El exdiputado nacional critica con dureza el rol de su partido en Cam
biemos, dice que “con la ideología del PRO no se resuelven los pro
blemas” y discrepa con la actuación radical en Provincia.
crítico como siempre. Fustiga al PRO casi por igual que a la conducción
de la Unión Cívica Radical, por la que promete dar pelea. Entiende que
su partido se desocializó. Un Ricardo Alfon-sín auténtico y filoso habla
con La Tecla en un estudio platense plagado de imágenes ro-mánticas
de un viejo radicalismo de aplaudidos expresidentes.
-¿Continúa sintiéndose parte de Cambiemos?
-Soy crítico de la gestión del PRO y de la actitud que tiene mi partido en
relación con decisiones que se han tomado. Porque no gobier-na Cam
biemos, gobierna el PRO. La UCR tiene que hacer lo que dijo que haría,
tratar de influir para que no se cometieran errores, y que las decisiones
fueran las que convenían al interés general, las que mejor le hacían al
país. Incluso dijimos que no íbamos a acompañar de-cisiones que cre
yéramos que no eran correctas.
-¿Qué decisiones no fueron correctas?
-El Gobierno creyó que con cambiar el partido de gobierno los proble
mas se iban a resolver fácilmente, casi por sí solos. Que lloverían las
inversiones, crecería la economía, mejoraría la recaudación y el empleo, exportaríamos más, ingresarían divisas, se resolvería el problema de
los déficits ge-melos, y eso era muy ingenuo. Si hubieran sabido que
el escenario económico iba a ser otro, no hubieran hecho lo que hicie
ron con las retenciones, no habrían aumentado las ta-rifas en ese nivel,
ni habrían desregulado el mercado cambiario.
-Eso fue al principio, ya llevamos dos años y medio…
-Ellos creían que esto se resolvía fácil, y la política no es tan fácil como
manejar una empresa. Tienen un empecinamiento ideológico. La res
ponsabilidad también es de la UCR, que debería haber evitado que se
cometieran estos errores. Se debilitó el mercado, porque la inflación
de-bilitó la demanda interna, se redujeron los aportes de los jubilados,
la inversión financiera pasó a ser mucho más interesante que la produc
tiva, pero eso no crea puestos de trabajo. Desde su concepción, la
UCR cree que lo mejor que se pue-de hacer por los Gobiernos es no
meterse.
-¿No quiso intervenir o no la dejaron?
-No quiso y sigue sin querer. Y no me ha-go muchas ilusiones con
respecto a la nue-va conducción. La sociedad se ha despartidizado y
la UCR se desocializó, se olvidó de los problemas de la gente por
resolver los conflictos de los dirigentes. Hay miedo de molestar al
PRO, de decirle que toman me-didas equivocadas, porque eso puede
contrariarlos y generar alguna dificultad. No es la manera de hacer
política que yo aprendí.
-Entonces, ¿le ponemos un epitafio a la UCR?
-Ideológicamente, depende de nosotros. La UCR tiene que ser un ins
trumento al servicio de la construcción de una sociedad más justa.
Ahora, ¿qué pasa electoralmente? Depende de que empecemos a de
cir cosas que tengan que ver con el radicalismo, la sociedad espera
que los radicales di-gan cosas radicales. Si le escuchan decir co-sas
que no tienen que ver con la UCR, no tienen por qué votar a la UCR.
-¿Dónde se ubicaría hoy la UCR si decidiera salir de Cambiemos?
-Ya se decidió la continuidad dentro de Cambiemos, pero hay distintas
maneras de estar adentro. Hay una manera, que eligió la UCR, que es
temerosa, propia del que renunció a su identidad sin manifestar nin-
guna discrepancia. Hay otra manera, señalando los errores que se
cometen, exigiendo que todas las fuerzas sean consultadas y, en el
caso de que no haya acuerdo, asumir un compromiso para que cada
una de las partes ceda un poco y así tomar la me-jor decisión. Ahora,
¿el partido está con ganas de hacerlo? No lo creo. Esto no tiene nada
que ver con el radicalismo que conocimos nosotros. No sé en qué
momento, pe-ro (los conductores) van a tener que dar ex-plicaciones.
-¿Cuánto hace que no lo llama nadie del PRO?
-Nunca me llamaron del PRO.
-¿Y del radicalismo oficial?
-No me llaman porque saben lo que les voy a decir. Cada vez que hubo
reuniones, he dicho que no estamos haciendo lo mejor para el país,
que es hacernos cargo de las diferencias y advertir cuando creemos
que se están tomando decisiones equivocadas.
-¿Pero no está demasiado solo? ¿Cuántos intendentes lo apoyan, por
ejemplo?
-A mí me importa la gente, los afiliados. Me importa sintonizar con
ellos, no con una superestructura que puede estar integrada por per
sonas muy buenas pero que, desde mi punto de vista, están alejadas
de las necesidades de la gente. En una posición minoritaria puedo
hacer dos cosas: o sigo trabajando para que haya una mayoría que
desplace a esa dirigencia, o cambio mi ma-nera de pensar para tratar
de sintonizar con aquellos que creo que están equivocados. Y eso no
lo voy a hacer. Además, esta postura disidente es reconocida por la
sociedad.
-El PJ discute la conformación de un nuevo espacio. Si lo llamaran a
un frente con parte del peronismo, ¿qué diría?
-En el 2001 estalló el sistema de partidos, y algunos creen que estas
experiencias electorales posteriores anticipan la recomposición del
sistema partidario. Creo que Cambiemos es fugaz y que ciertas peleas
en el peronismo responden a la coyuntura. Iremos a es-cenarios de
bi o trifrentismo, donde estaremos mezclados radicales, peronistas,
socialistas. Al bipartidismo no volvemos más.
-Vuelvo al inicio, ¿se sigue sintiendo parte de Cambiemos?
-Sigo siendo radical, y el radicalismo está en Cambiemos. Pero digo
que Cambiemos no tiene una ideología, ni gobierna. Yo hablo del go
bierno del PRO, otros radicales ha-blan de Cambiemos. O no saben lo
que es el PRO, o no saben lo que es la Unión Cívica Radical, o están
mintiendo.
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