El titular de la CTA disidente sostuvo que Cristina ya no puede manejar la protesta gremial, tras el paro y corte de rutas en todo el país. Fue en la CGT, donde Moyano reunió a los sectores que hicieron el paro, como la Azul y Blanca de Barrionuevo y la Federación Agraria. Críticas a la soberbia del Gobierno.
Luego de un paro de los gremios disidentes que complicó al país con los cortes en los accesos a Capital Federal, Hugo Moyano lideró en la CGT una conferencia con todos los sectores que adhirieron a la medida, donde la definición más fuerte la dejó Pablo Micheli, de la CTA disidente.
“Ha habido más de 300 cortes. El Gobierno ha perdido control sobre el conflicto social, por lo tanto debería hacer lo que estamos haciendo nosotros. Esta diversidad que se ha juntado acá. Tenemos diferencias, pero no nos han impedido dejarla de lado para poner a los trabajadores y trabajadores del país”, afirmó Micheli, desde el estrado de la sede de la CGT.
Moyano ocupó el centro de la escena y presentó a cada uno de los oradores, entre los que estuvieron Micheli; Jorge Pérez Tamayo, de la Asociación de Pilotos; Ricardo Cirielli (técnicos aeronáuticos) y Carlos Acuña (estaciones de servicio), de la Azul y Blanca; Gerardo Venegas (Uatre) y Eduardo Buzzi (Federación Agraria Argentina), entre otros. Todos tuvieron su oportunidad de hablar antes de abrirse la ronda de preguntas.
"El silencio de las calles vacías es la voz que el Gobierno debe escuchar, los trabajadores hoy se han expresado en silencio, para que el Gobierno entienda la necesidad de dar respuestas a los reclamos", abrió Moyano y advirtió que “si no hay respuestas a los reclamos se van a profundizar los métodos de lucha”
"En algún momento creí que era nacional y popular, pero me doy cuenta que estaba equivocado", puntualizó Moyano. Y disparó contra "funcionarios de cuarta que han dicho cualquier disparate, que es una medida política, una extorsión. Hablan por jetones", con especial énfasis en Aníbal Fernández, al recodar que nunca debió salir “escondido en un auto”.
Entre diferentes proclamas y demandas sectoriales, hubo un denominador común: el repudio a la soberbia de la presidenta.
“Ojala se saquen la venda de los ojos y los tapones de los oídos a la señora presidenta para cumplir con la democracia que hacen falta”, pidió Micheli.
Ricardo Cirielli del gremio de técnicos aeronáuticos, le habló a Cristina: “Señora, siempre está a tiempo de cambiar de escuchar la voz de los trabajadores sin ningunear a nadie simplemente sentándose con los dirigentes”.
“Deje la soberbia. Hay algo que no se consigue en ninguna escuela que es la humildad. Le falta escuchar a los trabajadores, a la sociedad argentina. Está a la vista que no hay ningún tipo de soluciones si manda cualquier cuatro de copas a cuestionarnos”, insistió.
Tras definir como “un honor” su visita a la CGT, a la que enfrentó hace cuatro años durante el paro del campo, Eduardo Buzzi siguió en la misma línea. “(El Gobierno) no fue víctima de un piquetazo, sino que la gente no fue a laburar porque está cansado de la soberbia”, sostuvo.
“La unidad de acción del campo fue capaz de decirle basta al autoritarismo y a la soberbia. Y capaz de parar un país y decirle que las demandas deben ser atendidas”, insistió.
Gerardo “el Momo” Venegas apuntó al ministro de Trabajo, Carlos Tomada. “Vivió toda la vida de los trabajadores”, le dijo. Comparó el paro con los de la dictadura, “cuando los comercios cerraban las persianas”.
Julio Fuentes, de ATE, remarcó que los salarios más bajos están en los municipios y en las gobernaciones. Moyano fue más preciso y volvió a atacar a Tomada. “No es posible que haya el 40% de trabajo precario. El que más lo hace es el Estado en general y el Ministerio de trabajo”.
El camionero enumeró los reclamos que llevaron a la huelga: eliminación del impuesto a las ganancias para los salarios, suba del salario mínimo, fin del trabajo precario y mejora en las jubilaciones.
“Presidenta: tiene que devolver el dinero que le saca de las obras sociales”, culminó el camionero.
Moyano respondió preguntas y se trenzó con algunos periodistas, sobre todo cuando desvinculó a los dirigentes gremiales de los enfrentamientos en las calles. “Los que rompieron vidrieras, si no los apresaron es porque son services, los usan todos los gobiernos de turno", explicó.
