En el justicialismo porteño siguen furiosos por la lista que los relegó una vez más y no quieren aportar dinero para la elección. La Cámpora deberá hacerse cargo de la fiscalización en las 6500 mesas de la Ciudad. El enojo de Scioli con Cabandié y Forster.
La campaña “Mirar para cuidar” que Cristina Kirchner les asignó a los militantes de La Cámpora para controlar los precios en los supermercados se trasladará a las urnas en Capital Federal.
En el PJ porteño sigue la bronca por la lista de diputados nacionales que encabezará Juan Cabandié, por lo que La Cámpora se deberá hacer cargo de la fiscalización de las elecciones en la Capital Federal.
Los más de 2,5 millones de ciudadanos habilitados para votar en la Capital se reparten en unas 6500 mesas de votación. En las elecciones de 2011, el Frente para la Victoria pagó unos 250 pesos por cada fiscal, lo que deja un gasto superior a los 1,6 millones de pesos. Casi nadie en el PJ de la Ciudad quiere hacerse cargo de esos gastos.
Es que el peronismo quedó relegado una vez más del armado de la lista en Capital y para encontrar a un dirigente del PJ de la Ciudad en la lista que encabeza Cabandié hay que saltar hasta el puesto nueve que ocupa el legislador Alejandro Amor, que es secretario gremial de Sutecba, el sindicato de los trabajadores municipales.
La candidatura de Amor es simbólica, puesto que los dirigentes más optimistas del kirchnerismo porteño aspiran a colocar entre 3 y 4 diputados. El resto cree que será una elección de dos bancas, apenas mejor al papelón de la lista que encabezó Carlos Heller en 2009 y que le dejó al Frente para la Victoria sólo la banca que hasta hoy ocupa el titular del Banco Credicoop.
Pese al intento de algunos dirigentes del PJ porteño de demostrar unidad en el justicialismo de la Ciudad, la candidatura del legislador de La Cámpora no logra convencer a los peronistas de la Ciudad, que no sólo no aparecen en ningún acto de campaña sino que golpean las mesas cada vez que Cabandié los sorprende con alguna ocurrencia como la de los peces del Riachuelo.
Manotazo
En medio de las versiones que reveló LPO sobre el feroz corte de boleta que impulsan algunos dirigentes del PJ porteño contra la lista de Cabandié, el martes pasado, Daniel Filmus hizo lo imposible para que el justicialismo de la Capital se mostrara unido a sólo semanas de las primarias.
Para eso, su mayor apuesta fue convocarlo a Daniel Scioli, el gobernador bonaerense que midió bien en Capital desde que ingresó a la política.
El mismo martes a la tarde, Filmus lo tuvo que llamar a Scioli para convencerlo de que apareciera en la foto. El ex motonauta no tenía ganas de ir. No sólo por la incomodidad de mostrarse junto a una lista a priori derrotada, sino porque no quería cruzarse con el propio Cabandié y con Ricardo Forster, el filósofo de Carta Abierta que ocupa el cuarto lugar de la lista en su primera incursión en la política.
“No ganan nunca una elección en la Ciudad y se dedican a putear a los que acompañamos”, le dijo Scioli a Filmus.
Es que el legislador de La Cámpora había comparado a Scioli con Mauricio Macri el año pasado, en tanto que el filósofo de Carta Abierta, lo criticó sólo dos días antes de la reunión del martes en el bar Histórico de San Telmo. En una entrevista con La Nación, Forster dijo que “Scioli no expresa la continuidad del kirchnerismo”, mientras en simultáneo Filmus llamaba al gobernador para pedirle que lo ayude a levantar la campaña.
Acaso por estas contradicciones Filmus haya decidido acercarse a Scioli y, como anticipó LPO, jugar al postkirchnerismo con dos maniobras que pergeñó a pocas horas de mostrarse con el gobernador.
