La preocupación es grande. Y nadie habla de inseguridad. Los hechos su
fridos por la Gobernadora María Eugenia Vidal en su despacho y por el mi
nistro de Gobierno Federico Salvai en la Residencia son mencionados co
mo "actos intimidatorios" y apuntan directamente a la Policía
tual. Las miradas están puestas en el ex Jefe de la fuerza, el ex jefe del
ahora jefe Pablo Bressi, Hugo Matzkin. No se dice a viva voz, pero se dice.
"El actual jefe, Hugo Matzkin, cumplió una etapa y pidió su pase a retiro”
, anticipaba el ministro de Seguridad, Cristian Ritondo, en la ceremonia
de asunción de Vidal, junto al resto de sus pares. De ahí vienen las ren
cillas, que nunca se esperó lleguen a tanto. Eso, al menos, comentan en
los pasillos de la Gobernación.
"Ritondo sabe con los bueyes que ara, pero no se siente seguro. Ritondo
tendría que irse de acá (por el edificio de Jefatura de Policía de 2 y 51 en
La Plata), no puede estar todo el tiempo con la Policía, acá mandan ellos
Cristian tendría que tener su despacho en otra dependencia", decía a La
Tecla, tiempo atrás, un colaborador cercano.
Confía en Bressi y no mucho más. El problema son los viejos, los que se
quedaron afuera. Entre ellos, Matzkin, que según se comenta "cuenta con
una estructura de inteligencia que viene haciendo escuchas teléfónicas
desde la localidad de City Bell (La Plata) y desde el partido de Ezeiza".
Esas escuchas estarían dirigidas a la mismísima mandataria provincial y
a varios de sus principales ministros. Las voces cuentan que Matzkin,
hoy asesor de Alejandro Granados en Ezeiza, no estaría solo en este jue
go. Sus principales "compañeros" serían Fernando Pocino, ex director
de Reunión Interior de la Agencia Federal de Inteligencia y el ex Jefe del
Ejército, César Milani.
“Un saludo para Matzkin que me está escuchando”, suele decir María Eu
genia Vidal en las conversaciones que mantiene con su iPhone; publicó
Clarín en su edición de hoy; dando cuenta que la Gobernadora está al
tanto de las supuestas movidas en su contra. Y también dando cuenta
de que aparenta no tener miedo.
Actos intimidatorios, aprietes. Antes le tocó al intendente de La Plata,
Julio Garro. Ahora a la Gobernadora y al ministro de Gobierno. Pero no
es algo nuevo. El asunto viene desde hace varios meses, tal como pu
blicó este medio en ediciones anteriores.
"Para realizar semejante reforma les falta gente que les responda, ellos
recién llegan y los mandos son los mismos de antes. No se puede cam
biar así porque sí", señalaba un legislador bonaerense ligado al peronis
mo. La referencia era para la nueva Policía bonaerense pretendida por
Provincia.
“Estamos convencidos de dar la batalla contra las mafias, la corrupción
y la desidia, por eso empezamos una reforma en la Policía de la Provin
cia, apostando a los que hacen las cosas bien y dándoles todo nuestro
apoyo”, decía, palabras más, palabras menos, la mandataria bonaeren
se ante la Asamblea Legislativa.
Y en el mismo sentido, agregaba: “Instruí que todos los cargos policia
les, de Subcomisario en adelante, y el mismo rango para el Servicio Pe
nitenciario, presenten en el plazo de treinta días sus Declaraciones Ju
radas y lo hagan públicamente”.
De entrada se supo que tanto cambio no iba a caer bien en la fuerza. Y
el primer mensaje llegó un día después de las palabras de Vidal, con el
mencionado robo perpetrado en la casa del jefe comunal platense. Ho
ras después, vale recordar, también fueron robados en La Plata los al
caldes de Saladillo, José Luis Salomón y de Magdalena, Gonzalo Pelu
sso.
Pero la administración bonaerense no se amilanó e insistió con promo
cionar los cambios. Y a los pocos días, de buenas a primeras, volvieron
los secuestros expres. “En las últimas dos semanas, hubo siete se
cuestros denunciados”, que se llevaron a cabo “en la zona sur, y aho
ra se está dando un fenómeno en la zona oeste”; explicaba el ministro.
De la zona oeste del Conurbano, más precisamente de Ramos Mejía,
es oriundo el Jefe de la Policía Bonaerense, Pablo Bressi, que como
s sabido, entre otras cosas, es especialista en mediación con secues
tradores. “Todo tiene que ver con todo, acá no hay casualidades, si arri
ba creen que se trata de una casualidad, lamentablemente estamos a la
buena de Dios”, señalaba en estricto off un ex Comisario general.
“Todo está relacionado”, decía a La Tecla un ex oficial. Y en la misma
bolsa, la de los mensajes de la incontrolable fuerza bonaerense, in
cluía supuestos llamados telefónicos mafiosos al ya mencionado Ri
tondo y la amenaza de muerte a la mujer del intendente de Chivilcoy
y ex Comisario General, Guillermo Britos.
Cuenta la leyenda que disgustada con las reformas que el por enton
ces ministro Carlos Stornelli quería implementar, la maldita policía se
puso manos a la obra y logró mandar para atrás aquellas modificacio
nes.
“En una página web que apareció de un día para el otro, un anónimo
publicó las coordenadas exactas en las que se encontraba la silla
del ministro, el vino que tomaba y los habano que fumaba”, recuerda
un viejo efectivo con llegada a la cúpula.
La Policía cuenta con información de todos y cada uno de los políti
cos, de los que llegan al poder, de los que se van y de los que en al
gún momento llegarán. Siempre se guarda un as bajo la manga, y si
las cosas no funcionan como ellos pretenden, el panorama no será
el más alentador.
En el Gobierno lo saben y de todos modos van para adelante, hasta
el momento cobijando bajo el ala a Pablo Bressi y a su gente. Matz
kin o no Matzkin, la Provincia quiere un cambio. La pregunta es has
ta dónde van a llegar los aprietes (en caso que lo sean) y si hay la su
ficiente espalda para aguantar.
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