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miércoles, 10 de febrero de 2021

Detrás de la Sputnik V: los negocios y la penetración científico-política de Putin en América Latina(INFOBAE)

 


La pandemia favoreció la “diplomacia por otros medios” de Rusia a través 

de la guerra de las vacunas

El primer cargamento de las vacunas rusas Sputnik V llegan al aero
puerto de Ezeiza, en Buenos Aires.

El Sputnik 1 fue lanzado por la ex Unión Soviética el 4 de octubre de

 1957, en plena Guerra Fría. Se convirtió en el primer satélite artificial

 en orbitar la Tierra y en un enorme triunfo de la ciencia soviética 

por sobre su archienemiga estadounidense. Luego, vinieron otros tres.

 El segundo fue el que llevó a la famosa perra Laika al espacio. Sesen

ta y tres años más tarde, Rusia lanzó otro Sputnik, éste acompañado 

con la letra “V” de la victoria y en forma de vacuna, pero con el mismo

 propósito: demostrar al mundo que la ciencia rusa es superior y que 

el país sigue siendo una gran potencia que puede derrotar a cualquie

ra de sus rivales. Un logro que, como el del satélite, tiene por detrás 

“una diplomacia por otros medios”.

La competencia fue y sigue siendo muy dura. Hay cientos de desarro

llos de vacunas contra el Covid y un pelotón de diez o doce ya aproba

das en diferentes países. Todas las potencias quieren mostrar que son

 superiores a las otras. Saben que quien quede mejor posicionado con

 la solución al problema global más grave en décadas como es esta 

pandemia, tendrá ventaja en la puja por dominar la revolución científico

-tecnológica de la segunda parte del siglo XXI. Estados Unidos, China, 

Rusia, la Unión Europea, Gran Bretaña e India, entre otros, están dispu

tando este Gran Juego político-diplomático.

Cuando Vladimir Putin llegó al poder en Rusia en 1999, uno de sus

principales objetivos era el de devolver a su país la condición de po

tencia global que había perdido tras la desintegración de la Unión So

viética. Fue como Rusia regresó a zonas que ya habían sido estraté

gicas para la antigua URSS en su objetivo de fortalecer vínculos e

 incrementar su presencia como América Latina. Por décadas intentó 

contrarrestar la influencia estadounidense en lo que en Washington 

habían denominado su “patio trasero”. Cuba fue su nave insignia. 

Ahora regresa de otro modo y ya no es sólo la isla de los hermanos

 Castro, es Venezuela y Nicaragua en forma directa y buena parte del

 resto del continente en forma indirecta. Como entonces, Rusia bus

ca diversificar sus relaciones exteriores, contrarrestar el poder de 

Estados Unidos y crear un orden internacional multipolar y que, en 

ese nuevo orden, Rusia recupere su estatus de actor global. “Dentro

 de esta estrategia internacional, América Latina ocupa un lugar im

portante por los lazos históricos de la Unión Soviética y sobre todo 

por la cercanía geográfica con Estados Unidos”, escribió Mira Milo

sevich, investigadora del Real Instituto Elcano, el centro de estudios

 internacionales de Madrid. “Putin ve que el mundo ha cambiado y 

cree que es mejor una estrategia práctica, sin abandonar objetivos 

geopolíticos, pero sobre todo usando instrumentos económicos y 

potenciando las relaciones bilaterales económicas como el primer 

paso del nuevo acercamiento”.

La Sputnik V es una gran entrada de divisas para Rusia. La vacuna 

“es un buen negocio, con un componente humanitario claro”, dijo 

Putin, en octubre a un grupo de magnates rusos, a los que animó a

 invertir en la producción y sumarse a una oportunidad empresarial

 que “podría suponer hasta 100.000 millones de ingresos en todo el 

mundo”. El presidente ruso se había adelantado con un anuncio que

 fue tomado en forma muy escéptica por la comunidad científica inter

nacional. El 11 de agosto de 2020, apenas seis meses después de co

menzada la pandemia en su país y todo Occidente, anunció la autori

zación especial para la vacuna contra el coronavirus diseñada por el

 Instituto Gamaleya de Moscú. El líder ruso comentó que la inmuniza

ción era “segura” y “bastante eficaz”. Pero sus científicos no habían

 publicado para entonces ningún dato de sus ensayos de fase 1 ni fa

se 2. Poco después, Putin aseguró que la vacunan había pasado por 

“todos los ensayos necesarios” y que una de sus propias hijas ya la 

había recibido y “se encuentra bien. Todo va como si no se hubiera 

hecho nada”.

La financiación de toda la operación de desarrollo y producción de la

 vacuna estuvo a cargo del Fondo Ruso de Inversión Directa (RDIF)

que cuenta con un capital reservado de unos 10.000 millones de dólares.

