La titular de Madres de Plaza de Mayo, Hebe de Bonafini, declaró en la causa por los desvíos de fondos de la Fundación y dijo que los hermanos Sergio y Pablo Schoklender la defraudaron y que "se afanaron todo".
La titular de Madres de Plaza de Mayo, Hebe de Bonafini, dijo hoy que los hermanos Sergio y Pablo Schoklender "se afanaron todo" de la Fundación y que fue "traicionada y defraudada".
Bonafini declaró como testigo en la causa por el desvío de fondos de la Fundación y negó que manejara las cuentas bancarias a través de las cuales se hicieron los desvíos de fondo, además de que reconoció que firmó las actas de directorio sospechadas pero dijo que era Sergio Schoklender quien las confeccionaba y que ella confiaba en su contenido, informaron a DyN fuentes judiciales.
Durante tres horas y media Bonafini contestó preguntas del juzgado y de las defensas de los hermanos Schoklender, en una audiencia en la que no estuvo presente el juez Norberto Oyarbide y que encabezó el secretario federal Carlos Leiva.
La declaración comenzó con rispideces: Bonafini se negó a saludar a Pablo Slonimsqui, abogado de Pablo Schoklender, que le extendió la mano la titular de Madres: "Nada personal pero es el abogado de Pablo", dijo con una sonrisa un allegado a Hebe.
Fue una pregunta de Slonimsqui lo que disparó la respuesta más dura de Bonafini cuando fue consultada si el Estado Nacional demoraba los pagos de la construcción de viviendas.
"El Estado pagó bien pero tus defendidos se afanaron todo", le contestó la titular de Madres al abogado de Pablo Schoklender pero que no defiende a Sergio, quien es representado por la defensora oficial Perla Martínez de Buck.
Bonafini resaltó que conoció a Sergio Schoklender cuando éste estaba en la cárcel por el crimen de sus padres, donde entablaron una relación afectuosa en la que le dio el trato de un hijo y que confió en los proyectos que tenía pero que cuando se enteró de las irregularidades en la Fundación "traicionada y defraudada".
Agregó que a pedido de Sergio Schoklender le dio un poder de disposición y administración sobre los bienes de la Fundación para que los maneje.
La mujer, de 84 años, explicó que las actas del directorio las confeccionaba Sergio Schoklender y Patricio Alonso, secretaria administrativa de la Fundación, y que las firmaba sin conocer su contenido porque confiaba en ellos y que siempre se manejó así.
También sostuvo que Sergio y Pablo Schoklender y Alonso manejaban las cuentas bancarias de la Fundación sobre las que no tenía disposición.
Hubo un momento de confusión cuando Bonafini dijo que firmó un contrato millonario para construir viviendas con la empresa Meldorek, propiedad de Sergio Schoklender, cuando ella había manejado su rúbrica y una pericia determinó que era falsa.
La mujer volvió sobre sus dichos y aclaró que para la fecha que figura en el contrato no estaba en el país.
Por otra parte, le preguntaron sobre su hija, Alejandra Bonafini, quien está imputada en la causa, pero en el Juzgado no aceptaron la consulta porque el Código prohíbe la declaración ante una posible imputación a un hijo.
Bonafini, que no está imputada en la causa, inició la ronda de testimoniales de otras ocho Madres que citó Oyarbide hasta el 12 de marzo y que continuarán el jueves cuando deban presentarse María de las Mercedes Colas y Evel de Petini.
Los hermanos Schoklender y el contador Alejandro Gotkin fueron procesados y detenidos acusados de ser los líderes de una asociación ilícita que desvío a través de empresas fondos que el Estado le daba a las Madres para la construcción de viviendas sociales.
También fueron procesadas otras 44 personas como parte de esa asociación ilícita y Oyarbide le dictó la falta de mérito a 22 imputados, entre ellos Alejandra Bonafini, quien está acusada de comprar un departamento en La Plata con plata de Meldorek, compañía que usaba plata de las Madres.
