La Presidenta está bien pero la mantienen aislada de los temas de actualidad. Los médicos la protegen las 24 horas para que nadie le dé información sobre temas que puedan alterarla. Por esa misma razón tiene prohibidas las películas de acción y suspenso, y sólo ve sitcoms. Sigue la preocupación por la afección cardíaca.
Cristina Kirchner continúa su reposo médico en un clima de absoluto hermetismo y aislada de los temas de actualidad, a los que solo accede mínimamente y siempre bajo la autorización de sus médicos, que la controlan las 24 horas del día.
Las últimas informaciones indican que la Presidenta se encuentra bien y en plena recuperación de la intervención quirúrgica a la que fue sometida el 8 de octubre para evacuarle un hematoma subdural. Los funcionarios que hablaron sobre la salud de Cristina se mostraron esperanzados y hoy Sergio Urribarri afirmó que “está muy bien y ya lee todo”.
Fuentes consultadas a LPO dieron detalles acerca de los cuidados a los que es sometida la mandataria y de cómo son los días de Cristina en reposo absoluto.
Cristina está acompañada todo el tiempo por los médicos, que forman una especie de guardia pretoriana para evitar que nadie rompa el reposo estricto. Los doctores están especialmente alertas a los contactos que la mandataria tiene con los funcionarios que acceden a ella, que le pasan mínima información sobre la actualidad.
Pero los médicos también la vigilan de cerca cuando habla con personas que nada tienen que ver con el Gobierno. Las fuentes cuentan que Cristina está desesperada por saber qué está pasando en el país y presiona a todos para que le cuenten. Por eso mismo es que los profesionales están tan atentos.
De todos modos, la presidenta apenas tiene contacto con un reducido círculo de personas, que fueron quienes la informaron mínimamente sobre algunos temas de importancia, como el resultado de las elecciones. Cristina ordenó un acto con tono festivo en el búnker del Frente para la Victoria, pero después la volvieron a aislar de todo.
Claro que para eso tiene prohibido leer los medios escritos, escuchar programas de radio, o ver los canales de noticias y de aire. Obviamente, tampoco puede acceder a las redes sociales, de las que tiempo atrás se declaró fanática. Es por eso que Cristina pasa sus días entre libros, películas y series.
Sobre este último punto hay un dato llamativo y es que el equipo médico le prohibió que las películas y las series sean de acción o suspenso, ya que podrían alterarla emocionalmente y provocar una recaída en su tratamiento. Es por eso que Cristina pasa la mayoría de sus horas viendo sitcoms.
Este estricto cuidado para evitar alteraciones denota que para los doctores la principal preocupación es el problema cardíaco que surgió antes de la operación. En el último parte oficial afirmaron que “se excluyeron los riesgos”, pero también admitieron que “se detectó en forma intermitente un bloqueo de la rama de la conducción izquierda”.
Otro dato relevante es que, más allá de su desesperación por enterarse de qué pasa en el país, la presidenta ha cumplido a rajatabla con el tratamiento dispuesto por los profesionales de Fundación Favaloro ya que estuvo muy preocupada y con temor por su salud.
Las últimas informaciones indican que la Presidenta se encuentra bien y en plena recuperación de la intervención quirúrgica a la que fue sometida el 8 de octubre para evacuarle un hematoma subdural. Los funcionarios que hablaron sobre la salud de Cristina se mostraron esperanzados y hoy Sergio Urribarri afirmó que “está muy bien y ya lee todo”.
Fuentes consultadas a LPO dieron detalles acerca de los cuidados a los que es sometida la mandataria y de cómo son los días de Cristina en reposo absoluto.
Cristina está acompañada todo el tiempo por los médicos, que forman una especie de guardia pretoriana para evitar que nadie rompa el reposo estricto. Los doctores están especialmente alertas a los contactos que la mandataria tiene con los funcionarios que acceden a ella, que le pasan mínima información sobre la actualidad.
Pero los médicos también la vigilan de cerca cuando habla con personas que nada tienen que ver con el Gobierno. Las fuentes cuentan que Cristina está desesperada por saber qué está pasando en el país y presiona a todos para que le cuenten. Por eso mismo es que los profesionales están tan atentos.
De todos modos, la presidenta apenas tiene contacto con un reducido círculo de personas, que fueron quienes la informaron mínimamente sobre algunos temas de importancia, como el resultado de las elecciones. Cristina ordenó un acto con tono festivo en el búnker del Frente para la Victoria, pero después la volvieron a aislar de todo.
Claro que para eso tiene prohibido leer los medios escritos, escuchar programas de radio, o ver los canales de noticias y de aire. Obviamente, tampoco puede acceder a las redes sociales, de las que tiempo atrás se declaró fanática. Es por eso que Cristina pasa sus días entre libros, películas y series.
Sobre este último punto hay un dato llamativo y es que el equipo médico le prohibió que las películas y las series sean de acción o suspenso, ya que podrían alterarla emocionalmente y provocar una recaída en su tratamiento. Es por eso que Cristina pasa la mayoría de sus horas viendo sitcoms.
Este estricto cuidado para evitar alteraciones denota que para los doctores la principal preocupación es el problema cardíaco que surgió antes de la operación. En el último parte oficial afirmaron que “se excluyeron los riesgos”, pero también admitieron que “se detectó en forma intermitente un bloqueo de la rama de la conducción izquierda”.
Otro dato relevante es que, más allá de su desesperación por enterarse de qué pasa en el país, la presidenta ha cumplido a rajatabla con el tratamiento dispuesto por los profesionales de Fundación Favaloro ya que estuvo muy preocupada y con temor por su salud.
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