La Argentina cuenta con los vientos más potentes del planeta, pero hasta ahora el desarrollo de la energía eólica era marginal. Quienes son los nuevos jugadores globales que están desembarcando en el país y sus socios locales, entre los que aparecen Garfunkel, Brito, Manzano y Eurnekian. El impacto negativo en las inversiones por la falta de acuerdo con el Club de Paris.
Que la Argentina cuenta con los mejores vientos del planeta no es novedad. Con velocidades en la Patagonia y el sur de la provincia de Buenos Aires que superan una media de 9 metros por segundo (m/s), las corrientes eólicas casi no tienen parangón a nivel internacional. Sin embargo, esa importante ventaja comparativa no se vio replicada hasta ahora en el desarrollo de una industria local de envergadura. Recién este año se pusieron en marcha los primeros dos parques eólicos con tecnología de última generación. Aunque hay síntomas que permiten pronosticar un crecimiento del sector en el corto plazo.En especial, por dos cuestiones: por un lado, por el ingreso al negocio de la energía del viento de varios empresarios locales. Por el otro, por los anuncios de inversión y el interés de importantes compañías extranjeras. Entre los primeros figura, por ejemplo, Alejandro Inanissevich –de muy buena llegada al ministro de Planificación, Julio de Vido- que a través de Emgasud construyó una granja eólica de 80 megawatt (Mw) en Rawson, Chubut. Los 43 molinos del proyecto fueron aportados por la danesa Vestas, el mayor fabricante de aerogeneradores del mundo.
Pero no es el único. El grupo de jugadores nacionales con apuestas en el mercado eólico lo integran Enrique Pescarmona –que lidera Impsa-; Eduardo Eurnekian, titular de Aeropuertos Argentina 2000; Jorge Brito, presidente del Banco Macro, que se habría asociado con Ivanissevich; José Luis Manzano, ex ministro menemista y con presencia en varios sectores (medios de comunicación, distribución de energía, petróleo) en Mendoza; y hasta el joven empresario Matías Garfunkel, propietario de varios radios FM, que está liderando la construcción del que será el mayor parque eólico del planeta.
Entre los players internacionales se destaca la alemana Sowitec, que acaba de anunciar un desembolso de US$ 340 millones para instalar dos granjas de aerogeneradores en Neuquén, en las en las localidades de Zapala y Arroyito. En su página web, la empresa teutona resalta que “con excelente recurso eólico, especialmente en las provincias de Santa Cruz, Chubut y Buenos Aires, estimamos que el potencial eólico en la Argentina superaría los 500.000 Mw (20 veces la capacidad de generación eléctrica instalada en el país”.
Los gigantes del viento
La construcción del que será el parque eólico más grande del mundo –que se construirá en Chubut, en la localidad de Gastre- está empezando a traccionar. Por un lado, la empresa Gaessa –la impulsora del proyecto- inició ante la Secretaría de Energía el trámite para que el Estado le asigne una tarifa eléctrica en el marco de la resolución 108/2011 de la cartera que dirige Daniel Cameron, que permite mejores precios para los proyectos de fuentes alternativas de generación. Por otro, afrontó en noviembre una audiencia pública en Esquel (Chubut) para habilitar la instalación de la granja eólica de 1.350 Mw en Gastre. La iniciativa ya cuenta con dictámenes favorables del Enre -el ente regulador de la energía eléctrica- y de Cammesa -la compañía mixta que administra el mercado eléctrico-, que aprobó la viabilidad técnica de la obra.
“Iniciamos la última instancia para conseguir el financiamiento de la obra. Queremos cerrar la estructura financiera en junio de 2012 para lanzar la construcción en la segunda mitad del año”, explicó a LPO Francisco Sabato, director de Proyecto de Gaessa, un grupo sponsor de capitales nacionales que responde al holding liderado por Matías Garfunkel.
Encontrar crédito a tasas accesibles es el principal obstáculo que deben saltear las empresas con inversiones eólicas. El delay en las tratativas para renegociar la deuda con el Club de París no ayuda a solucionar ese inconveniente. Más cuando lo que está en juego es un emprendimiento por más de 2.000 millones de dólares. “Manejamos dos alternativas. Una es que la Agencia de Exportación de China (la banca asiática para proyectos en el exterior) aporte un 85% del capital. La otra es con un inversor extranjero del que, por razones de confidencialidad, no puedo dar detalles”, se excusó Sabato.
Gaessa cuenta con el respaldo de la Corporación Andina de Fomento (CAF), que ostenta una condición de investment grade, clave para conseguir crédito en el exterior. El financiamiento es vital para definir también qué molinos alimentarán el parque. En el caso de solventarse con capitales chinos, la empresa debería colocar al menos un porcentaje de aerogeneradores fabricados en el gigante asiático.
Los que vienen
También está a punto de lanzar su construcción las iniciativas de la empresa Sogesic en Buenos Aires. La firma está cerrando con un fabricante chino –sería Unitec Power- el abastecimiento de los molinos para sus dos parques en Tres Picos, de 49,5 Mw cada uno. Ambas iniciativas demandarán, en conjunto, una inversión de 100 millones de dólares.
Por su parte, la española Isolux comenzaría en diciembre a construir el primero de sus cuatro parques en Loma Blanca, cada uno por 50 Mw. “Cerró el financiamiento a través de la emisión de bonos, del primer proyecto”, indicaron fuentes cercanas a la constructora ibérica. Son emprendimientos que suman US$ 400 millones de inversión
Del total 895 Mw adjudicados en el Genren I, la mayor parte (754 Mw) correspondieron al rubro eólico, que fue el que más interés despertó entre los 48 oferentes que compitieron en la iniciativa. Entre los mayores ganadores, además de los ya mencionados, figura se ubicó Impsa, con 155 Mw que provendrán de cuatro parques ubicados en Chubut y Santa Cruz. La empresa instaló los molinos del parque Arauco (La Rioja), que desde mayor de este año genera 25 Mw a través del viento.
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