Muchos kirchneristas comenzaron a tomar distancia del gobierno nacional tras la derrota electoral de las primerias y la inminente caída
En el ambiente de la navegación se sabe que cuando las ratas se lanzan al mar es porque el naufragio es inminente, ya que esos roedores tienen un especial sentido para predecir las debacles antes de que sucedan. En los últimos meses, desde antes de las PASO y con mayor intensidad después de conocerse el resultado de los comicios del 11 de agosto, abundan las deserciones del kirchnerismo. Pero también están los que están tomando distancia de forma paulatina, tomando carrera para poder pegar el salto. Entre estos últimos casos llaman la atención principalmente dos personales, reconocidos por la incondicionalidad y vehemencia con la que defendían al “modelo” hasta hace pocos días atrás. Uno es el diputado nacional Carlos Kunkel, que recién después de más de diez años de gobierno K en los que fue uno de sus principales defensores reconoció: “No soy kirchnerista, soy peronista”. Otra es la dirigente piquetera Milagro Salas, líder de la Tupac Amaru en Jujuy, una fuerza de choque K.
La semana pasada, Salas descargó su bronca contenida: “Lo que importa es que hemos tomado conciencia, que si tocan a un laburante, tocan a un sindicalista, a un compañero, vamos a estar al lado de ellos y no nos calienta qué color de bandera tenga. Y no nos calienta un culo (sic) si es kirchnerista o no. Que se vaya a la mierda el kirchnerismo". Un día después, la líder de la Tupac Amarú dijo que "no tiene motivo para escupir el plato que dio de comer desde 2003". Nunca mejor el dicho: “no aclares, que oscurece”. Gracias a ese plato, que siempre estuvo lleno de fondos públicos que aportamos todos los ciudadanos que pagamos los impuestos, Salas logró formar una organización de militantes rentados que insume un presupuesto equivalente al que tiene el Estado de Jujuy. Eso no es todo: tendría a su disposición al menos unas 300 armas registradas solo a nombre de ella en el RENAR, según revelaron informes periodísticos de Jujuy.
Saltimbanqui K
En el caso de Kunkel, el ahora diputado nacional fue el jefe de la Juventud Peronista (JP) de La Plata en los años setenta y un referente de la Federación Universitaria para la Revolución Nacional (FURN), que participaba de la organización guerrillera Montoneros, responsable de muchos de los crímenes cometidos en las décadas del sesenta y setenta y expulsados por Perón de Plaza de Mayo.
Los K hicieron difundir la leyenda que, en esa época, Kunkel era el jefe político de Néstor Kirchner y Cristina Fernández. La realidad es que tanto Néstor, como Cristina, eran ilustres desconocidos en La Plata durante los años ’70. Por eso, tras el golpe del 1976, mientras los verdaderos militantes se exiliaban, ellos no tuvieron inconvenientes en radicarse en Santa Cruz con el único fin de hacer negocios infames, como fue quedarse con propiedades de deudores hipotecarios a precio vil.
Familiares en el Estado
En democracia, Kunkel apareció en los primeros planos de la escena política gracias a Néstor Kirchner, con quien mantuvo una estrecha relación de amistad. Ello le permitió, por ejemplo, poner a dedo en la lista de legisladores provinciales de la Tercera Sección a su esposa, Cristina Fioramonti, quien actualmente es la jefa del bloque de senadores del Frente para la Victoria en la Legislatura bonaerense.
También ubicó a distintos familiares en distintos cargos del Estado. Por ejemplo: Enrique Kunkel (sobrino) desempeña funciones en la coordinación provincial de la Secretaría de Derechos Humanos de La Plata; Luis Kunkel, si bien vive en Mendoza y construye cabañas, aparece en la planilla de empleados permanentes de la Cámara de Diputados; Daniel Kunkel (hijo) que, si bien no tiene un cargo fijo en la actualidad, fue concejal de Florencio Varela, luego ocupó un puesto en Medio Ambiente y, por último, en el Ministerio de Seguridad durante la gestión de Nilda Garré.
Kunkel también criticó a una de las otrora defensoras incondicionales de la presidenta, la diputada Diana Conti, que había propuesto antes de las PASO una “Cristina eterna”. Según Kunkel su compañera de bloque hizo esa propuesta porque “ella es del Frente Grande, yo hablo del Partido Justicialista”. Pero, la misma Conti cambió su discurso después de la derrota electoral y reconoció que se acabó la posibilidad de una “Cristina eterna” y esa frase “ahora la reemplazo por políticas eternas”. Es decir, una impresentable con todas las letras.
Exodo masivo desde el kirchnerismo
No solo los intendentes se están yendo del kirchnerismo, también muchos legisladores provinciales, concejales y referentes peronistas de distintos distritos de la provincia. En los últimos días hubo pases masivos en el Senado bonaerense y en los concejos deliberantes de La Plata, Morón y hasta de Lomas de Zamora, donde gobierno el primer candidato a diputado por el kirchnerimo Martín Insaurralde y además es el pago chico del vicegobernador Gabriel Mariotto. También se pasó el titular del PJ de Tandil, entre otros dirigentes peronistas de la Provincia.
En la Legislatura bonaerense el éxodo se comenzó a vivir en el Senado, donde los pases del bloque del Frente para la Victoria a la nueva bancada massista del Frente Renovador le hicieron perder la mayoría automática al oficialismo, lo dejaron en minoría en varias comisiones claves y también le impidieron sesionar la semana pasada.
Ya son ocho los senadores que dejaron el bloque del FpV, que se sumaron otros seis de otras bancadas. Desde las filas del frente del intendente de Tigre aseguran que podrán ser más en los próximos días. También se entusiasman con “sacarle” diputados al kirchnerismo en la Cámara baja, donde el Frente Renovador sumará por lo menos tres diputados K pero podrán ser más en los próximos días.
Esto no significa que Massa, que fue jefe de Gabinete K hasta 2009 y en sus listas hay kirchneristas que aplaudían a la presidenta hasta hace pocos meses, pueda ser una alternativa real de cambio. Por el contrario, dado que la gente esta votando masivamente en contra del gobierno, el intendente de Tigre corre riesgo de terminar, luego de los comicios, como Francisco de Narváez tras los comicios de hace 4 años. En aquella ocasión, el Colorado le ganó a Néstor Kirchner pero como el voto que consiguió también apuntaba a un rechazo gubernamental, y no supo construir una alternativa política creíble, difícilmente llegue al 10% de los sufragios en octubre.
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