Ricardo Alfonsín y Margarita Stolbizer, diputados nacionales de la UCR y el FAP, concuerdan en esta frase, que anticipa los planes del FPCyS. En un mano a mano con La Tecla, hablan de todo
Los dos diputados nacionales, él del radicalismo, ella jefa del GEN (y partícipe del FAP con los socialistas), se han conformado como pareja electoral desde las legislativas pasadas, aunque se conocen desde hace mucho tiempo.
La confianza se les nota en las contradicciones, las diferencias que se permiten de forma espontánea y, también, en el cariño evidente que se profesan. El inicio de la charla lo dispara la pregunta inevitable: el futuro del frente electoral que los confirmó en el Congreso.
-¿Cómo van a hacer para sostener el acuerdo del Frente Progresista, Cívico y Social cuando hay experiencias anteriores de muchas internas?
Ricardo Alfonsín: -El acuerdo definitivo se celebró antes del 2013; nosotros hoy manifestamos nuestra decisión de continuar trabajando, no sólo en la provincia de Buenos Aires, sino en el resto del país, para que se transforme en un frente nacional.
Ya se ha constituido en dieciséis provincias de la Argentina, con distintos nombres pero en dieciséis provincias. Lo que hay que hacer ahora es nacionalizar al frente provincial y anunciarle a la sociedad que existe un nuevo actor político y social que es el Frente Progresista.
Margarita Stolbizer: -Nosotros no vemos ninguna dificultad; el acuerdo nuestro, el año pasado trascendió lo electoral. Durante todo el año manifestamos que no nos abocábamos solamente a la competencia del mes de octubre, y hoy tenemos muy claro que el tiempo que se viene es de cambios.
Vemos que en 2015 va a haber un nuevo gobierno a nivel nacional y un nuevo gobierno a nivel provincial, y sabemos que la mayor fortaleza nuestra es la unidad de todos los partidos que integran este frente, y la ampliación de este frente, para que sea, además, la expresión de muchos más ciudadanos. En eso trabajamos, en la consolidación e institucionalidad de lo que somos y la ampliación del frente como opción electoral válida para ser gobierno.
-Alfonsín, es evidente que el radicalismo tiene una situación interna por resolver, hay por lo menos dos candidatos a Presidente…
RA: -Sí, eso puede ser interpretado como una buena señal, en el sentido de que es difícil que haya varios candidatos cuando la fuerza no tiene demasiadas posibilidades de disputar el poder en serio. Pero me parece que discutir esto ahora es poner el carro delante del caballo. Creo que primero nosotros tenemos que formalizar el frente. Obviamente, es imposible hablar de candidatos si el frente no está constituido, y para eso debemos definir prioridades, algunas propuestas fundamentales con las que enfrentaremos esas prioridades, definir un rumbo a tomar si fuéramos gobierno, y a partir de allí salir a convocar a otros factores sociales que podrían acompañarnos para que, en un proceso muy participativo, puedan también discutir las propuestas que finalmente el frente ofrezca a la sociedad.
MS: -Que el frente tenga muchos candidatos es una señal de la fortaleza que tiene. Primero porque tenemos muchas personas en condiciones de hacerse cargo de presidir la Argentina, y después, como decía Ricardo, porque la posibilidad de llegar al gobierno es muy cercana. Siempre hay dos caminos: el acuerdo político es el mejor mecanismo para eso, pero si no, tenemos una ley que establece cuál es la fórmula legal de resolución del conflicto de las candidaturas. Tal cual lo plantea Ricardo, hay que institucionalizar el frente y darle una base programática, para que el eje del acuerdo no sean las candidaturas o los lugares en las listas sino que sea un programa de gestión de gobierno en el cual nos comprometemos.
-¿No consideran que la interna del radicalismo podría, en alguna medida, afectar la constitución de todo el frente?
RA: -Para nada, al contrario. Si yo fuera uno de los partidos del frente, me vendría bien que otros de los partidos dividieran su electorado (en las internas). La interna abierta ha resuelto muchos problemas que existían antes, que tenían que ver con el hecho de que algunos partidos tienen desarrollo territorial y otros no. Hoy, para los ciudadanos, ese tipo de inconvenientes ya no pesa, la interna abierta, en este caso es un instrumento excelente para avanzar en la consolidación de frentes.
-Stolbizer, ustedes en el FAP ya tienen un precandidato, que es Hermes Binner. ¿Cómo juega esto con los candidatos que se están gestando desde la UCR?
MS: -Cada uno trabajará con su candidato. Es muy bueno, además, que todos estén hoy, que hagan campaña, que la gente los conozca. Y después, como el que tiene la posibilidad de elegir es el ciudadano cuando vota, es ahí donde se termina dirimiendo, y ése es el candidato y el resto se alineará atrás; nada lo impide. Personalmente creo necesaria una modificación de la ley de partidos políticos, que actualmente obliga a la presentación en las PASO de fórmulas cerradas; creo que es un error, porque les corta la posibilidad a los partidos de articular fórmulas mezcladas. En concreto: creo que Binner debe ser acompañado por alguien del radicalismo, y el radicalismo necesita un compañero de fórmula, para quien sea candidato, que no sea de su partido. El acuerdo de partidos es el que debe determinar cómo se integra la fórmula. Nosotros traíamos una experiencia cuando se hizo la Alianza en el ´99, donde compitieron Fernando de la Rúa y Graciela Fernández Meijide. Después de la elección ella fue a la provincia de Buenos Aires y De la Rúa integró la fórmula con “Chacho” Alvarez. Uruguay funciona de esa manera: Mujica y Astori compitieron y después hicieron juntos una fórmula fuertísima para competir por la presidencia. Algo así es lo que nosotros deberíamos estudiar.
