José Manuel de la Sota advirtió, tras su contundente triunfo, que anoche nació el “cordobesismo”, y que antes era un “Peronista cordobés”, pero que ahora es un “cordobés peronista”. Estas frases, pensadas, cuidadas y escritas en un discurso que leyó de soslayo, no fueron azarosas. Su medida alocución tuvo guiños a sus seguidores y advertencias a la Nación. Entrelíneas, dejó en claro que no se somete a los designios de Olivos, y que se ve a si mismo con posibilidades de ser uno de quienes tengan posibilidad de pelear la sucesión de 2015. No lo amedrenta a De la Sota haber quedado relegado antes. Previo a ser gobernador de Córdoba, 3 veces debió aceptar la derrota en manos de la UCR, y en 2003, cuando había puesto a rodar sus sueños presidencialistas, Eduardo Duhalde lo mandó a la cola porque en su lugar eligió brindarle apoyo al por entonces gobernador de Santa Cruz, Néstor Kirchner. Con el resultado de ayer, De la Sota iguala a Eduardo Angeloz, quien tenía el record de haber sido electo gobernador cordobés en tres oportunidades. Tras haber impuesto a Juan Schiaretti en 2007, en una elección que dejó a muy pocos votos a Luis Juez, y en la que el Senador habló de fraude, esta vez, los números fueron claros: De la Sota obtuvo el 42,59% de los sufragios, por sobre el 29,51% de Juez y el 22,93% de Oscar Aguad, el candidato radical. El cuarto lugar, muy lejos del pelotón, es para el frente de Izquierda (1,4%) y quinto aparece la fuerza que lidera Martín Sabbatella, Nuevo Encuentro, con el 0,94%. De la Sota debía definir ahora, qué posición adoptar de cara al 14 de agosto. Cuando se produjo el cierre de listas, el delasotismo y el kirchnerismo no lograron unir voluntades, y el gobernador electo terminó inscribiendo una nómina propia, mientras que el kirchnerismo anotó otra. La pulseada llevó incluso, a que desde Olivos le impidieran a la lista de De la Sota, llevar la “cabeza” que propone a Cristina Fernández de Kirchner como candidata a Presidenta. El próximo domingo había dos posibilidades: que compiten ambas listas, o De la Sota declinar la suya. En esa decisión podrá leerse cuál considera que ha sido el componente del voto que le permite llegar nuevamente a la gobernación. Si cree que representa sectores vinculados al campo y a un peronismo no kirchnerista, podría insistir en probar suerte en soledad la semana que viene; si en cambio creyera que no todos los votos obtenidos provienen de sectores anti K, podría, aduciendo un “gesto de diálogo y buena voluntad” (que incluso lo pondría en un lugar de “moderado”) dejar de lado su lista y apoyar la del Frente para la Victoria.
Sin embargo, la decisión está tomada. De la Sota dobla la apuesta y va por todo. "Mañana (martes 09/08) se reunirá el partido. Corremos con desventaja porque no llevamos candidato a Presidente nacional. Pero estimo que el partido va a mantener a los candidatos a legisladores, aun sin candidato a presidente", le confirmó a Mario Pereyra, periodista de Cadena 3, y despejó así la incógnita de si declinaría su propia lista a favor de la del Frente para la Victoria, o si continuaría adelante con la boleta corta, pero propia.
Habrá entonces, dos opciones peronistas: -la que apoya De la Sota, con Carlos Caserio, titular del PJ local y ministro de gobierno de Juan Schiaretti, como candidato Nº1 y sin candidato a Presidente de la Nación; y -la que apoya Cristina Fernández, del Frente para la Victoria de Córdoba, con Fabián Francioni como candidato Nº1. Francioni obtuvo en Leones una contundente victoria (72%), pero no asumiría su 2do. mandato para ir a la Cámara baja. En el discurso con que celebró el triunfo, De la Sota había advertido: "Pido que respeten la pluralidad. Cuenten con Córdoba para resolver cosas, pero no para crear problemas". "Quiero mi país con provincias fuertes y autónomas. ¿Quién va a favorecer más a mi provincia? Ése va a ser mi análisis para decidir qué voy a hacer", dijo. "Los argentinos tenemos que dejar de estar siempre en trincheras cavadas. La clase dirigente se debe dar cuenta que el pueblo merece todos los días ser un poco más feliz. Muchos tienen que aprender que una elección no puede transformarse en una guerra", consignó. El mandatario electo reiteró: "Si fui soberbio, ya no. Aprendí a pedir disculpas. Hoy puedo ser mejor gobernador de lo que fui", señaló mientras aseguraba: “El ‘cordobesismo’ nació esta noche aquí. Estamos a favor de Córdoba y vamos a defenderla ante quienes quieran atacarla. El país precisa de provincias fuertes y cada vez más autónomas”.
Nadie quedó al margen tampoco a la hora de felicitarlo. Lo llamó la Presidenta, pero también Oscar Aguad, Ramón Mestre, Francisco De Narváez, Daniel Scioli, Eduardo Duhalde y de peronistas del PRO. “El triunfo de De la Sota marca una ostensible diferencia. No es actor, empresario ni deportista. Es el político que procede de la política”, escribió en Twitter Jorge Asís, y quizá este sea el dato que hoy miran con detenimiento quienes piensan en el armado post 23 de octubre; en la cofradía de gobernadores que se imaginan con chances de probarse el traje y de considerarse presidenciables ante la inminencia de una sucesión a 4 años. Si para las grandes estructuras, el período de gobierno muchas veces es simplemente el tiempo que hay entre una elección y otra, esto se verá más marcado aún en los próximos 4 años. El resultado del 23 de octubre será determinante en muchos aspectos, y podrá convertirse en la línea de largada de quienes aspiran subir un escalón en 2015. Allí, quedarán a sus marcas, intendentes que quieren ser gobernador y mandatarios provinciales que sueñan con llegar a Presidente. |
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