
La nueva estrategia era buscar una reforma en el Ministerio Público
que condujera a su salida, medida en la que el Gobierno se sentía más
fortalecido a partir del resultado electoral. La Procuradora pidió desis
tir de la medida a cambio de su renuncia.
"Con la esperanza de que esta decisión disuada reformas que, amén
del debilitamiento señalado, rompan el equilibrio que debe regir el
servicio de administración de justicia, doy por finalizada mi labor en
el Ministerio Público Fiscal", añadió.
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