El ministro de Justicia y Seguridad de la Provincia le solicitó a su jefe político que lo incluya en la lista de legisladores nacionales, aduciendo cansancio y problemas personales. Scioli escuchó el ruego, pero no cedió ante el pedido y le recordó que fue él quien pidió la unificación de carteras que tantos dolores de cabeza le ha traído
Ricardo Casal dijo basta, pidió la escupidera. Cansado de una gestión con pocos laureles para mostrar y muchos conflictos por olvidar, le solicitó al gobernador que lo incluyera en la lista de candidato a la diputación nacional.
El titular de la cartera de Justicia y Seguridad realizó este pedido acusando cansancio, problemas personales de salud, entre otras cuestiones. Sin embargo, este pedido no tuvo buena recepción por parte del mandamás provincial, a quién no le causó ninguna gracia el planteo.
Casal, como todo político, tenía un plan b para ofrecerle en caso de que ocurra la negativa a su solicitud legislativa: que le consiga trabajo en el exterior, al menos por un año. Las explicaciones que esgrimió el responsable de la seguridad provincial son que necesita un exilio para recobrar fuerzas después de tanta exposición.
Además, el funcionario adujo que en un año electoral, la oposición va a recaer duro sobre el tema de la seguridad y dijo no estar lo suficientemente entero para resistir los embates. Sin embargo, el Scioli le dijo que tenía que quedarse hasta el último día de la gestión y le recordó que fue él quién quiso fusionar los dos
Ministerios. El mandatario le dijo, en otros términos, que debía hacerse cargo de su responsabilidad y resistir en su puesto.
Allegados a Casal sostienen que el principal temor del funcionario reside en que ya no tiene “banca” por parte de provincia y mucho menos de la Casa Rosada.
El titular de la cartera de Justicia y Seguridad realizó este pedido acusando cansancio, problemas personales de salud, entre otras cuestiones. Sin embargo, este pedido no tuvo buena recepción por parte del mandamás provincial, a quién no le causó ninguna gracia el planteo.
Casal, como todo político, tenía un plan b para ofrecerle en caso de que ocurra la negativa a su solicitud legislativa: que le consiga trabajo en el exterior, al menos por un año. Las explicaciones que esgrimió el responsable de la seguridad provincial son que necesita un exilio para recobrar fuerzas después de tanta exposición.
Además, el funcionario adujo que en un año electoral, la oposición va a recaer duro sobre el tema de la seguridad y dijo no estar lo suficientemente entero para resistir los embates. Sin embargo, el Scioli le dijo que tenía que quedarse hasta el último día de la gestión y le recordó que fue él quién quiso fusionar los dos
Ministerios. El mandatario le dijo, en otros términos, que debía hacerse cargo de su responsabilidad y resistir en su puesto.
Allegados a Casal sostienen que el principal temor del funcionario reside en que ya no tiene “banca” por parte de provincia y mucho menos de la Casa Rosada.
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