Acudió a Piumato para afirmar que quienes se enfrentaron a los colectiveros, responden al vicegobernador Gabriel Mariotto.
“Ha habido más de 300 cortes. El Gobierno ha perdido control sobre el conflicto social, por lo tanto debería hacer lo que estamos haciendo nosotros. Esta diversidad que se ha juntado acá. Tenemos diferencias, pero no nos han impedido dejarla de lado para poner a los trabajadores y trabajadores del país”, afirmó Micheli, desde el estrado de la sede de la CGT.
Moyano ocupó el centro de la escena y presentó a cada uno de los oradores, entre los que estuvieron Micheli; Jorge Pérez Tamayo, de la Asociación de Pilotos; Ricardo Cirielli (técnicos aeronáuticos) y Carlos Acuña (estaciones de servicio), de la Azul y Blanca; Gerardo Venegas (Uatre) y Eduardo Buzzi (Federación Agraria Argentina), entre otros. Todos tuvieron su oportunidad de hablar antes de abrirse la ronda de preguntas.
"El silencio de las calles vacías es la voz que el Gobierno debe escuchar, los trabajadores hoy se han expresado en silencio, para que el Gobierno entienda la necesidad de dar respuestas a los reclamos", abrió Moyano y advirtió que “si no hay respuestas a los reclamos se van a profundizar los métodos de lucha”
Moyano saluda al Pollo Sobrero. A su lado están Micheli y el barrionuevista Carlos Acuña, del gremio de estadios de servicio. Atrás se ubican Piumato, Eduardo Buzzi y Pérez Tamayo, entre otros.
"En algún momento creí que era nacional y popular, pero me doy cuenta que estaba equivocado", puntualizó Moyano. Y disparó contra "funcionarios de cuarta que han dicho cualquier disparate, que es una medida política, una extorsión. Hablan por jetones", con especial énfasis en Aníbal Fernández, al recodar que nunca debió salir “escondido en un auto”.
Entre diferentes proclamas y demandas sectoriales, hubo un denominador común: el repudio a la soberbia de la presidenta.
“Ojala se saquen la venda de los ojos y los tapones de los oídos a la señora presidenta para cumplir con la democracia que hacen falta”, pidió Micheli.
Ricardo Cirielli del gremio de técnicos aeronáuticos, le habló a Cristina: “Señora, siempre está a tiempo de cambiar de escuchar la voz de los trabajadores sin ningunear a nadie simplemente sentándose con los dirigentes”.
“Deje la soberbia. Hay algo que no se consigue en ninguna escuela que es la humildad. Le falta escuchar a los trabajadores, a la sociedad argentina. Está a la vista que no hay ningún tipo de soluciones si manda cualquier cuatro de copas a cuestionarnos”, insistió.
Tras definir como “un honor” su visita a la CGT, a la que enfrentó hace cuatro años durante el paro del campo, Eduardo Buzzi siguió en la misma línea. “(El Gobierno) no fue víctima de un piquetazo, sino que la gente no fue a laburar porque está cansado de la soberbia”, sostuvo.
“La unidad de acción del campo fue capaz de decirle basta al autoritarismo y a la soberbia. Y capaz de parar un país y decirle que las demandas deben ser atendidas”, insistió.
Gerardo “el Momo” Venegas apuntó al ministro de Trabajo, Carlos Tomada. “Vivió toda la vida de los trabajadores”, le dijo. Comparó el paro con los de la dictadura, “cuando los comercios cerraban las persianas”.
Julio Fuentes, de ATE, remarcó que los salarios más bajos están en los municipios y en las gobernaciones. Moyano fue más preciso y volvió a atacar a Tomada. “No es posible que haya el 40% de trabajo precario. El que más lo hace es el Estado en general y el Ministerio de trabajo”.
El camionero enumeró los reclamos que llevaron a la huelga: eliminación del impuesto a las ganancias para los salarios, suba del salario mínimo, fin del trabajo precario y mejora en las jubilaciones.
“Presidenta: tiene que devolver el dinero que le saca de las obras sociales”, culminó el camionero.
Moyano respondió preguntas y se trenzó con algunos periodistas, sobre todo cuando desvinculó a los dirigentes gremiales de los enfrentamientos en las calles. “Los que rompieron vidrieras, si no los apresaron es porque son services, los usan todos los gobiernos de turno", explicó.
Acudió a Piumato para afirmar que quienes se enfrentaron a los colectiveros, responden al vicegobernador Gabriel Mariotto.
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