Capitanich no oculta sus aspiraciones presidenciales y su apuesta es ir por el PJ para posicionarse. Espera el apoyo de Cristina, siempre interesada en esmerilar a Scioli. Zannini lo había sondeado para Economía y lo usaría para controlar a Kicillof. Dejará la provincia en manos de su enemigo.
Jorge Capitanich dejará la gobernación de Chaco para ser jefe de Gabinete de la Nación, desde donde intentará desplazar a Daniel Scioli como jefe del PJ y candidato a presidente del kirchnerismo.
La decisión fue anunciada por el vocero presidencial Alfredo Scoccimarro y formó parte de un cambio de gabinete más amplio, que incluye a Axel Kicillof como ministro de Economía y Juan Carlos Fábrega en el Banco Central.
Su designación fue una muestra más de la obsesión del gobierno por estorbar a Scioli en su tránsito a la Casa Rosada. Aunque su condición de economista ortodoxo también resulta un obstáculo para Kicillof.
Fuentes cercanas al chaqueño señalaron a LPO que en sus conversaciones con Carlos Zannini nunca ocultó su deseo de ir al Poder Ejecutivo. “Su mayor temor era que lo nombraran ministro de Economía”, aseguran.
Es que el esquema inicial que le habría acercado el “Chino” lo ponía en el lugar de Hernán Lorenzino y colocaba al entrerriano Sergio Urribarri como jefe de Gabinete.
Como adelantó LPO, la constitución de su provincia le impide al entrerriano preferido de La Cámpora mudarse a la Casa Rosada sin renunciar.
Ante el obstáculo, Cristina prefirió que la economía quede en manos de su línea más dura, representada en Kicillof y Moreno y optó por posicionar a Capitanich como jefe de Gabinete, un lugar de altísima exposición ideado como el trampolín para construir su candidatura a presidente para el kirchnerismo puro.
En ese tren, en el despacho de Zannini se hablaba esta noche de lanzarlo con el flamante presidente del PJ boanerense, Fernando Espinoza, como candidato a vicepresidente. Otro golpe a Scioli. El intedente de La Matanza es su aliado más importante en el Conurbano.
Economista de profesión y con cualidades técnicas reconocidas en el peronismo, Capitanich podría representa una opinión a escuchar por Zannini, siempre dispuesto a contrarrestar las medidas camporistas. De hecho, el hábil secretario Legal y Técnico avaló a Espinoza y los barones de Conurbano en la discusión que tuvieron por el PJ boanerense con los camporistas Wado de Pedro y José Ottavis. La Cámpora esta noche temía quedar relegada en la Jefatura de Gabinete con la salida de Juan Manuel Abal Medina.
En ese juego a varias bandas que ejerce Zannini, se mencionaba esta noche que bien podría utilizar a Capitanich para equilibrar al camporista Kicillof. De hecho, el chaqueño no podrá desentenderse: si el gobierno no toma el rumbo económico adecuado, su aspiraciones presidenciales se desvanecerán día a día.
Problemas en el Chaco
Tras las elecciones de octubre, “Coki” comenzó a confrontar con Daniel Scioi y dejó claro que, tanto como él, quiere ser presidente de la Nación en 2015. Buscó fortalecerse en la victoria aplastante de sus candidatos en octubre, que distó mucho del resultado de agosto, cuando había aventajado la UCR por sólo 5 puntos.
En Chaco creen que semejante remontada sólo fue posible por un acuerdo tácito con la línea radical opositora a Ángel Rozas.
De origen familiar en la UCR, Capitanich nunca terminó de dominar el peronismo chaqueño, donde no tiene un sucesor. Ni siquiera puede controlar a su vice, Juan Carlos Bacileff Ivanoff, con quien mantiene un enfrentamiento público y ahora deberá dejarle la gobernación en sus manos.
No es el único problema que tiene en su provincia: Una denuncia por estafa en la Universidad Popular salpica su gestión, tal como anticipó LPO. La hicieron once capacitadores que habrían sido obligados a facturar en blanco a partir de un convenio entre los ministerios de Educación y Desarrollo Social.
Como cada vez que un conflicto estalla en su provincia, Capitanich la dejó pasar. Su énfasis en pegarle a Scioli le valió la bronca del resto de los gobernadores en San Juan, cuando intentó hacer una declaración contra la campaña bonaerense que encabezó el ex motonauta. Le dijeron que no era el momento.
Insistente, para esta semana había planeado otro encuentro de gobernadores en Jujuy con la idea empezar a delinear la renovación del PJ, bajo su frase de cabecera: "Los ganadores de la elección tenemos que conducir el partido". Una dardo directo a Scioli que tiene la presidencia partidaria a cargo, pero cuyo mandato vence el mes que viene. La reunión finalmente no se concretó, porque se decidió esperar al regreso de Cristina.
“Si Cristina sigue con una imagen alta consolidada, intentaré capturarla toda. Será un capital clave para 2015”, le escucharon decir en Chaco.
El regreso de la Presidente terminó de forjar sus próximos pasos. Con Cristina lo une una buena relación de cuanto compartieron bloque peronista en el Senado.
