En el PJ creen que la floja elección del joven candidato de Cristina Kirchner que perdió en todas las comunas luego de haber monopolizado las listas, le quita prestigio a La Cámpora y le deja el camino libre a la juventud peronista que no está encuadrada en la organización fundada por Máximo Kirchner.
Juan Cabandié se jugaba mucho más que su banca en las elecciones de ayer. El hombre de La Cámpora debía plasmar en las urnas que la implacable intervención de Cristina Kirchner a favor de su agrupación en el armado de las listas había sido un acierto.
El joven legislador debía demostrarles a sus pares de la organización juvenil, Andrés “El Cuervo” Larroque y Mariano Recalde, que tenía razón cuando los desplazó del armado de las listas comunales, alegando que los barrios de la Ciudad de Buenos Aires eran su dominio exclusivo, mientras que a ellos les cabía "lo nacional".
Pero Cabandié apenas superó el 14 por ciento de los votos, una suma casi tan lejana de los 44 que sacó la lista encabezada por Sergio Bergman y de los 40 que mediría la propia Cristina en el mismo distrito. Y el Frente para la Victoria tuvo una actuación catalogada por propios como “catastrófica” en la mayoría de las comunas.
“Lo de Juan se festejó en más de una sobremesa”, dijo a LPO un dirigente de un movimiento social con llegada a la Rosada, que explicó que ya se habla dentro del peronismo, como si se tratase de una telenovela, de “El fracaso de Juan”.
Es que aunque parezca a simple vista una contradicción, la baja performance de la lista del Frente para la Victoria cayó como un alivio para algunos sectores del kirchnerismo que quedaron heridos con el cierre de listas, como es el caso de los dirigentes del PJ, los movimientos sociales, los gremios y Kolina, la agrupación de Alicia Kirchner.
Un dirigente social advirtió que “aumentar la base de sustentación sin respetar el poder territorial es un pésimo negocio, con La Cámpora sola no se puede”.
Efecto boomerang
La floja elección que hizo La Cámpora en las elecciones legislativas y comunales, le devuelve el micrófono a dirigentes como el Cuervo Larroque, que recorrió las provincias y habló con dirigentes locales del PJ, con gobernadores y candidatos a legisladores pidiendo lugar en las listas, que terminó armando Cristina con Carlos Zannini.
Además, Larroque tendrá posiblemente el aliciente de octubre, cuando pelee por una banca de la Cámara de Diputados de la Nación. Si en esos comicios se mantienen los números que arrojan las encuestas en Capital Federal, se lo podrá ver al Cuervo festejando junto a Roberto Feletti y la esposa de Miguel "Pancho" Talento. Todo un contraste con las caras largas que se vieron ayer en el búnker de Filmus.
Pero más argumentos le dará a los históricos dirigentes del PJ porteño que fueron pateados del tablero, en una jugada unipersonal de Cristina, a lo sumo con el consejo de Zannini.
Estos dirigentes, tradicionales punteros de los barrios, fueron reemplazados en las listas comunales por jóvenes sin construcción política barrial. Incluso las nóminas se homologaron en las listas de Aníbal Ibarra y Gabriela Cerruti.
Esto provocó que varios de los punteros desahuciados se pasaran, como explicó anteriormente LPO, directamente a las filas del PRO, donde los esperaban peronistas del macrismo como Cristian Ritondo y Diego Santilli con frazadas y chocolate caliente.
Más allá de asegurarse su banca y conseguir otras cuatro para el Frente para la Victoria, los 14 puntos de la lista de Cabandié significan acaso un desprestigio para La Cámpora y abren el espacio de discusión a los jóvenes peronistas que no integran.
Para algunos operadores del kirchnerismo, el mal desempeño en los comicios de una fuerza que en los últimos años adquirió un status nacional no es casual.
“Hubo una militancia muy de colegio secundario”, sostienen en el ámbito político y ponen como ejemplo la falta de movilización real de los camporistas en el mismo día de la elección. Faltos de experiencia electoral, los militantes prefirieron hacer barullo en el local nacional de San Telmo antes de asegurar el control de los comicios.
"No saben fizcalizar una eleción, ni llevar a la gente a votar, se juntaban para cantar y boludear entre ellos, con el agravante que cortabana la calle y acaso fastidiaban a algún votante", agregó la fuente consultada.
Fuego cruzado
Desde el kirchnerismo, con un tinte de autocrítica, intentaron buscar algunas de las razones del resultado de los comicios.
“No esperábamos esta elección”, dijo uno de los pocos dirigentes del Frente para la Victoria que atendió el teléfono durante un lunes de tristeza y advirtió que la aplastante victoria de Macri “tiene que ver con una situación sociocultural que vamos a tener que analizar”.
Sin dar nombres, la fuente insinuó que “hubo muchos sectores que incluso integran la dirigencia del PJ que jugaron de costado, como en el 2009”.
El justicialismo tradicional de la Ciudad fue uno de los espacios más perjudicados con el dedazo de Cristina Kirchner.
“A muchos sectores no se los vio muy comprometidos con la elección, aunque tampoco fueron los mariscales de la derrota”, relativizaron desde el kirchnerismo.
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