Fueron ministros, son peronistas y se anotan en la nueva rosca. Se muestran críticos del Gobierno nacional y son más contemplativos con la administración bonaerense. La Tecla los consultó y ellos
hablaron de todo
La Tecla consultó a ambos ex ministros de Economía bonaerenses acerca de su mirada del presente. Son peronistas críticos del kirchnerismo que coinciden en algunos puntos, difieren en otros y forman parte de una discusión política en ascenso “que abre espacios de debate cerrados hasta ahora”.
Sarghini
En un reconocido bar del Camino Centenario Jorge Sarghini se apasiona en la charla cuando habla de economía, pero más entusiasmo demuestra cuando la nota discurre por las cuestiones políticas.
“Adentro del peronismo hay más debate, y en la medida que hay más debate, los que tenemos pensamiento propio y queremos aportar a ese debate, tenemos más espacio. En estos años el kirchnerismo impuso una suerte de pensamiento único que cerró todo el debate. Yo soy naturalmente orgánico, porque así me formé, pero ser orgánico tiene ciertos límites.
A mí, en algún momento, desde la conducción del partido me dijeron ‘hable ahora o calle para siempre’; y la verdad que callar para siempre en un estado democrático, en un peronismo al que casi la inmensa mayoría de los que llegamos lo hicimos desde la rebeldía, no desde la obediencia, es muy difícil aceptar”, se descarga el ex diputado nacional.
Respecto de los nuevos espacios de discusión, Sarghini apunta: “Empiezan a aparecer ámbitos que no aparecían, y esto es lo que a mí me alienta en la posibilidad de poder participar adentro de la fuerza política a la que he pertenecido siempre y no quiero dejar de pertenecer. Si en algún momento aposté políticamente por construcciones alternativas, llegué
claramente a la conclusión de que eso no es para los peronistas. El peronismo es una fuerza que tiene demasiada vida interior como para pretender que sus actores acompañen en silencio por mucho tiempo. Puede durar un tiempo, pero no mucho”.
El ex ministro bonaerense entre 1997 y 2002 observa que la Provincia “en términos de economía real corre la suerte de lo que pasa en la economía nacional. Y en términos de economía del sector público es sabido que es una provincia desfinanciada para el cumplimiento de sus servicios de manera autónoma, estructuralmente desfinanciada. Cuando se está en procesos de alto crecimiento económico y alto crecimiento de recaudación, esto se disimula, como pasó en los primeros años de esta década; y cuando la economía se empieza a desacelerar, la recaudación se desacelera y el ritmo de gasto sigue, aparecen las dificultades”.
El ex titular del Banco Provincia entre 2003 y 2005 amplía diciendo que “la provincia de Buenos Aires siempre es la punta del iceberg, porque cuando empiezan los problemas en ella después vienen en el resto de las provincias, y finalmente terminan en la Nación. De hecho, a principios del kirchnerismo había tres puntos y medio del producto de superávit, y hoy hay más de tres puntos de déficit; lo que pasa es que tiene mecanismos de financiamiento alternativo, usa la emisión del Banco Central, usa las reservas y usa Anses. Y la Provincia no tiene ninguna posibilidad, apenas un mercado voluntario de corto plazo con tasas altas”.
Sarghini, quien entre otros cargos ocupó la titularidad de la Secretaría de Hacienda de Nación entre mayo de 2002 y el mismo mes de 2003, minimiza los efectos de la crisis internacional. “Lo que está en crisis en el mundo es la Europa Mediterránea, Grecia, España, Italia, pero el resto de Europa no está en crisis. Estados Unidos ha tenido un parate, pero no se puede hablar de que esté en crisis. Y las economías emergentes, particularmente las principales compradoras nuestras, como China o las principales socias comerciales, como Brasil, han tenido alguna desaceleración pero siguen creciendo”.
Para Sarghini, “los subsidios se multiplicaron casi por 40, y hoy tenemos 90 mil millones de pesos en subsidios, que buena parte de ellos son energéticos y al transporte. ¿A quién le vamos a echar la culpa por eso? La balanza energética, en el gobierno de Néstor Kirchner era superavitaria por seis mil millones de dólares, y hoy es deficitaria por seis mil millones de dólares. ¿Qué culpa tiene el mundo de eso? Y la inflación es culpa nuestra, en el mundo no hay y nosotros en el 2007 empezamos a tener inflación, y esto trajo como consecuencia el debilitamiento del tipo de cambio con perjuicio para las exportaciones, en particular las de valor agregado, las economías regionales y las de los sectores industriales más pequeños”.
