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jueves, 17 de mayo de 2012

Hipertensión en el vinculo entre Provincia y Nación


El Gobernador atraviesa uno de los momentos más difíciles en su relación con el kirchnerismo. Cansado del acoso, blanqueó sus aspiraciones presidenciales y se profundizaron las críticas. Scioli debe sortear, además, problemas económicos
.

A ello debe sumarse la coyuntura política surgida, no casualmente, antes de que Daniel Scioli exteriorizara públicamente su intención de postularse a candidato a Presidente en 2015.

El anuncio del mandatario provincial llegó después de un virulento cruce de acusaciones y reproches entre varios funcionarios bonaerenses y el vicegobernador, Gabriel Mariotto, luego de que el Senado provincial aprobó un pedido de informes, presentado por la oposición, para que el Ejecutivo precise detalles del gasto en publicidad oficial y la forma en que éste se distribuye entre los medios de comunicación.

Tras la confesión del ex motonauta, en la que dejó en claro que sólo se postularía si la Presidenta, Cristina Fernández, decidiera no hacerlo, el ala más fuerte del kirchnerismo endureció su postura.

Algunos temen que, de profundizarse estas actitudes, la gobernabilidad en el territorio bonaerense se vea condicionada. Por caso, la Provincia depende del auxilio de Nación para atenuar el rojo de las cuentas públicas (ver recuadro P.12).

La escalada de conflicto

El Gobernador fue obligado a enrolarse en una guerra de la que nunca quiso participar. Poco adepto a las peleas públicas, siempre optó por evitar las confrontaciones. Sobre todo cuando los ataques provinieron de dirigentes afines a la Presidenta, aunque no de parte de ésta. “Con ella la relación es óptima, y cualquier diferencia la arreglan a puertas cerradas. Los que lo critican son funcionarios de segunda línea”, explicaron siempre cerca del mandatario provincial.

Pero el acoso constante de los sectores más duros (Mariotto, La Cámpora y representantes de algunos organismos de derechos humanos) hizo que, por primera vez en un tono tan fuerte y contundente, Scioli saliera a marcar un límite.

Por ello, reconoció su intención de ser candidato presidencial en 2015. Sin dejar de lado la cualidad que más enaltece el mandatario al hablar de sí mismo -la lealtad-, confesó una aspiración que se incrementa cada vez que recibe una encuesta de opinión en la que se mide su imagen.

“Faltan tres años y medio para las elecciones presidenciales. La avanzada desde Nación fue muy pronta, nos quieren forzar hacia el abismo”, planteó el mandatario a los suyos una vez que su paciencia se vio colmada, y, tras el último pedido de informes, decidió poner fin a las especulaciones.

A partir de ahora, aseguran en la Gobernación, él o su tropa saldrán a contestar cada agresión. Ya no disimulará el enojo que le despierta que se ponga en duda su pertenencia al proyecto o su lealtad a Cristina. 

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