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sábado, 6 de agosto de 2011

Últimas descargas de munición electoral

a dias de las elecciones...


  



A Scioli le están exigiendo mayor cuota de fidelidad y temen por sus amagues hacia un despegue mayor.


Con respecto a las elecciones primarias, el tiempo es un río en plena pendiente hacia la cascada. Allí donde algunos pueden seguir con cierto esfuerzo, otros caen en el vacío sin posibilidad de recuperarse.

En cierta medida, estas primarias, que de por sí borrarán a los pre candidatos e invitarán al retiro a quienes no superen el 1,5 por ciento de los sufragios, invita a este curioso armado metafórico.

Hay que empezar por aquellos movimientos de último momento para acomodar las fichas en el tablero.

El efecto "campo" parece que persiste, como legado de lo ocurrido hace unos días en Santa Fé. Las instituciones corporativas que concentran la representatividad agropecuaria quieren dar el mensaje, no tan cifrado, de que ese efecto no registra fronteras.  Que el campo tiene un espíritu corporativo por encima de cuestiones de ideología partidaria. Priman los intereses económicos, pero también los modos en el trato político hacia el sector.

Por eso, salieron a desmitificar la imagen de Daniel Scioli, quien especuló con quedar más allá del bien y el mal felicitando a Miguel Del Sel y a otros candidatos que demostraron tener mayor llegada al público rural.
 La fuerza de la hegemonía mediática, que conjugó esa imagen y ese gesto de Scioli, se disipó por la fuerza corporativa.  Tanto la Mesa de Enlace provincial, como el secretario de la Sociedad Rural, Hugo Biolcatti, le recordaron al gobernador que, salvo en algunas fotos, jamás se apartó ni un centímetro de la política agresiva hacia el campo.  En buen romance, le señalaron a Scioli la cancha y le dijeron que no siguiera especulando con una postura de independiente, porque en lo fáctico en nada se abrió de las políticas oficiales de la Casa Rosada.
 Lo devolvieron políticamente a su lugar de origen, es decir a una línea de seguimiento incondicional hacia el kirchnerismo y, por transitividad, le recordaron que siempre estuvo del lado de aquellas medidas que hicieron sentir al productor rural como un convidado de piedra.

Curiosamente, un sector ruralista, que salvo algunas excepciones, ha ganado dinero como en pocos años de su historia, demuestra que su resentimiento de aquellos meses tan complicados del 2008 con la resolución 125, está vigente.  No perdonan y, posiblemente, haya un traslado importante de esa actitud hacia las urnas.

También fue curioso que éste pronunciamiento corporativo se haya lanzado a pocos días de la elección primaria. Algo estudiado y urdido minuciosamente para dejar poco tiempo de reacción hacia el oficialismo bonaerense.
Se trata de una tarea de presunto desenmascaramiento de Scioli.  El mandatario fue desenmascarado por su propia decisión con las "candidaturas testimoniales" del 2009 y ahora recompuso cierta imagen de independiente.

El tema de la independencia sigue siendo celosamente custodiado por el sciolismo.  Desde ese ámbito tratan de extender los límites de su campo de acción, alejándose un poco del kirchnerismo duro para poder acercar a electores de otras tendencias.
 El camino es duro y ya se lo sugirieron desde la Casa Rosada.
 Hubo una tendencia a mostrar sólo al gobernador que, en realidad duró menos que un suspiro.  La gráfica y los afiches que exhibían a Scioli como una oferta autónoma y separada de Cristina Fernández de Kirchner no duró mucho tiempo y es combatida por los militantes k territoriales.
 Nadie se va a salvar por fuera de Cristina, parece ser la moraleja que están terminando de escribir en Balcarce 50.  En ese sentido, hay que morir con las botas puestas o sobrevivir mostrando esa imagen.

A Scioli le están exigiendo mayor cuota de fidelidad y temen por sus amagues hacia un despegue mayor.  Desde lo más alto del proyecto nacional ordenan que la cuestión pasa por la boleta entera del Frente para la Victoria, sin posibilidad de desliz ni maniobra alguna.

Se teme y mucho de un entendimiento tácito con algunos referentes del duhaldismo que quieren arrimar algunas fichitas hacia el sciolismo, para provocar una diferencia por sobre Cristina y generar posteriores rupturas.  Nadie estima como fácil de concretar esa jugada, ni que el gobierno provincial la aliente.
 Pero el sciolismo nada podría hacer contra ese tipo de jugadas orquestadas.  Pero será poco creíble en su fidelidad si así se diera.  En ese hipotético escenario, la mutua desconfianza entre Scioli y Cristina tendrá un efecto de espiral que no podrá frenarse ni siquiera con una victoria contundente.
Según trascendió en los últimos días, alguna sensación de sospecha se hace más densa en el aire bonaerense.  Las boletas no llegan en el ritmo esperado para evitar que sectores "ajenos" operen con tiempo y tranquilidad un corte en favor de Scioli.
 El tema no deja de ser delicado, porque más allá de encuestas favorables en las que confía el kirchnerismo, la necesidad pasa ahora por volcar a los hechos esa tendencia.  Pero hay lugares, sectores y electores que sólo son conocidos y liderados por muchos referentes que aún conservan cierto poder para provocar algunas maniobras que desvíen el rumbo triunfalista.  Ahora, la idea oficial es la de recortar el margen de maniobra.  Saber de quién será el triunfo es un misterio a develar el próximo 14 de agosto.

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