En la causa fue citada a declaración indagatoria la ex ministra de Economía Felisa Miceli, actual colaboradora de las Madres, quien deberá presentarse el 4 de abril.
Bonafini declaró como testigo en la causa por el desvío de fondos de la Fundación y negó que manejara las cuentas bancarias a través de las cuales se hicieron los desvíos de fondo, además de que reconoció que firmó las actas de directorio sospechadas pero dijo que era Sergio Schoklender quien las confeccionaba y que ella confiaba en su contenido, informaron a DyN fuentes judiciales.
Durante tres horas y media Bonafini contestó preguntas del juzgado y de las defensas de los hermanos Schoklender, en una audiencia en la que no estuvo presente el juez Norberto Oyarbide y que encabezó el secretario federal Carlos Leiva.
La declaración comenzó con rispideces: Bonafini se negó a saludar a Pablo Slonimsqui, abogado de Pablo Schoklender, que le extendió la mano la titular de Madres: "Nada personal pero es el abogado de Pablo", dijo con una sonrisa un allegado a Hebe.
Fue una pregunta de Slonimsqui lo que disparó la respuesta más dura de Bonafini cuando fue consultada si el Estado Nacional demoraba los pagos de la construcción de viviendas.
"El Estado pagó bien pero tus defendidos se afanaron todo", le contestó la titular de Madres al abogado de Pablo Schoklender pero que no defiende a Sergio, quien es representado por la defensora oficial Perla Martínez de Buck.
Bonafini resaltó que conoció a Sergio Schoklender cuando éste estaba en la cárcel por el crimen de sus padres, donde entablaron una relación afectuosa en la que le dio el trato de un hijo y que confió en los proyectos que tenía pero que cuando se enteró de las irregularidades en la Fundación "traicionada y defraudada".
Agregó que a pedido de Sergio Schoklender le dio un poder de disposición y administración sobre los bienes de la Fundación para que los maneje.
La mujer, de 84 años, explicó que las actas del directorio las confeccionaba Sergio Schoklender y Patricio Alonso, secretaria administrativa de la Fundación, y que las firmaba sin conocer su contenido porque confiaba en ellos y que siempre se manejó así.
También sostuvo que Sergio y Pablo Schoklender y Alonso manejaban las cuentas bancarias de la Fundación sobre las que no tenía disposición.
Hubo un momento de confusión cuando Bonafini dijo que firmó un contrato millonario para construir viviendas con la empresa Meldorek, propiedad de Sergio Schoklender, cuando ella había manejado su rúbrica y una pericia determinó que era falsa.
La mujer volvió sobre sus dichos y aclaró que para la fecha que figura en el contrato no estaba en el país.
Por otra parte, le preguntaron sobre su hija, Alejandra Bonafini, quien está imputada en la causa, pero en el Juzgado no aceptaron la consulta porque el Código prohíbe la declaración ante una posible imputación a un hijo.
Bonafini, que no está imputada en la causa, inició la ronda de testimoniales de otras ocho Madres que citó Oyarbide hasta el 12 de marzo y que continuarán el jueves cuando deban presentarse María de las Mercedes Colas y Evel de Petini.
Los hermanos Schoklender y el contador Alejandro Gotkin fueron procesados y detenidos acusados de ser los líderes de una asociación ilícita que desvío a través de empresas fondos que el Estado le daba a las Madres para la construcción de viviendas sociales.
También fueron procesadas otras 44 personas como parte de esa asociación ilícita y Oyarbide le dictó la falta de mérito a 22 imputados, entre ellos Alejandra Bonafini, quien está acusada de comprar un departamento en La Plata con plata de Meldorek, compañía que usaba plata de las Madres.
En la causa fue citada a declaración indagatoria la ex ministra de Economía Felisa Miceli, actual colaboradora de las Madres, quien deberá presentarse el 4 de abril.
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