En una polémica movida, el Servicio Penitenciario encargó construir un buque para que detenidos realicen la actividad
El kirchnerismo continúa insistiendo con movidas que son, a esta altura, más que sospechosas. Al igual que como ocurriera con la polémica agrupación K “Vatayón Militante” -que promocionaba la salida de presos para participar en actividades culturales organizadas por el propio oficialismo-, ahora sería el Servicio Penitenciario el que estaría llevando a cabo una iniciativa similar para que detenidos de alta peligrosidad puedan gozar de algunos privilegios.
Concretamente, fue el mismo jefe de la fuerza de choque kirchnerista, Víctor Hortel, el que encargó la construcción de un buque para los presos en el penal de Rawson, provincia de Chubut. El navío, que será utilizado para la pesca de merluzas en aguas del mar argentino, costó cerca de $ 800 mil y está financiado con fondos girados desde Buenos Aires.
Asimismo, a este valor hay que sumarle otro medio millón de pesos por el permiso de pesca y el costo de la instalación de una cámara procesadora de pescado dentro del penal chubutense.
El barco de la discordia
En detalle, el buque mide más de nueve metros de largo por cuatro de ancho, está pintado de celeste y blanco y tiene una bandera argentina dibujada en la proa. Pero el hecho insólito es que Hortel estaría totalmente decidido a bautizarlo con el nombre del expresidente de la Nación, Néstor Kirchner, tal como sucede con escuelas, calles, hospitales y plazas de barrio, ya sea en el país como en la Provincia.
El barco de la discordia
En detalle, el buque mide más de nueve metros de largo por cuatro de ancho, está pintado de celeste y blanco y tiene una bandera argentina dibujada en la proa. Pero el hecho insólito es que Hortel estaría totalmente decidido a bautizarlo con el nombre del expresidente de la Nación, Néstor Kirchner, tal como sucede con escuelas, calles, hospitales y plazas de barrio, ya sea en el país como en la Provincia.
A su vez, otro dato llamativo que salió a la luz es que en la zona donde el barco llevaría a cabo sus actividades rige actualmente la emergencia pesquera y están suspendidos todos los permisos oficiales. En este sentido, si se consiguen los avales para pescar, se encenderá otra polémica que mancharía todavía más al Gobierno K, jaqueado por sus cuestionados métodos de inclusión social.
Justamente, la movida kirchnerista se enmarca en un contexto en el que las respuestas desde Casa Rosada a la ola de inseguridad son nulas y las políticas para prevenir el delito brillan por su ausencia, dejando como saldo un tendal de víctimas que sigue aumentando a medida que pasan los días.
El triste recuerdo del “Vatayón Militante”
A mediados del año pasado, fue el exapoderado de Madres de Plaza de Mayo, Sergio Schoklender, el que denunció los turbios manejos del kirchnerismo en los penales: en aquella ocasión, el parricida sostuvo a viva voz que la agrupación ultra K La Cámpora “destinó algunas mujeres que van a la cárcel a reclutar militantes y a organizarlos. Van por los pabellones con total libertad”.
Lo cierto es que el famoso “Vatayón Militante” -con V, por la V de la Victoria-, recorre penales, como los de Ezeiza, Marcos Paz y Devoto, con la intención de sacar a procesados por delitos graves para que éstos participen de eventos políticos disfrazados de actividades “culturales”. En este sentido, el caso más resonante fue el de Eduardo Vásquez, el exbaterista de Callejeros que fue condenado por matar con fuego a su mujer, Wanda Taddei.
Lo cierto es que el famoso “Vatayón Militante” -con V, por la V de la Victoria-, recorre penales, como los de Ezeiza, Marcos Paz y Devoto, con la intención de sacar a procesados por delitos graves para que éstos participen de eventos políticos disfrazados de actividades “culturales”. En este sentido, el caso más resonante fue el de Eduardo Vásquez, el exbaterista de Callejeros que fue condenado por matar con fuego a su mujer, Wanda Taddei.
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