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jueves, 7 de agosto de 2014

Entretelones de la humillante derrota de Pichetto

LPOEl jefe de bloque no quería a Boudou en la sesión, pero Cristina se lo impuso. Su lejano sueño de ser vice de Scioli.
Miguel Pichetto fue por lejos la figura más humillada este miércoles en el estruendoso retorno de Amado Boudou a la presidencia Senado, que había logrado evitar en la última sesión e intentó frenar con operaciones que Cristina
 hizo volar por los aires en pocos minutos.
Todo lo que buscó evitar en estas semanas, con centros cruzados a la oposición
 y guiños a sus pares con el fin de forzar la licencia del vice y levantar ese trofeo
ante Daniel Scioli, se convirtió en papel mojada por su eterna cobardía a dar la
pelea, cuando la Presienta lo pone en situaciones límites. Con tardes como la
de hoy, su sueño de acompañar a Scioli en la fórmula presidencial parece eva
porarse. Ya decía Maquiavelo que la fortuna es una dama esquiva que ama a los valientes.Como acostumbra, cuando quiere poner las cosas en orden a nivel in
terno, la Presidenta dejó a su jefe de bloque bien expuesto, como para que el es
tigma de haber protegido al vicepresidente -aunque sea a disgusto- lo acompañe
 por siempre.
En ese sentido, la postal de hoy no favorece al rionegrino: Mientras cumplía ór
denes de Cristina y defendía a Boudou, el gobernador bonaerense recibía al uru
guayo Tabaré Vázquez, viejo rival del kirchnerismo. 
La sesión se había pensado sin Boudou porque la agenda oficial lo daba en Co
lombia para participar de la asunción del reelecto José Manuel Santos.
La oposición tenía su escena armada: exponer su proyecto para exigirle al vice
 que se tomara licencia y volver a despotricar por sus penurias judiciales por la
quiebra de la ex Ciccone Calcográfica.
El texto fue consensuado por todos los bloques y alentado por el propio Pichetto,
 quien en cada charla de pasillo machacaba contra el vice.
La conspiración
“En la causa de Formosa lo van a procesar también, es mucho más grave que la
 de Ciccone y la del auto", repetía Pichetto en charlas informales detalladas a
LPO, en las que se jactaba: “Fue un desprolijo y no entra en razón”.
Su cruzada había comenzado en la sesión del 10 de julio, cuando logró que la
presidiera Gerardo Zamora, bajo la amenaza de que sólo así había quórum.
Decía no tener varios de los suyos y que la oposición no iba a sentarse, aun cuan
do ese día, los radicales no amenazaban con abandonar el recinto y frustrar el
proyecto que habilitaba los créditos de China. Asustada, Cristina entró en la ju
gada y avaló el petit linchamiento de su vice.
Envalentonado en estas semanas, Pichetto se animó a más y sondeó a sus pa
res para que salieran pedir la licencia de Boudou y dejaran un escenario compli
cado para juntar mayorías.
Querían dar un mensaje al peronismo de un liderazgo que al menos le permita
algunos referentes no acatar todos los gritos de Cristina.
La santafesina Roxana Latorre, que suele decir lo que Pichetto no se atreve, fue
 la primera en cruzar el cerco y decir que lo mejor es que Boudou se vaya del Se
nado. Le siguió el mendocino Rodolfo Bermejo. Cristina no esperó más.
Esta mañana llamó a Pichetto con una orden clara: “Boudou va a presidir la se
sión y lo vas a defender”. Tantas ganas tenía Cristina de mandarlo al Senado
 que ordenó posponer su vuelo para las 18 horas.
La rendición
Con media hora de retraso, el rionegrino fue a la reunión de labor parlamenta
ria a dar la noticia. Ni siquiera pudo regocijarse con ver como maltrataban al vi
ce, habitual coordinador de esas reuniones.
Como relató LPO, si bien es cierto que varios miembros del bloque oficialista de
testan la idea de proteger a Boudou, como el propio Pichetto, Aníbal Fernández,
 Bermejo o los misioneros; hay un núcleo duro dispuesto a ponerle el pecho co
mo a cualquier otra causa K.
Dispuesta a marcar la cancha, la Presidenta los hizo hablar a todos. El primero
fue el santacruceño Pablo González, le siguió el neuquino Marcelo Fuentes, la
 voz de la Casa Rosada en temas álgidos; y luego Ruperto Godoy, el sanjuanino
 que tuvo asiento en los últimos viajes presidenciales y lanzó una frase fulminan
te: "Este bloque defiende homogéneamente a Boudou. No crean que estamos
divididos", aclaró.
Fueron diez los senadores del Frente para la Victoria que defendieron a Bou
dou, ya con la oposición fuera del recinto. Y hasta se sumaron María de los Án
geles Higonet y José María Roldán, habituales aliados silenciosos.
Pichetto habló al final, volvió a evitar referirse a la causa, dejó de lado su ímpe
tu característico y luego de pasarse toda la sesión con sus habituales gestos de
 fastidio, sólo dijo que Boudou no podía ser juzgado como senador como plan
tea, según su interpretación, el proyecto opositor.
En la próxima sesión deberá seguir poniéndole el hombro a la situación, en es
te particular martirio al que lo han condenado su doble juego y la intransigen
cia de Cristina que no duda en empujarlo hasta la pared, acaso conocedora de
 su temperamento timorato a la hora de dar la pelea frontal. La oposición ya
avisó que quiere llevar al recinto la votación de su proyecto para apartar al vice
 y a Pichetto no le quedará otra que rechazarlo y enecabezar, una vez más, la
defensa de su odiado Boudou.

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