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miércoles, 30 de noviembre de 2011

El Gabinete, al borde de un ataque de nervios

A menos de dos semanas de la reasunción de Cristina Kirchner, los principales funcionarios del kirchnerismo no saben si continuarán en sus cargos, serán reubicados en otra cartera o incluso apartados del Gobierno. En el cierre de Tecnópolis, se preguntaban entre sí por alguna novedad. A tan sólo un día de la jura de las nuevas autoridades en el Senado, Aníbal Fernández no conoce cuál será su destino.
El hermetismo ante cualquier anuncio, se sabe, es una característica distintiva de los gobiernos kirchneristas. Pero ni los propios funcionarios del Gobierno se explican que a diez días de la reasunción de Cristina, todavía no se les haya anunciado la conformación del nuevo gabinete. Ayer, en medio del cierre de Tecnópolis, los ministros se preguntaban entre sí -y era prácticamente el único tema que se tocaba- para saber si alguno tenía novedades. Pero nadie conoce su futuro.

Más allá del manejo unipersonal de los tiempos políticos, resulta llamativo que aún no se hayan definido cargos tan importantes como la jefatura de Gabinete o la cartera de Economía. Todos comentaban acerca de la necesidad de tener ciertos tiempos para conformar equipos, por ejemplo.

En rigor, salvo el ministro de Salud, Juan Manzur -acaso el único que tiene garantizada su continuidad, y que debió pedir licencia a la vicegobernación de Tucumán-, ningún otro integrante del Gabinete sabe si continúa en el mismo cargo, lo mueven hacia otra cartera o incluso queda desvinculado del Gobierno.

El jefe de Gabinete saliente, Aníbal Fernández, probablemente sea el caso emblemático: luego de varios años de concentrar poder, y a tan sólo un día de la jura de las autoridades del Senado, no sabe si asumirá la presidencia provisional de la Cámara Alta, presidirá una comisión legislativa, se convertirá en el nuevo jefe de bloque o simplemente será un senador "raso".

Ayer, en el predio de Tecnópolis, era uno de los que comentaba desolado que no sabe qué será de su futuro político. Lo escuchaban, en silecio, ministros con menos llegada a la Presidenta. Por el momento, la decisión sólo la conocen Carlos Zannini y Máximo Kirchner.

Frente a tanta dilación, Florencio Randazzo parece haber bajados expectativas y ya no anuncia con seguridad que será el sucesor de Aníbal. Puede serlo, pero también podría conservar el ministerio del Interior o incluso quedar directamente desvinculado.


Su lugar podría ser ocupado por Juan Manuel Abal Medina, quien también suena para la jefatura de Gabinete o para encabezar un probable nuevo ministerio de Cultura y Comunicación. También podría quedarse en la Secretaría de Medios y Comunicación.

Julián Dominguez, diputado electo, no sabe si asumirá su banca en la Cámara Baja para convertirse en presidente provisional, jefe de bloque, o si se quedará con el mismo lugar que ocupa actualmente: el ministerio de Agricultura.

Otro peso pesado con futuro incierto es Julio De Vido. Su panorama parece más claro: aspira a conseguir la jefatura de Gabinete o conservar su estratégica cartera de Planificación Federal. El destino de Amado Boudou está claro desde el 23 de octubre, pero no quién será su sucesor: Débora Giorgi, Mercedes Marcó del Pont y Hernán Lorenzino -impulsado por el vicepresidente electo- son los principales candidatos.

Crecen también los rumores respecto a posibles cambios en la SIDE. Héctor "el Chango" Icazuriaga -muy cercano a la Presidenta- podría pasar al Ejecutivo, dejando al frente a Francisco "Paco" Larcher. Nilda Garré, quien ya fue mencionada como posible jefa de Gabinete, también suena como reemplazante de Icazuriaga en la SIDE, si es que "El Chango" pasa al Ejecutivo.

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