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lunes, 8 de agosto de 2011

Confesó la madre de la beba de Ayacucho

Admitió que había inventado la historia del robo a su casa. Su hija murió de causas naturales y fue mentira la versión de un asesinato por parte  ladrones. Basada en su falso testimonio, se había producido una pueblada en reclamo de mayor seguridad.

Finalmente, aquello que se percibía como una sospecha el 27 de julio, ayer se confirmó como un dato verificado. Aquel día, circuló por los medios nacionales la versión de que la pequeña beba de tres meses Antonia había sido asesinada por unos ladrones que intentaron robar la casa de la familia Olano, ubicada en la avenida Miguens al 1100, entre 9 de Julio e Hipólito Yrigoyen, a tres cuadras de la plaza principal de la ciudad de Ayacucho, a 320 kilómetros de la Capital Federal.
Ante ese supuesto crimen, la ciudad en pleno reclamó indignada por mayor seguridad, con una manifestación a la que asistieron 4.000 personas reunidas en torno a la plaza principal, bajo el patrocinio del cura párroco Miguel Ángel París. Sin embargo, desde el primer momento hubo datos inciertos y detalles que no concordaban en el relato de la madre, Soledad Ibañez, por lo que el jefe policial que participó en la investigación del caso había señalado: “La versión dada por la mujer se contradice con los resultados de los distintos peritajes realizados por los investigadores y el relato de testigos externos. Eso es lo que nos hace suponer que existe otra hipótesis del hecho”.

Esa otra hipótesis empezó a definirse desde los primeros resultados de la autopsia, que revelaban que la beba no había sufrido ningún tipo de violencia y había muerto de un broncoespasmo.

A pesar del informe de la autopsia, los vecinos de Ayacucho se movilizaron en varias oportunidades a la plaza principal en reclamo de seguridad, incluso hubo escenas de violencia frente a la casa del intendente local, Darío David, a quien se responsabilizaba por el supuesto crimen de la beba.
Pero las dudas sobre lo que realmente había sucedido terminaron de confirmarse ayer, cuando Soledad Ibáñez se presentó espontáneamente en la Fiscalía de Dolores y “reconoció haber cometido una falsa denuncia ante la desesperación de encontrar ahogada a su hija”, según comentó el fiscal de Dolores, Diego Bensi.
Agregó que “la madre de la nena admitió que la hipótesis presentada al momento del hecho fue inventada ya que al encontrarse con esa escena devastadora para ella no tuvo otra idea que inventar el asalto”.

 En ese sentido, el fiscal comentó a la agencia Telam que “los próximos pasos a seguir son dar de baja la denuncia de robo y poner en conocimiento de la mujer que cometió un delito de falsa denuncia, por lo que se le iniciará una causa penal”.

 Aunque también consideró: “No vamos a caer de lleno contra la madre de la nena sino continuar un ritmo de trabajo prudente y delicado como lo venimos haciendo desde el comienzo de la causa. Por el momento se ordenará una serie de exámenes psicológicos para que los peritos determinen su estado al momento de la denuncia”.
 “Lo que ocurrió con la muerte de la niña fue un accidente doméstico que lejos está de cualquier investigación. Lo reprochable es haber falseado una denuncia por lo que ahora la mujer deberá atenerse a una investigación penal, pero todo a su debido tiempo”, puntualizó el fiscal de Dolores.
De todas maneras, más allá de la responsabilidad penal que cabe por el delito de falsa denuncia y de los atenuantes que se consideren ante la emoción violenta provocada por la muerte accidental de una pequeña hija, este caso es sumamente edificante respecto de la responsabilidad moral que cabe a los ciudadanos en el manejo de la información y las acciones que se emprenden en función de cómo esta información circula.

fuente : buenosaires2punto0.com.ar

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