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jueves, 21 de marzo de 2013

Ahora Cristina reconoce la inflación y amenaza con abrir las importaciones



La presidenta anunció que buscará prolongar el acuerdo de precios con los supermercados y advirtió que si no cumplen con esa medida combatirá el alza de precios con importaciones. Es la primer definición -de corte neoliberal- que ofrece luego de la cumbre que mantuvo anoche con el equipo económico.
Ahora Cristina reconoce la inflación y amenaza con abrir las importaciones
Cristina Kirchner en el acto en la Casa Rosada.
Cristina Kirchner sorprendió esta noche al amenazar a los productores de alimentos y supermercados con abrir la importación para forzar una baja de los precios. La definición contradice abiertamente la política económica y el discurso del último año que se centró en cerrar las fronteras para "proteger el trabajo" y la producción.

La Argentina sufrió incluso por esa decisión que implementó el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, denuncias en la OMC y golpeó además a distintos sectores productivos que por las trabas aduaneras no lograron importar insumos básicos para su actividad.

Esa inflexibilidad fue borrada esta noche de un plumazo por la propia Presidenta, quien no dudó en amenazar con una receta del más rancio neoliberalismo.

"Si es necesario tomar medidas y hacer una apertura de determinados productos porque quienes los venden hacen ejercicio monopólica, veremos si no hacemos más flexible la importación", afirmó la Presidenta.

Su discurso fue muy esperado porque luego de la cumbre que mantuvo anoche con todo el gabinete económico, en medio de la crisis por la disparada del dólar, se esperaba acaso un anuncio o una definición.

Lo que no está claro es si su frase de hoy -que incluye un implícito pero muy contudente reconocimiento del problema de la inflación-, fue apenas una amenaza a los supermercados o la primera señaln de un giro de mayor calado a políticas económicas más ortodoxas.

Cristina habló al encabezar un acto en Casa de Gobierno en el que entregó nuevos certificados de créditos del plan de viviendas Procrear. Pero luego de su explosiva afirmación se cuidó de aclarar que en caso de que finalmente se abra el ingreso de determinados productos "los importadores no se froten las manos porque no se van a quedar con la diferencia".

Insinuó además algo que ya es un secreto a voces: que el Gobierno buscará extender los acuerdos d eprecios que selló Moreno. Dijo que "después del día 61", cuando venza el congelamiento, "nos vamos a sentar a dialogar con empresarios y dirigentes sindicales".

Además reveló que "una importante cadena de supermercados" le informó que después de "disminuir muy fuerte los gastos de publicidad" tras la quita de las publicidades en los diarios, consiguió no sólo un aumento en sus ventas sino también "un aumento significativo en el margen de rentabilidad".

Y blanqueó la "rabia y bronquita" que le producen los precios que establecen las firmas lácteas que cubren el Gran Buenos Aires y Capital, ya que "son sólo dos empresas para 19 millones de personas que cuando Kirchner llegó al Gobierno estaban a punto de quebrar". En obvia referencia a La Serenísima y Sancor, ambas ayudadas en su momento por el Estado nacional.

"Tenemos que entender que la rentabilidad se da por volumen, no por precio", advirtió, al tiempo que remarcó que "para producir más, con la capacidad instalada que tenemos alcanza", por lo que instó a "mantener el nivel de inversión en planta de trabajadores e insumos".

"Vamos a hacer las cosas de manera tal para poder seguir creciendo, creo que son inteligentes y van entender, sino vamos a hacer todo lo posible para que entiendan", amenazó, en un discurso que prefirió centrarse en la inflación y evitó mencionar la disparada del dólar blue.

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