El vínculo recién se alteró en 2011. Máximo Kirchner casi lo trompea cuando intentó armar la lista de diputados nacionales. “Yo soy más leal que Scioli y ahí lo demostré”, se jacta Chaco cuando le recuerdan ese incidente. Cristina le dio la razón.
La decisión fue anunciada por el vocero presidencial Alfredo Scoccimarro y formó parte de un cambio de gabinete más amplio, que incluye a Axel Kicillof como ministro de Economía y Juan Carlos Fábrega en el Banco Central.
Su designación fue una muestra más de la obsesión del gobierno por estorbar a Scioli en su tránsito a la Casa Rosada. Aunque su condición de economista ortodoxo también resulta un obstáculo para Kicillof.
Fuentes cercanas al chaqueño señalaron a LPO que en sus conversaciones con Carlos Zannini nunca ocultó su deseo de ir al Poder Ejecutivo. “Su mayor temor era que lo nombraran ministro de Economía”, aseguran.
Es que el esquema inicial que le habría acercado el “Chino” lo ponía en el lugar de Hernán Lorenzino y colocaba al entrerriano Sergio Urribarri como jefe de Gabinete.
Como adelantó LPO, la constitución de su provincia le impide al entrerriano preferido de La Cámpora mudarse a la Casa Rosada sin renunciar.
Ante el obstáculo, Cristina prefirió que la economía quede en manos de su línea más dura, representada en Kicillof y Moreno y optó por posicionar a Capitanich como jefe de Gabinete, un lugar de altísima exposición ideado como el trampolín para construir su candidatura a presidente para el kirchnerismo puro.
En ese tren, en el despacho de Zannini se hablaba esta noche de lanzarlo con el flamante presidente del PJ boanerense, Fernando Espinoza, como candidato a vicepresidente. Otro golpe a Scioli. El intedente de La Matanza es su aliado más importante en el Conurbano.
Economista de profesión y con cualidades técnicas reconocidas en el peronismo, Capitanich podría representa una opinión a escuchar por Zannini, siempre dispuesto a contrarrestar las medidas camporistas. De hecho, el hábil secretario Legal y Técnico avaló a Espinoza y los barones de Conurbano en la discusión que tuvieron por el PJ boanerense con los camporistas Wado de Pedro y José Ottavis. La Cámpora esta noche temía quedar relegada en la Jefatura de Gabinete con la salida de Juan Manuel Abal Medina.
En ese juego a varias bandas que ejerce Zannini, se mencionaba esta noche que bien podría utilizar a Capitanich para equilibrar al camporista Kicillof. De hecho, el chaqueño no podrá desentenderse: si el gobierno no toma el rumbo económico adecuado, su aspiraciones presidenciales se desvanecerán día a día.
Problemas en el Chaco
Tras las elecciones de octubre, “Coki” comenzó a confrontar con Daniel Scioi y dejó claro que, tanto como él, quiere ser presidente de la Nación en 2015. Buscó fortalecerse en la victoria aplastante de sus candidatos en octubre, que distó mucho del resultado de agosto, cuando había aventajado la UCR por sólo 5 puntos.
En Chaco creen que semejante remontada sólo fue posible por un acuerdo tácito con la línea radical opositora a Ángel Rozas.
De origen familiar en la UCR, Capitanich nunca terminó de dominar el peronismo chaqueño, donde no tiene un sucesor. Ni siquiera puede controlar a su vice, Juan Carlos Bacileff Ivanoff, con quien mantiene un enfrentamiento público y ahora deberá dejarle la gobernación en sus manos.
No es el único problema que tiene en su provincia: Una denuncia por estafa en la Universidad Popular salpica su gestión, tal como anticipó LPO. La hicieron once capacitadores que habrían sido obligados a facturar en blanco a partir de un convenio entre los ministerios de Educación y Desarrollo Social.
Como cada vez que un conflicto estalla en su provincia, Capitanich la dejó pasar. Su énfasis en pegarle a Scioli le valió la bronca del resto de los gobernadores en San Juan, cuando intentó hacer una declaración contra la campaña bonaerense que encabezó el ex motonauta. Le dijeron que no era el momento.
Insistente, para esta semana había planeado otro encuentro de gobernadores en Jujuy con la idea empezar a delinear la renovación del PJ, bajo su frase de cabecera: "Los ganadores de la elección tenemos que conducir el partido". Una dardo directo a Scioli que tiene la presidencia partidaria a cargo, pero cuyo mandato vence el mes que viene. La reunión finalmente no se concretó, porque se decidió esperar al regreso de Cristina.
“Si Cristina sigue con una imagen alta consolidada, intentaré capturarla toda. Será un capital clave para 2015”, le escucharon decir en Chaco.
El regreso de la Presidente terminó de forjar sus próximos pasos. Con Cristina lo une una buena relación de cuanto compartieron bloque peronista en el Senado.
El vínculo recién se alteró en 2011. Máximo Kirchner casi lo trompea cuando intentó armar la lista de diputados nacionales. “Yo soy más leal que Scioli y ahí lo demostré”, se jacta Chaco cuando le recuerdan ese incidente. Cristina le dio la razón.
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