tra de Desarrollo de Kicillof.
Guillermo Montenegro llamó a Alberto Fernández para establecer una
línea directa con él mientras se prepara para asumir la intendencia de
Mar del Plata, una ciudad cargada de conflictos tanto económicos
como de gestión.
El vínculo entre Montenegro y Fernández ya existía, porque se cono
cen desde la época de la facultad. De hecho, el intendente electo es
del grupo de abogados periféricos cercanos a Esteban Righi, una va
ca sagrada para Alberto. Además, tiene diálogo con Marcela Losardo
y otros miembros de la mesa judicial.
"La relación será positiva. Guillermo se apuró en llamar a Alberto por
que la situación de Mar del Plata es crítica", describen en su mesa
chica y confían en que empezarán a trabajar en conjunto.
No tiene ese mismo nexo con Axel Kicillof, aunque paradójicamente
desde el macrismo confían en forjar la relación a través de Fernanda
Raverta, la candidata kirchnerista que perdió el distrito y ahora men
cionan como eventual ministra de Desarrollo bonaerense. "No fue
una campaña agresiva, se conocen desde la Cámara de Diputados,
compartieron viajes y crearon un vínculo", describen cerca de Monte
negro.
Lo cierto es que la verdadera disputa se dio en la interna de Monte
negro contra Vilma Baragiola y Carlos Arroyo. "No hay transición
porque el diálogo con Arroyo está roto", dicen y acusan al intenden
te saliente de querer instalar durante la campaña que el municipio
tenía superávit, cuando en realidad no les alcanzan los fondos para
pagar los sueldos de diciembre.
"El superávit del que hablan aparentemente sería sin contemplar las
deudas del IPS, la Ceamse y las cámaras de seguridad que el 31 de
diciembre nos van a cortan el sistema sistema si no les pagamos an
tes", describen a LPO. De hecho, la basura es un tema de magnitud
propia, ya que durante la gestión de Arroyo el sistema estuvo al bor
de del colapso y ahora el Ceamse se hizo cargo pero con una solu
ción precaria que todavía deben definir. "Sin contar las deudas cual
quiera tiene superávit", ironizan.
En Mar del Plata hay problemas que parecen detenidos en el tiempo,
mientras el intendente termina su gestión peleado con todos los sec
tores. Preocupan dos ejes de conflicto que podrían estallarle a Monte
negro ni bien asuma: los guardavidas, que están en alerta, y los docen
tes, que le reclaman una bonificación retroactiva que el diputado les
prometió en campaña.
"Arroyo nos deja todos los días una bomba nueva", dicen y recuerdan
que este fin de semana desató una pelea impensada con la Asociación
Protectora de Animales. Sin embargo, el principal problema es que no
cierran los números.
En los últimos meses, pese a la crisis, el intendente intentó hacer mu
chas incorporaciones de empleados. Montenegro armó una conferen
cia en la que le recordó que por la Ley de responsabilidad fiscal no
podía designar más gente en planta en los últimos 6 meses de su man
dato. Cerca de Montenegro festejaron haber frenado los nombramien
tos masivos.
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