El senador renunció a la comisión que debe tratar el pliego del general Carlos Milani, en otro gesto de rebeldía a Cristina, como fue su apoyo a la ley de glaciares. Y el mismo día elogió al Metrobus de Macri, largamente defenestrado por Cabandié y por Forster, que incluso escribió una columna en la que revelaba su “intenso amor” por los árboles de la 9 de julio.
En el PJ porteño sigue la bronca por la lista de diputados nacionales que encabezará Juan Cabandié, por lo que La Cámpora se deberá hacer cargo de la fiscalización de las elecciones en la Capital Federal.
Los más de 2,5 millones de ciudadanos habilitados para votar en la Capital se reparten en unas 6500 mesas de votación. En las elecciones de 2011, el Frente para la Victoria pagó unos 250 pesos por cada fiscal, lo que deja un gasto superior a los 1,6 millones de pesos. Casi nadie en el PJ de la Ciudad quiere hacerse cargo de esos gastos.
Es que el peronismo quedó relegado una vez más del armado de la lista en Capital y para encontrar a un dirigente del PJ de la Ciudad en la lista que encabeza Cabandié hay que saltar hasta el puesto nueve que ocupa el legislador Alejandro Amor, que es secretario gremial de Sutecba, el sindicato de los trabajadores municipales.
La candidatura de Amor es simbólica, puesto que los dirigentes más optimistas del kirchnerismo porteño aspiran a colocar entre 3 y 4 diputados. El resto cree que será una elección de dos bancas, apenas mejor al papelón de la lista que encabezó Carlos Heller en 2009 y que le dejó al Frente para la Victoria sólo la banca que hasta hoy ocupa el titular del Banco Credicoop.
Pese al intento de algunos dirigentes del PJ porteño de demostrar unidad en el justicialismo de la Ciudad, la candidatura del legislador de La Cámpora no logra convencer a los peronistas de la Ciudad, que no sólo no aparecen en ningún acto de campaña sino que golpean las mesas cada vez que Cabandié los sorprende con alguna ocurrencia como la de los peces del Riachuelo.
Manotazo
En medio de las versiones que reveló LPO sobre el feroz corte de boleta que impulsan algunos dirigentes del PJ porteño contra la lista de Cabandié, el martes pasado, Daniel Filmus hizo lo imposible para que el justicialismo de la Capital se mostrara unido a sólo semanas de las primarias.
Para eso, su mayor apuesta fue convocarlo a Daniel Scioli, el gobernador bonaerense que midió bien en Capital desde que ingresó a la política.
El mismo martes a la tarde, Filmus lo tuvo que llamar a Scioli para convencerlo de que apareciera en la foto. El ex motonauta no tenía ganas de ir. No sólo por la incomodidad de mostrarse junto a una lista a priori derrotada, sino porque no quería cruzarse con el propio Cabandié y con Ricardo Forster, el filósofo de Carta Abierta que ocupa el cuarto lugar de la lista en su primera incursión en la política.
“No ganan nunca una elección en la Ciudad y se dedican a putear a los que acompañamos”, le dijo Scioli a Filmus.
Es que el legislador de La Cámpora había comparado a Scioli con Mauricio Macri el año pasado, en tanto que el filósofo de Carta Abierta, lo criticó sólo dos días antes de la reunión del martes en el bar Histórico de San Telmo. En una entrevista con La Nación, Forster dijo que “Scioli no expresa la continuidad del kirchnerismo”, mientras en simultáneo Filmus llamaba al gobernador para pedirle que lo ayude a levantar la campaña.
Acaso por estas contradicciones Filmus haya decidido acercarse a Scioli y, como anticipó LPO, jugar al postkirchnerismo con dos maniobras que pergeñó a pocas horas de mostrarse con el gobernador.
El senador renunció a la comisión que debe tratar el pliego del general Carlos Milani, en otro gesto de rebeldía a Cristina, como fue su apoyo a la ley de glaciares. Y el mismo día elogió al Metrobus de Macri, largamente defenestrado por Cabandié y por Forster, que incluso escribió una columna en la que revelaba su “intenso amor” por los árboles de la 9 de julio.
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