 Es la institución que manejó todos los contratos con los gobiernos in

teresados en comprar la vacuna. La están produciendo a un precio de

 unos 10 dólares la dosis, aunque ese valor puede bajar en los contratos 

que comprenden millones de vacunas. Argentina fue la punta de lanza en

 América Latina. Hubo una primera aproximación que realizó la ex presi

denta Cristina Fernández de Kirchner en una comunicación con Vladimir


 Putin y que continuó el presidente Alberto Fernández. Se suponía que el

 país iba a recibir cinco millones de dosis el mes pasado, aunque hasta

 ahora fueron sólo 820.000. Se aduce que la demora era debida a los pro

blemas de producción que están teniendo todos los fabricantes. El mis

mo camino siguieron México, Bolivia y Venezuela y en otros contextos, 

Bielorrusia, Serbia, Israel y los Emiratos Árabes. Pero después de que se

 publicaran en la revista especializada Lancet los muy esperados resulta

dos de la Fase 3 de investigación y que diera una efectividad de casi el 

92%, los pedidos a Moscú desde todo el mundo, aumentaron exponen

cialmente. Ahora, la Sputnik V ocupa el tercer puesto mundial en dosis

 ordenadas por países de ingresos medios y bajos, según los datos del

 Centro de Innovación en Salud Global de la Universidad de Duke, por 

delante de las que considera sus principales competidoras: 


Pfizer/BioNTech, Oxford/AstraZeneca y Moderna. La vacuna del Instituto 

Gamaleya es de dos dosis que se aplican con 21 días de diferencia y 

está compuesta por dos vectores de adenovirus distintos

La pandemia no hizo más que afianzar la distribución de poder en el 

sistema internacional con bloques como Estados Unidos, Europa, 

China, aunque la gran sorpresa ha sido Rusia”, comentó Stephan 

Sberro, profesor del Instituto Tecnológico Autónomo de México, en 

una entrevista con El País de Madrid. Pero el entusiasmo del Kremlin

 fue recibido con reservas en el resto del mundo por la falta de trans

parencia de sus datos y la rapidez con la que se había aprobado la 

vacuna para su uso. El famosos epidemiólogo estadounidense y 

asesor presidencial en temas científicos, Anthony Fauci, le dijo a la

 cadena de tv ABC: “Espero que los rusos hayan probado definitiva

mente que la vacuna es segura y eficaz. Aunque tengo serias dudas

 de que lo hayan hecho”. Hugo López-Gatell, el subsecretario de Salud

 mexicano, se mostró “sorprendido” el día en que se presentó la Sput

nik V. “Definitivamente no se puede empezar a utilizar una vacuna que

 no haya terminado satisfactoriamente los estudios fase 3, ni se debe 

por motivos éticos”, dijo. Y, mientras muchos pedían ver los resulta

dos de la comprobación científica, también aparecieron opiniones 

conspirativas y sin base. “Recuerden que lleva un chip comunista y castrochavista”, advirtió un usuario de Twitter. “Es la vacuna barata, por

 eso la eligió el gobierno”, acusó la senadora mexicana Lilly Téllez. “Es

 una gran estafa”, dijo la dirigente de la oposición argentina Elisa Carrió, 

que denunció al presidente Fernández por posible “envenenamiento” de

 la población.

Otras voces aseguran que en todo esto hay un “toma y daca”. En Argen

tina se habla de que Rusia habría pedido instalar una base científico-

militar similar a la que ya tiene China en la Patagonia para el monitoreo 

de satélites y recepción de información espacial. En Venezuela, las em

presas rusas ya participan en la extracción de petróleo y minerales, in

fraestructura vial y alimentos. Este año habrá una expansión importan

te de los centros de estudios rusos en todo el continente, según ade

lantó la agencia rusa de informaciones oficiales.

“Rusofobia”, dijeron en Moscú ante las críticas sobre la Sputnik V. El 

portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, aseguró que era parte de una cam

paña de los laboratorios occidentales. “La competencia aquí se está

 politizando y se están utilizando trucos sucios para desacreditar nues

tra vacuna”, afirmó. Kirill Dmitriev, el director del Fondo Ruso de Inver

sión Directa, cree que “se está empleando un doble rasero con la Sput

nik V porque es rusa”. Y algunos grupos de “voluntarios rusos” que 

participaron los ensayos de la vacuna de Gamaleya respondieron a las

 críticas a través de Facebook y Telegram. Pero las críticas también se

 generaron dentro del país. Una encuesta que hizo el Centro Levada de

 Moscú en diciembre, reveló que casi el 60% de la ciudadanía rusa no 

quería vacunarse hasta tener más información. “Estas cifras no solo 

se deben a la desconfianza hacia la vacuna, sino que tienen un tras

fondo de falta de confianza hacia el gobierno. Los datos sobre los

 fallecimientos debido al Covid19 no se caracterizaron por su trans

parencia y la cifra real de las muertes es mucho más elevada de la que 

se ha reportado, tal y como ha tenido que reconocer el Kremlin”, 

explicó Denis Volkov, subdirector del centro Levada.

Lo cierto es que un mes y medio más tarde, la publicación de los 

resultados positivos de la Sputnik, disiparon muchas críticas y die

ron impulso a algunos políticos latinoamericanos que festejaron el 

hecho como un triunfo propio. Lo hizo el kirchnerismo en Argentina

 y los que apoyan al presidente López Obrador en México. Antes, ya

 había euforia en el chavismo venezolano y, por supuesto, en La Ha

bana, aunque no se difundieron las cifras de las dosis que recibieron

 o van a recibir los cubanos. Por ahora, “la diplomacia de la vacuna” 

lanzada por Vladimir Putin en América Latina pareciera estar funcio

nando como lo había previsto y es posible que sea la puerta de entra

da para muchas otras “iniciativas” de Rusia en la región.

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