En la noche de ayer el Tribunal Oral N°2 compuesto por los Dres. Jorge Tamagno,
Eduardo Campos Campos y Analía Avalos condenó a reclusión perpetua a Adrián
Svich y Diego Buzzo por el asesinato de Mara Sofía Mateu en el año 2008. Una
bocanada de alivio y un largo llanto. Fueron las dos expresiones de los familiares
cuándo se arribó al final. Luego de tres horas y media de lectura por parte de los secretarios, el destino de ambos imputados estaba sellado. Se los había encontrado culpables de la violación y el asesinato de la adolescente.
En la sentencia los jueces fueron minuciosos. La causa 88, tal la descripción técnica, les
había mostrado en las largas jornadas de debate que había "elementos probatorios" que los
hacían arribar a esta decisión. No solo para determinar la culpabilidad de ambos sino también para entender que Alejandra Elichiribehety debía ser absuelta. No había ningún elemento que demostrara que sabía de la procedencia del celular que Diego Buzzo le había entregado. Y además, había dicho en todo momento la verdad sobre la procedencia del aparato, hecho que sirvió para encaminar la causa hacia uno de los asesinos.
Cerca de las cinco de la tarde, un grupo de personas se acercó a la puerta del Tribunal. Eran madres, padres y familiares de víctimas de la violencia. Estaban con sus fotos en y carteles apoyando a la familia Mateu. "Se va a acabar esa costumbre de matar" cantaban antes del inicio de la lectura de la sentencia. Luego ingresarían por turnos al reducido espacio que ocupaba el público en la sala de audiencias.
La lectura resultó esclarecedora sobre los hechos por los que Buzzo y Svich serían culpables. Luego de desestimar las nulidades planteadas por los abogados defensores en cuánto a la detención de Buzzo, la extracción de sangre, la incautación de la ropa de Svich y las posteriores pericias; la sentencia recorrió los momentos finales de la vida de Mara Mateu y el modo en que fue asesinada.
Hubo un momento en que Dante Mateu lloró. El joven que había mantenido una calma admirable durante los diez día de audiencias se quebró. La Secretaria del Tribunal leía que su hermana había salido cerca de las 19.30 hs de la casa y que él mismo había estado buscandola por el centro de Santa Teresita para que volviese a su casa temprano. No la había encontrado. Ese recuerdo fue un golpe duro. Su padre, la pareja de su padre y familiares salieron en la búsqueda. Nadie podía encontrarla. Hicieron la denuncia policial y el propio Leónidas anduvo en los patrulleros intentando dar con el paradero de su hija. Al mediodía siguiente una capitana de la policía les comunicó lo peor. Ahí nació el calvario. Un turista había "visto entre las ramas en unos médanos una pierna que asomaba". Le llamó la atención que estuviera "tan quieta" y se acercó. Ahí estaba Mara. "Boca abajo, de cúbito ventral" dice el informe. Había sido brutalmente violada vaginal y analmente y en su cuello había un cordón de su zapatilla izquierda ahorcándola y atado a una rama.
¿Por qué Buzzo y Svich?. Porque Buzzo la conocía a Mara y a ese lugar solo pudo arribar acompañada por alguien de su confianza. Hubo testigos que los vieron juntos cerca de las 20.00 hs. Su ADN fue encontrado en el cuerpo de la víctima, en el cordón con el que la ahorcaron y en la rama dónde quedó amarrada. Fue al último a quien un testigo vio con la chica en la costanera de Santa Teresita muy cerca de dónde la hallaron. Fue Buzzo quién se apropió del celular y vendió el mp3 que Mara tenía cuándo la mataron.
Svich tenía material genético compatible con el adn de Mara en una camisa blanca. Un hecho que se trató de desacreditar pero el Tribunal entendió que no había elementos para hacerlo. Las pericias de Adn fueron contundentes, no había margen de error. Era imposible suponer que la camisa fuera "puesta" entre la ropa del acusado o no perteneciera a él. Además en una discusión en el hotel dónde estaba alojado lo complicó. Svich le dijo a una empleada tratando de amedrentarla que "tengo una chica colgada de un árbol". Además las marcas del cuerpo de Svich eran recientes y no anteriores a su viaje desde La Plata cómo él había pretendido demostrar. Y tenía forma ungueal: es decir que fueron hechos por uñas. Seguramente por las mismas uñas que desaparecieron de la Asesoría Pericial de La Plata en 2009 y pertenecían a Mara Mateu. Un hecho que nunca fue aclarado y cuya causa prontamente se archivó.
Todos los elementos que había en la causa fueron detallados para no dejar lugar a dudas. Cada momento de las últimas horas de Mara y los días posteriores de los acusados fueron mostrados fotográficamente avalados por testimonios y pericias. Las dudas sobre el horario de la muerte se disiparon a medias y se logró establecer que podría haber sido cercano a la medianoche. Todos los caminos de la acusación cerraban para la condena. Pero hubo algo más en la sentencia final de los jueces. El único hecho que la brillante labor de la Fiscal Claudia Castro no había logrado establecer: la relación entre los dos hombres. "Es mi íntima convicción que Svich y Buzzo se conocían" dijeron los magistrados. Y lo fundamentaron. A pesar que nadie los vio juntos ni hubo en el cruce de llamadas telefónicas ninguna entre ellos. El padre de Buzzo declaró en el juicio que Svich había amenazado a su hijo diciendole que "ojo con lo que declarás porque tenés tu familia afuera". El tribunal que había permanecido en silencio en casi todo el debate habló mediante su sentencia. Y logró hacer verdad algo que se comentó siempre y nunca se había podido probar. "Los dos estuvieron juntos con Mara" dijeron. Y dejaron entender que a la chica la había llevado Buzzo al lugar dónde se enontraron con Svich. El hombre que le llevaba la droga que Buzzo después repartía.
Ricardo Carugattipara
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