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lunes, 25 de junio de 2012

Cristina le vetó a Cristóbal la compra de los bingos de Avellaneda y Florencio Varela



La presidenta bloqueó la adquisición cuando supo que no pertenecían a la familia Blaquier sino a un fondo ruso que pretendía un depósito de unos 220 millones de dólares en Suiza. El zar del juego frenó así su desembarco en el juego bonaerense. Ahora sólo le resta manejar las apuestas online, los casinos de Boldt e instalar tragamonedas en el hipódromo de San Isidro.
Cristina Kirchner le impidió a Cristóbal López comprar los Bingos de Avellaneda y Florencio Varela al enterarse que no pertenecían a los hermanos Martín y Gastón Blaquier, sino a un fondo de inversión ingles manejado por un misterioso ruso de 40 años, que exigía un depósito de 240 millones de dólares en una cuenta en el extranjero. 
Es que fuentes del sector confirmaron a LPO que los Blaquier figuraban como responsables de esas salas de juego, pero en rigor pertenecían a un joven ruso con domicilio en Manhattan, quienen su momento desembolsó los 110 millones de dólares que costó adquirilos.

Hace cuatro años los Blaquier cobraron el 10% de las ganancias operativas con el compromiso de devolver el capital más intereses entre 2012 y 2013. Pero esta retribución les fue imposible y luego de sufrir varias peripecias en los circuitos de financiamiento de la City porteño se resignaron a vender.

El empresario ruso al parecer estaba encantado con la posiblidad de duplicar su inversión.

Pero según pudo saber LPO, la presidenta ordenó cancelar la operación, temerosa de recibir acusaciones sobre lavado de dinero, sin mencionar que hubiera sido políticamente indigerible habilitar semejante giro de divisas a Cristóbal en medio de los controles al dólar.

La decisión de Cristina vuelve a alimentar las versiones contradictorias sobre la relación del zar kirchnerista del juego y la Presidenta. Es que si bien se observa su voraz expansión en el mundod e los negocios comprando todo tipo de empresas y su avance en la provincia, decisiones que dependen directamente de la Casa Rosada como la aporbació nd e la operación de compra de los medios de Daniel Hadad, siguen trabadas.

El zar del juego sufrió así un contratiempo en su desembarco en el juego bonaerense, donde siempre le fue difícil acceder aún en los años en los que su relación directa con Néstor Kirchner le permitió quedarse con las principales salas de juego en el país y asociarse con los españoles de Cirsa en los barcos casino de Puerto Madero.

López puso un pie en la provincia al comprar los Bingo de Los Polvorines, Pinamar y Olavarría a Aurelio Serra, socio de Daniel Mautone. Se supone que es para de un plan para luego "mudar" esas licencias de explotaciones de juego a plazas más atractivas como el Hipódromo de San Isidro, donde buscaría replicar el modelo de Palermo llenádolo de máquinas tragamonedas, si logra superar la cerrada resistencia del obispo local Jorge Casaretto. Un plan similar trabaja para Vicente López.

La expansión ahora se limitará al control de las apuestas online de la Lotería bonaerense, que aún controla Boldt pero ya hay una licitación abierta por Daniel Scioli en la que el funcionario de Loteria bonaerense Carlos Gallo habría redactado un pliego a su medida.

La movida indirectamente favoreció al otro jugador de peso en la provincia, la multinacional española Codere que avanza con el intendente Pablo Bruera en su plan para mudar su Bingo al Hipódromo de la ciudad de las diagonales, donde también planea instalar maquinitas

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