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Desde que el kirchnerismo puro decidió pisar fuerte en la Provincia se empezaron a agitar las aguas dentro del peronismo bonaerense. La disputa por los cargos en la Legislatura, al igual que la definición del gabinete sciolista, no estuvo exenta de tironeos.
Desde la Casa Rosada habrían trabado un acuerdo con Daniel Scioli de no intentar imponer nombres ultra K dentro del Ggabinete, pero sí entrar fuertemente en los cargos de las cámaras legislativas.
Así fue que los sectores vinculados a La Cámpora y a Gabriel Mariotto lograron posicionarse con cargos importantes. En el Senado, quedó Sergio Berni como vicepresidente, un dirigente aliado a Alicia Kirchner, y la jefa de bloque será Sandra Fioramonti, esposa de Carlos Kunkel.
En Diputados, Horacio González seguirá como titular de la Cámara, secundado por el dirigente de La Cámpora José Ottavis, y en la jefatura de bloque estaría Juan de Jesús.
Por el lado de Scioli, si bien desde la presidencia le vetaron algunos nombres, pudo armar un gabinete con un perfil propio, con influencia de la Jefatura de Gabinete, liderada por Alberto Pérez.
El juego del vice
Gabriel Mariotto es la punta de lanza para desarrollar la organización de los sectores vinculados al kirchnerismo puro que no están ligados a la estructura tradicional del PJ.
El vicegobernador viene manteniendo desde hace dos meses reuniones con intendentes de diferentes secciones electorales -varios de los cuales ya habían recibido su apoyo en las elecciones-, sindicatos, organizaciones sociales, para construir su armado propio.
Hace una semana realizó un plenario de militantes en Esteban Echeverría, donde los organizadores calcularon una asistencia de 3 mil personas, con presencia de funcionarios nacionales. Se aventuraba que el próximo paso podría ser dado hoy en Vicente López, donde Mariotto lanzaría públicamente su fuerza provincial.
En caso de concretarse, no sería otra cosa que la explicitación de un espacio que competirá con miras al futuro: el año que viene es la renovación de autoridades en el Partido Justicialista y el terreno ya se va preparando. Tanto desde el sciolismo como desde los allegados a Mariotto intentan bajarle el tono a la disputa interna, aunque lo cierto es que la convivencia es tensa y cada sector tiene la mira puesta en construir su propia fuerza.
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