Además de estos dichos, el juez de la Corte Suprema, Eugenio Zaffaroni, negó haber estado ayer en Casa de Gobierno para hablar de su caso y desmintió encuentros con Carlos Zannini y Julio Alak. Agregó que el caso “es un hecho que me supera y uno lo que tiene que pensar, es en no enfermarse”
El juez de la Corte Suprema, Eugenio Zaffaroni, negó haber estado ayer en Casa de Gobierno para hablar de su caso y desmintió encuentros con Carlos Zannini y Julio Alak.
Dijo que al ministro de Justicia “no lo veo hace semanas” y que el caso del alquiler de algunas de sus propiedades "es un hecho que me supera”.
El juez, ante la consulta de la inmobiliaria que manejaba parte de sus propiedades y que fueron alquilados para el ejercicio de la prostitución, exclamó: “Y bue, cambiaré de inmobiliaria, qué voy a hacer”.
Zaffaroni dijo que el caso “es un hecho que me supera y uno lo que tiene que pensar, es en no enfermarse”. Y contó que “sigo nadando los metros que tengo que nadar”.
Y lamentó que ya “pasa a ser una cuestión nacional, en medio de una campaña electoral”. El abogado dijo que “no tengo idea quiénes son los de la ONG Alameda”.
“No hay documentación, lo único que he hecho es privilegiar mi actividad pública y como no tengo interés en dinero, delegué la administración de mis 15 propiedades”, detalló y que sobre sus departamentos, dijo que “a algunos, no los he visitado nunca” y que “varios eran de herencia familiar”.
En una larga charla en el piso de Radio Continental, el juez de la Corte indicó que “1500/1600 pesos es el precio de los alquileres” de esos departamentos. Y estimó que “en una semana quedarán desalojados” porque “hay una desnaturalización del contrato de locación”
Sobre si pudo conversar con sus colegas de la Corte Suprema, aseguró que “no he hablado con ellos”, pero que recibió la solidaridad del titular del cuerpo, Ricardo Lorenzetti.
Sobre la situación de los inmuebles alquilados para el ejercicio de la prostitución, indicó que “hay cuatro y hay un quinto que estoy viendo”. Y además, comentó que "estuve recibiendo mails extraños, cambié de contraseña y ahora surgió este disparate".
Y aseguró que está dispuesto a ir a la Cámara de Diputados y contestar todas las preguntas que le hagan los legisladores sobre el caso: “Allá voy, no tengo inconveniente”.
Dijo que al ministro de Justicia “no lo veo hace semanas” y que el caso del alquiler de algunas de sus propiedades "es un hecho que me supera”.
El juez, ante la consulta de la inmobiliaria que manejaba parte de sus propiedades y que fueron alquilados para el ejercicio de la prostitución, exclamó: “Y bue, cambiaré de inmobiliaria, qué voy a hacer”.
Zaffaroni dijo que el caso “es un hecho que me supera y uno lo que tiene que pensar, es en no enfermarse”. Y contó que “sigo nadando los metros que tengo que nadar”.
Y lamentó que ya “pasa a ser una cuestión nacional, en medio de una campaña electoral”. El abogado dijo que “no tengo idea quiénes son los de la ONG Alameda”.
“No hay documentación, lo único que he hecho es privilegiar mi actividad pública y como no tengo interés en dinero, delegué la administración de mis 15 propiedades”, detalló y que sobre sus departamentos, dijo que “a algunos, no los he visitado nunca” y que “varios eran de herencia familiar”.
En una larga charla en el piso de Radio Continental, el juez de la Corte indicó que “1500/1600 pesos es el precio de los alquileres” de esos departamentos. Y estimó que “en una semana quedarán desalojados” porque “hay una desnaturalización del contrato de locación”
Sobre si pudo conversar con sus colegas de la Corte Suprema, aseguró que “no he hablado con ellos”, pero que recibió la solidaridad del titular del cuerpo, Ricardo Lorenzetti.
Sobre la situación de los inmuebles alquilados para el ejercicio de la prostitución, indicó que “hay cuatro y hay un quinto que estoy viendo”. Y además, comentó que "estuve recibiendo mails extraños, cambié de contraseña y ahora surgió este disparate".
Y aseguró que está dispuesto a ir a la Cámara de Diputados y contestar todas las preguntas que le hagan los legisladores sobre el caso: “Allá voy, no tengo inconveniente”.
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