-Ustedes son diputados nacionales, ¿van a plantear esta modificación en el Congreso?
RA: -Sí, sí. Ya hemos estado conversando de eso con distintas dirigencias. Pero además hay que avanzar en otras reformas: la boleta única, el voto electrónico. Si hubiera acuerdo con el oficialismo -no creo que lo consigamos- deberíamos establecer una suerte de presupuestos básicos para los regímenes electorales, para no invadir competencias de las provincias. Tenemos que terminar con la ley de lemas, que es una vergüenza, y que existe en Santa Cruz y en La Rioja, dos provincias donde la política no funciona demasiado bien. La ley de reforma política aseguró a los partidos igualdad de tratamiento en la publicidad…
MS: (Interrumpe) -La gran mentira de la ley.
RA: -Está bien, pero, por lo menos, en televisión garantiza los mismos espacios. Pero yo creo también que una de las variantes de la publicidad es la encuesta. Muchas encuestas tienen ese rol, entonces deberíamos preguntarnos si no se le debería asegurar a cada partido la posibilidad de contar con un encuestador.
-¿Usted ve a la encuesta como una forma de publicitar un candidato?
RA: -Se utilizan así. Si le pudiéramos garantizar a cada fuerza política la posibilidad de contar con un encuestador, se terminarían algunas cosas. Y que todos vayan a un programa de televisión y expongan to-dos sus números y expliquen por qué tienen cifras tan diferentes. Porque es increíble que la misma tecnología dé un resultado para uno y todo lo contrario para otro. Raro eso, ¿no?
-Pero ustedes también han contratado encuestas.
MS: -No mucho. En realidad, a lo que se refiere Ricardo es que la encuesta termina operando como una herramienta de estrategia electoral, entonces, los medios de comunicación empiezan a instalar un mes antes que el candidato que gana es éste, y eso, lógicamente, termina induciendo el voto.
RA: -Sobre todo en un escenario electoral como el que ocurrió antes, en el que una muy cantidad de electores terminó por elegir por ahí no a quién más le gustaba sino a quién le podía ganar al Gobierno. Por supuesto, el partido político que contaba con el poder de instalar esa idea en la sociedad, la idea de que era el único que le podía ganar, tenía una ventaja extraordinaria.
-Hablaban recién de los espacios televisivos que les otorga ahora la ley. Ustedes, que lo vivieron el año pasado, ¿creen que esto no terminaba de resolver la posibilidad de mostrar a los candidatos?
MS: -Por supuesto. Primero que nada porque el criterio de los espacios de publicidad no es un criterio que permita a ningún candidato expresar sus ideas en los veinte segundos que tiene la publicidad que le asignan. Uno termina instalando una imagen, un gesto, una frase. Tal vez sería mejor acumular, concentrar, y tener diez minutos para expresar una propuesta política. Pero a lo que me refería con relación a la trampa que significaría esto es lo que queda por afuera. Para nosotros, durante toda la campaña electoral, la competencia fue casi imposible, porque los grandes medios de comunicación, los oficialistas o los que estaban sosteniendo la candidatura de Massa, definían el apoyo a un candidato. Entonces a nosotros nos invitaban a los programas de cable a las once de la noche y Massa paseaba por los canales de aire de la mañana a la noche. Eso le brinda al candidato una posibilidad de perforar determinados sectores sociales, fundamentalmente del Conurbano, que nosotros no tenemos. ¿Cómo se llega a que se conozca un candidato? ¿Cómo se le llena la cabeza con un candidato, diciendo “éste es el mejor, el que gana”, y el muchacho éste, mientras nosotros recorríamos la Provincia en un esfuerzo físico terrible, jugaba ping pong con Maru Botana y Sergio Lapegüe el sábado en el programa central de canal 13? ¿Cómo competís contra todas esas cosas?
RA: -La política es opinión pública, es comunicación. Tenemos que hacer una discusión profunda con ello, aunque la gente crea que son cuestiones lejanas, que le interesan a los políticos y nada más. Lo que pretende un candidato en una elección es que la mayor cantidad de ciudadanos opine mejor de él que del otro postulante. ¿Y cómo hacés para que todos puedan llegar a la gente de igual forma?. Con la militancia sólo no alcanza, es una tarea importantísima, pero no es suficiente. Sólo con la militancia tradicional no alcanza, tenemos que imaginar nuevas formas de actividad política para poder compensar esas diferencias a las que aludía Margarita. Y estoy seguro de que en la próxima elección vamos a poner a prueba experiencias nuevas que nos van a resultar muy útiles.
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