El líder del Frente Renovador tapizó de carteles y pintadas el país. El 12
de junio la última fecha para tomar definiciones.
Sergio Massa eligió una manera particular de celebrar su cumpleaños
número 47: Ratificó su voluntad de pelear la Presidencia, tapizando la
Argentina con carteles con su nombre. En un operativo minucio
samente documentado organizó la instalación de 5 mil pasacalles, 60
mil afiches, 2600 sextuples e incontables pintadas con una leyenda
inequívoca: "Massa Presidente".
Fue además la manera elegida para exhibir el músculo nacional de su
organización, cuando todavía no está claro como se resolverá la
tensión con Roberto Lavagna por la candidatura de Alternativa Fede
ral, el espacio que comparte con Juan Manuel Urtubey y gobernado
res peronistas.
Diputados de Tierra del Fuego encabezados por Loffler, de Jujuy por
Snopek, de Mendoza por Guillermo Pereyra. Por el intendente de La
Banda de Santiago del Estero, Pablo Mirolo, mas sus legisladores
provinciales y nacionales de la provincia de Buenos Aires, los doce
intendentes y más de 500 concejales y consejeros escolares, fueron
parte de la movida que buscó exhibir que es el único dirigente por
afuera de Cambiemos y el kirchnerismo con una estructura nacional.
Por ahora, Massa dice que no cambia de rumbo y mantiene sus reco
rridas en el Conurbano y el país como candidato de Alternativa Federal.
Sin embargo, el tablero general está sometido a dos tensiones impor
tantes.
Por un lado, las versiones intensas de un eventual paso al costado de
Macri en favor de María Eugenia Vidal u Horacio Rodríguez Larreta. En
ese caso, se habla de una reconfiguración de Cambiemos para crear un
nuevo espacio que podría tentar al peronismo no kirchnerista. No es
un secreto la buena relación del líder del Frente Renovador con ambos.
Y por el otro la posibilidad de un entendimiento con el kirchnerismo, que
como reveló LPO, podría focalizarse en unificar la candidatura a gober
nador de la provincia de Buenos Aires o un acuerdo más amplio sin
Cristina Kirchner finalmente decidide no presentarse.
Su fecha límite es el 12 de junio, cuando vence el plazo para inscribir
alianzas, donde quedará en blanco sobre negro la composición de los
espacios que se medirán en Octubre.
Massa recibe tanteos de uno y otro lado y en el Instituto Patria saben que
es de los pocos dirigentes del país que retiene votos que en una alianza
podrían ir al kirchnerismo, que estiman al menos en 4 puntos. Una enormi
dad para una pelea en la que a nadie le sobra nada.
Máximo Kirchner y el diputado Eduardo "Wado" De Pedro envían señales
a sus colegas el Frente Renovador, pero por ahora no son correspondidos.
Y se escuchan usinas kirchneristas como el actor Dady Brieva pidiendo
"Cristina presidente, Massa gobernador".
Massa nunca lo descarta y repite ante los suyos que seguirá en la línea del
medio "pero como opositor", por el fracaso de Macri. Así lo definirán sus
militantes en un Congreso del Frente Renovador que se haría a fin de mes.
Su principal resistencia a Cristina no radica tanto en el pasado, sino en el
futuro: En las oficinas de Massa creen que un tercer gobierno de la ex
presidente enfrenta un marco geopolítico imposible, por el rechazo frontal
de Donald Trump a su retorno al poder. La línea dura de republicanos que
rodea al magnate no le perdona a Cristina que haya cruzado dos líneas
rojas: el acercamiento a Irán y la entrega de territorio en Neuquén para
que China cree una base de monitoreo espacial. La propia ex presidenta
Como informó LPO, una delegación de diputados estadounidenses encabe
zada por el republicano Kevin Mac Carthy visitó semanas atrás a la
viceministra de Defensa, Paula di Chiaro, para reclamarle que Macri cumpla
con su palabra de terminar con "el espionaje chino" en el país.
Y legisladores opositores que visitaron Washington tuvieron un mensaje
claro de los funcionarios que los recibieron: Trump no le soltará la mano
a Macri, aunque se la suelte Wall Street. Y mucho menos se la tenderá a
Cristina.
Por eso, los rivales de Cristina interpretaron su libro como una estrategia
para sumar confianza en el exterior, con autocríticas a medidas polémicas
de su último Gobierno como su acuerdo con Irán. Es que sin apoyo inter
nacional y con una porción del país resistiéndola no le será fácil un 11 de
diciembre en caso de ser electa presidenta.
Fondos frescos para pasar el temblor, solidez política y paz en los tribunales
de Nueva York para negociar con acreedores será el capital que deberá
tener cualquier sucesor de Macri después de asumir. Massa cree poder
conseguirlo sin problemas y no la imagina a Cristina con la misma suerte.
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