El entrevistado también sale al cruce de quienes critican al gobierno de Daniel Scioli porque no sube la presión impositiva a los sectores más concentrados. “No es así, no es así -dice-, esto tiene que ver con la inflación real y la inflación del INDEC; cuando se ajustan los presupuestos, si se ajustan los impuestos de base fija, como lo es el Inmobiliario, se ajustan con la inflación oficial, o sea con la del INDEC, que es baja.
El impuesto a los Ingresos Brutos se ajusta con la inflación real, porque está atado a los precios y a la actividad. Entonces es natural que cuando hay dos inflaciones, una real y una ficticia, los impuestos que se ajustan con la inflación real crecen más rápido que los ajustados con la inflación ficticia”.
Remes Lenicov
En una centenaria cervecería del centro platense Jorge Remes Lenicov habla con fruición del ritmo económico del país, y a la vez esquiva entrar en las profundidades de las finanzas bonaerenses, porque “no la estoy siguiendo”.
Ante la consulta de La Tecla sobre si cree que el modelo vigente se termina en 2015, el ex ministro de Economía provincial durante las gestiones de Antonio Cafiero y Eduardo Duhalde señala que “este modelo que estableció la Presidenta en el 2008-2009, está agotado”.
Se pregunta: “¿Cómo es posible que en Latinoamérica todos crezcan y nosotros no?”. Y se contesta: “El año que viene dicen que podemos crecer el 3 por ciento. Este es un modelo inconsistente. La desocupación y la pobreza están creciendo. En los ‘90 se discutió que el modelo de la convertibilidad era crítico porque la desocupación crecía, y los sectores liberales ortodoxos decían que era parte del modelo el ajuste. Esas son concepciones. La derecha, los liberales y la gente a que le gusta más la demagogia buscan cualquier excusa para decir que lo que están haciendo está bien”.
Lenicov añade que “en primer lugar, el modelo cambió. El modelo que nosotros lanzamos, y que siguió Néstor Kirchner, decía ‘equilibrio fiscal’, ahora no hay; ‘baja inflación’, tampoco. ¿Dónde está todo eso? El modelo es otro y se focaliza exclusivamente en el consumo. Está bien cuando uno tiene que reactivar la economía, pero eso no sirve para crecer. Para crecer hay que tener consumo, inversión y exportaciones, los tres elementos. Las exportaciones son pocas, salvo en el caso de la soja, y tenemos problemas con la inversión”.
Respecto del pago a los fondos buitre, el ex diputado y ex ministro de Economía de la Nación entre enero y abril de 2002, analiza: “Argentina hizo una renegociación en 2005 y después en 2010, y quedó el 7 por ciento afuera. Creo que Cristina cometió un error al decir que ‘a los que no vengan no les pagamos’. Entonces, ese 7 por ciento empezó a bregar, y el juez Griesa, ante una declaración de la propia Presidenta, dijo: ‘Ahora pagan todo’. Es un exabrupto, no se puede, ni corresponde, pagar todo; no se les puede dar más de lo que se les dio a quienes renegociaron. Griesa es un extremo, y la posición que toma Argentina es otro extremo. Argentina debe sentarse y negociar, pero nunca les puede dar a los fondos buitre mejores condiciones que a los otros”.
A la vez, considera “una vergüenza” los dichos de Cristina Fernández sobre jubilados que actúan como caranchos y buitres y le hacen juicio al Estado. “Hay una ley que dice que las jubilaciones tienen que llegar al 82 por ciento, y no se cumple; a nadie, en una democracia, se le puede impedir que haga juicio, es su derecho”, considera el economista, que vaticina una “profundización de la crisis si no se cambia de dirección”.
Remes Lenicov también se involucra en la rosca política. “Hablo con muchos del peronismo, pero también de algún otro partido. Es muy divertida esta posición, porque puedo decir lo que pienso sin ninguna ambición, con lo cual puedo seguir siendo amigo. Del kirchnerismo también me llaman, tengo un amigo que lo hace cada tanto. En el Gobierno conozco algunos funcionarios que son muy buena gente y uno puede tomar un café y decirles ‘no me gusta esto’; yo discuto el direccionamiento de la política”, asevera.
Jorge Sarghini y Jorge Remes Lenicov coinciden en mucho. También en que ninguno de los dos volvería a ser ministro de Economía de la Provincia.
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