En Rusia, la presidenta se mostró ofuscada y buscó tirarle el fardo a Barack Obama por el fallo en contra que se le viene a su gobierno por el reclamo de los fondos buitres. La Argentina está cada vez mas complicada y los números no cierran
"Vayan a preguntarle a Obama”. Esta fue la respuesta que dio la presidenta Cristina Fernández cuando le consultaron, en Rusia, sobre el inminente fallo de la Corte de Estados Unidos que beneficiará a los fondos buitres y demostrará que los más de 175 mil millones de dólares que se pagó en la última década en concepto de una deuda externa ilegal, ilegítima y fraudulenta, no sirvió para nada. Mejor dicho, sirvió sólo para que un puñado de bancos y consultoras, ligadas al poder político, hicieran infames negocios a costa del hambre, la miseria y el subdesarrollo de millones de compatriotas.
Los 175 mil millones de dólares podrían haber cambiado la historia del país, si se hubiesen utilizado en planes estratégicos de desarrollo para generar empleo genuino, modernizar la infraestructura vial y ferroviaria (en un país donde chocan los trenes, y hay más de 7000 muertos por año en accidentes de tránsito); generar las condiciones para el surgimiento de una burguesía nacional que defienda los intereses del país y le otorgue valor agregado a la economía. Nada de eso se hizo: se privilegió el pago a los acreedores que apostaron a la bicicleta financiera y ahora estamos pagando las consecuencias.
En ese contexto, no es casualidad que la primera mandataria esté ofuscada. Pese a la entrega infame que hicieron tanto ella como su marido muerto, los centros de poder internacional le están dando la espalda. Y sus propias declaraciones anticipan que lo que viene en la Corte de EE.UU no es para nada favorable para su gobierno.
Cipayos
Tanto arrodillarse frente a lo bancos y financistas, que llegó hasta el extremo de pagarle al contado y por anticipado 10 mil millones de dólares al Fondo Monetario Internacional, cuando ni siquiera el propio organismo multilateral lo reclamaba, no le trajo ni un solo beneficio al país al punto que prácticamente esta vedado desde hace más de un década el acceso al financiamiento externo.
“Pedirle a Dios que ilumine a la Corte de EE.UU y luego recurrir a Obama, demuestra que ya está todo prácticamente dicho. Esto es el resultado de una pésima estrategia del gobierno nacional, es un fracaso absoluto en todo sentido. Y lo más grave es que la propia Presidenta se define como ‘una pagadora serial’ cuando en realidad la deuda ilegitima, que se paga sin ningún tipo de auditoria previa, se está saldando con recursos que se sacan a los jubilados y a las provincias, entre otros sectores”, le dijo a Hoy el exdiputado nacional, Mario Cafiero, que desde hace años viene estudiando los negociados que se realizaron con la deuda externa desde la última dictadura militar hasta el presente.
Ayer, en la ciudad de San Petesburgo (Rusia), a CFK se la vio visiblemente nerviosa. No era para menos ya que el Grupo de los 20, que reúne a naciones desarrolladas y subdesarrolladas (como la Argentina), no incluirá el caso de la deuda de nuestro país en la declaración final. En otras palabras, la Argentina, que tiene a La Cámpora copando gran parte de la política exterior, está cada vez más aislada del mundo.
"Si lo ven a Obama por algún pasillo, búsquenlo y pregúntenle...", replicó la jefa de Estado, cuando se la consultó sobre los motivos que habrían llevado a los Estados Unidos a no incluir el tema en el documento final del encuentro.
El gobierno argentino aspiraba a que el estadounidense influyera sobre la Corte de Nueva York para que acepte tratar la apelación argentina, lo que a su vez demoraría el cumplimiento del fallo que exige pagar el total del valor de los bonos en manos de los fondos especulativos. Sin embargo, la situación se complicó globalmente porque la Cumbre del Grupo de los 20 dejó de lado en las discusiones los demás temas que no sean la crisis desatada por Siria. Igualmente, el acercamiento argentino a Irán y ahora la posición ya expresada por la Presidenta en relación al conflicto, alejó mucho más a la Argentina de Obama y se verá que ocurre con Francia, aliado de los Estados Unidos, quien estaba dispuesto a hablar en la Corte estadounidense a favor del país. En lo interno, la media sanción de la tercera posibilidad del canje de deuda fue tomada con beneplácito por los mercaderes que hicieron negocios oscuros con la deuda, pero incluso en ese sector existe incertidumbre sobre la conveniencia de un cambio de jurisdicción que anunció CFK.
Ante la frialdad en el caso de la deuda, el ministro de Economía, Hernán Lorenzino, no la acompañaró a Rusia. En definitiva, está claramente demostrado que el gobierno carece de materia gris. El gabinete K consiste, básicamente, en un rejunte de aplaudidores y obsecuentes.
Números que no cierran
Al cimbronazo que puede ocasionar una decisión de la Corte de EEUU a favor de los fondos buitres, se le suman que, en la economía doméstica, los números no cierran por ningún lado. De hecho, tras las elecciones, podría producirse un fenomenal ajuste que podría profundizar aún más la recesión.
En ese contexto, por más que el gobierno ha vaciado prácticamente todas las cajas del estado para financiar el clientelismos y el gasto improductivo, el sector público nacional registraría este año un déficit fiscal primario equivalente al 0,5% del Producto Bruto Interno (PBI). Eso no es todo: el déficit financiero (luego de pagar intereses de la deuda) "escalaría a casi 2,5 puntos del producto", estimó la consultora Management & Fit. Por su parte, la consultora Finsoport advirtió que la situación fiscal se tornará "insostenible" en el futuro.
Ambos informes resaltan que las cuentas fiscales cerraron el primer semestre con un superávit primario de $ 4727 millones, pero recuerdan que a esa cifra se arribó con "maquillajes". Se refieren a los cuantiosos aportes provenientes de la Anses y del Banco Central (BCRA). "Descontando esos aportes, por $ 17.788 millones, el resultado fiscal primario, presentado como superávit, se convierte en un déficit de $ 13.061 millones", destacan. Advirtieron también sobre la magnitud que está tomando el desequilibrio financiero, que alcanzó los $ 13.789 millones en el semestre, pero habría escalado hasta los $ 32.578 de no haber contado con esos aportes", estimó Management & Fit.
El delirio K ya no tiene límites
Si algo le falta al complicado panorama económico, es que el kirchnerismo siga inventando fantasmas desestabilizadores con el único objetivo de victimizarse ante lo que será una contundente derrota en las urnas.
Ayer, el dirigente piquetero kirchnerismo Luis D’Elía llegó al extremo de insinuar que el gobierno tiene los días contados. Desde su cuenta de Twitter, se atrevió a ponerle fecha de caducidad al supuesto “golpe”: el próximo 8 de noviembre, #8N, hashtag al que él mismo recurrió y que fue creado el año pasado para la convocatoria a la marcha contra el Gobierno nacional.
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