Después de que Cristina Kirchner se refiriera al ministro de Economía español Luis de Guindos como "el pelado ese", el diario El País se preguntó qué pasaría si otro jefe de Estado calificara a Máximo Kirchner como "el gordito ese". También se burló de la Presidenta por leer Clarín y no querer nombrarlo.
Después de la guerra que desató la estatización del 51% de las acciones de Repsol en la petrolera YPF, un nuevo cruce entre Cristina Kirchner y las autoridades españolas vuelve a generar bronca en los medios de ese país. En rigor, la Presidenta se refirió al ministro de Economía español Luis de Guindos como "el pelado ese", lo que generó una inmediata respuesta del diario El País, que se pregunta qué sucedería si se califica a Máximo Kirchner como "el gordito ese".
El Pais relata con ironía que Cristina Kirchner, en una de sus habituales discursos por cadena nacional, recurrió a "las alusiones de costumbre sobre la situación económica de España, que se podrían resumir en una frase: España va mal y Argentina va bien".
Pero el periódico español se concentró en un pasaje particular del discurso presidencial. "Hoy me pegué un susto bárbaro a la mañana, porque yo recibo, además de todos los diarios locales, El País de España. (...) Y miren lo que era tapa. La traje para mostrárselas porque seguramente ustedes no la vieron: "La UE pone bajo tutela a España", miren al pelado ese...", dijo Cristina.
El País destaca que "el pelado ese viene siendo el calvo este, el ministro de Economía español, Luis de Guindos". Y se pregunta: "Solo fue una alusión cariñosa la del pelado, nada más. No hay que dejarse atrás nunca una pequeña dosis de humor. Pero, ¿se imaginan a un jefe de Estado de cualquier nación refiriéndose al supuesto líder de La Cámpora, el hijo de la presidenta, Máximo Kirchner, como el gordito ese, por ejemplo?"
También aprovechó la ocasión y se burló de que, a pesar de su encarnizada guerra con el Grupo Clarín, sigue leyendo religiosamente ese diario, aunque no quiera admitirlo. "Lo más sobresaliente del discurso vino minutos después. Imagínense la escena: la presidenta de todos los 40 millones de argentinos lee el domingo un artículo en un periódico que no pretende nombrar, pero que todo el mundo sabe que es Clarín", dice el artículo de El País.
Y continúa con más críticas: "Lee una entrevista con un argentino, un supuesto empleado de una inmobiliaria. No le gusta lo que acaba de leer y va y llama al máximo responsable de la AFIP, (...) le pide al jefe de los inspectores fiscales que investiguen las cuentas de ese argentino que habló el domingo en la página 10 del diario innombrable".
"Uno había oído a pequeños empresarios y a escritores decir que no querían hacer declaraciones en contra del Gobierno porque le iban a echar encima a la AFIP, como si se tratara de un animal que actuase por venganza, por resentimiento o por emociones mal controladas, en vez de un ente serio y transparente que no discrimina entre amigos ni enemigos. Si el empleado o empresario de marras es un evasor, buen trabajo entonces de la presidenta. Y que apeche el otro con las consecuencias. Pero estaría bien demostrar el mismo celo profesional con quienes halagan constantemente a la presidenta"
No hay comentarios:
Publicar un comentario