El ex ministro de Justicia Horacio Rosatti, la ex diputada Vilma Ibarra y el constitucionalista Arturo García Lema se expresaron contra una posible reforma. Negaron que el texto del \'94 mantenga una "matriz neoliberal". "No podemos avalar la concentración de poder", coincidieron.
Un grupo de constitucionalistas cercanos al Gobierno se expresaron en contra de una posible reforma que habilite la re reelección de Cristina. Se trata de Horacio Rosatti, procurador de la Nación y ministro de Justicia durante la presidencia de Néstor Kirchner; Arturo García Lema, uno de los cerebros de la reforma de 1994; y Vilma Ibarra, ex diputada aliada al Gobierno.
Los tres convencionales constituyentes del '94 consideraron que hay dos grandes fundamentos entre los que plantean la necesidad de avanzar con una reforma. Algunos dicen que esta Constitución todavía esconde una "matriz neoliberal", que para poder transformar la realidad es necesario un marco normativo diferente que baje desde la ley de leyes.
"Con esta constitución se estatizó Aerolíneas Argentinas y también las AFJP, se aprobó una nueva ley de medios, se consiguió una ley de tierras que limite la venta a extranjeros... No me parece que se pueda decir que este texto puso obstáculos. Muy por el contrario", opinó Ibarra.
Y agregó: "Pero también hay una serie de dirigentes que directamente blanquean que la reforma debe centrarse en la habilitación de la re reelección de Cristina. Sobre este punto hay que decir que los Kirchner siempre estuvieron de acuerdo sobre este cambio".
En ese punto, Ibarra consideró que los gobernadores y los intendentes piden esta modificación porque casualmente ellos también quiere acceder a nuevos mandatos. "No podemos estar de acuerdo con la concentración y la personalización del poder. No sería bueno habilitar la reelección indefinida", concluyó.
Rosatti cuestionó a quienes afirman que una reforma acompañaría una proceso de tranformación social: "Está claro que ese no es un problema de la Constitución, sino de voluntad. Es decir: texto sobra, lo que falta es acción política".
El ex ministro de Kirchner consideró que la intervención del Estado en la economía está totalmente avalada, comprendida por la constitución del '94. "Existe una serie de derechos que figuran en su cuerpo y que todavía no han sido garantizados. Garantizar el acceso a la vivienda o la participación de los trabajadores en las ganacias figuran en la Constitución y son derechos en la realidad brillan por su ausencia", ejemplificó.
Rosatti desafió al Gobierno y los que exigen una reforma: "Si somos progresistas, por qué no comenzamos por implementar el juicio por jurados, que figura en la Constitución desde 1853. Eso sí sería apostar por la participación ciudadana".
Arturo García Lerma agregió que en 1994 se pasó de una Constitución liberal a una Constitución Social. Y objetó además la última publicación de Carta Abierta, porque "plantearon una especie de retorno al Estado Nacional que afecta la integración de Argentina con el mundo y con Latinoamérica, dos pilares fundamentales de la reforma del '94.
"En ese entonces se quiso integrar al país con el mundo, a través de la incorporación de los tratados internacionales, porque desde allí habían venido todas las principales ideas en defensa de los derechos humanos durante la dictadura", dijo.
Los tres convencionales constituyentes del '94 consideraron que hay dos grandes fundamentos entre los que plantean la necesidad de avanzar con una reforma. Algunos dicen que esta Constitución todavía esconde una "matriz neoliberal", que para poder transformar la realidad es necesario un marco normativo diferente que baje desde la ley de leyes.
"Con esta constitución se estatizó Aerolíneas Argentinas y también las AFJP, se aprobó una nueva ley de medios, se consiguió una ley de tierras que limite la venta a extranjeros... No me parece que se pueda decir que este texto puso obstáculos. Muy por el contrario", opinó Ibarra.
Y agregó: "Pero también hay una serie de dirigentes que directamente blanquean que la reforma debe centrarse en la habilitación de la re reelección de Cristina. Sobre este punto hay que decir que los Kirchner siempre estuvieron de acuerdo sobre este cambio".
En ese punto, Ibarra consideró que los gobernadores y los intendentes piden esta modificación porque casualmente ellos también quiere acceder a nuevos mandatos. "No podemos estar de acuerdo con la concentración y la personalización del poder. No sería bueno habilitar la reelección indefinida", concluyó.
Rosatti cuestionó a quienes afirman que una reforma acompañaría una proceso de tranformación social: "Está claro que ese no es un problema de la Constitución, sino de voluntad. Es decir: texto sobra, lo que falta es acción política".
El ex ministro de Kirchner consideró que la intervención del Estado en la economía está totalmente avalada, comprendida por la constitución del '94. "Existe una serie de derechos que figuran en su cuerpo y que todavía no han sido garantizados. Garantizar el acceso a la vivienda o la participación de los trabajadores en las ganacias figuran en la Constitución y son derechos en la realidad brillan por su ausencia", ejemplificó.
Rosatti desafió al Gobierno y los que exigen una reforma: "Si somos progresistas, por qué no comenzamos por implementar el juicio por jurados, que figura en la Constitución desde 1853. Eso sí sería apostar por la participación ciudadana".
Arturo García Lerma agregió que en 1994 se pasó de una Constitución liberal a una Constitución Social. Y objetó además la última publicación de Carta Abierta, porque "plantearon una especie de retorno al Estado Nacional que afecta la integración de Argentina con el mundo y con Latinoamérica, dos pilares fundamentales de la reforma del '94.
"En ese entonces se quiso integrar al país con el mundo, a través de la incorporación de los tratados internacionales, porque desde allí habían venido todas las principales ideas en defensa de los derechos humanos durante la dictadura", dijo.
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