El Ministro de Interior y Transporte, Florencio Randazzo, desde hace un tiempo busca encontrar la manera elegante de alejarse del Gobierno Nacional. Entiende que el modelo está agotado y no quiere quedar pegado con su caída
Desde su círculo íntimo aclaran, que si no se va ahora, es muy difícil que tenga chances de seguir en la política grande, salvo que gane Daniel Scioli la presidencia, donde su grado de amistad le permitiría tener algún lugar de privilegio para continuar en la gestión publica.
Lo cierto es que el Ministro del Interior y Transporte no hace campaña política en la provincia de Buenos Aires para el candidato a diputado Martín Insaurralde, a pesar de los varios llamados que tuvo de sus laderos seccionales.
Siempre argumentó que estaba muy ocupado con el tema de los ferrocarriles, que no tenía tiempo que perder. La consecuencia lógica, desapareció de la escena política.
En su entorno más cercano quieren minimizar las fotos con Luis D´Elia, Carlos Kunkel, Diana Conti y Guillermo Moreno. No quiere dejar rastros para el futuro, por eso en sus declaraciones públicas el ministro solo habla de gestión de su ministerio y no de defensa del modelo kirchnerista.
Comenzó su intención de alejarse del gobierno con una andanada de críticas contra el vicepresidente Amado Boudou, tratándolo de “impresentable” ante cuanto auditorio pudiera escucharlo.
Este ataque no causó el efecto esperado, y decidió pegarle directamente el corazón kircherista y enfrentarse con el súper ministro Julio De Vido.
Empezó con una estrategia de desgaste y criticas toda reunión publica y privada que tuvo la oportunidad. De Vido sintió el golpe y contraatacó con el Gremio de la Fraternidad.
Esto generó que en febrero de 2013 la presidenta Cristina Fernández de Kirchner se enojara y mucho con las críticas que por lo bajo hacía el Ministro Randazzo. No era para menos. Estaban dirigidas a los manejos presidenciales.
Estas críticas las hacía deslizar a la prensa para que provocaran el enojo presidencial y su tan anhelada salida. Pero otra vez no tuvo el efecto esperado, porque Zannini salió a calmar las aguas y contuvo el malestar de CFK.
Decidido a diferenciarse del manejo Kirchnerista tras la tragedia de ONCE envió un mensaje a los familiares: “El gobierno está colaborando para que la justicia llegue a las últimas consecuencias”.
Vale recordar que en Marzo corrió la versión de la renuncia de Randazzo, que desmintió el Jefe de Gabinete Juan Manuel Abal Medina, por los trascendidos no confirmados de que el Ministro del Interior había sido el funcionario que filtró a la prensa todos los datos contra Boudou por el caso Ciccone.
En tanto, en los primeros días de septiembre el Ministro salió a criticar muy duramente a Omar Maturano, secretario general del gremio de la Fraternidad, y expresó que si no conseguía reformar el sistema ferroviario podría presentar su renuncia.
Es evidente que el hombre de Chivilcoy olvidó sus propias palabras cuando manifestó que “el que renuncia debe irse” refiriéndose a Hugo Moyano, cuando se alejó de su cargo en el Consejo del Partido Justicialista provincial.
Ahora embistió nuevamente contra el Ministro De Vido, acusándolo de ser el artífice de todas las trabas que desde el gremio de la Fraternidad le vienen poniendo a la gestión de Randazzo en transporte, que en los hechos resultan ciertas.
El objetivo del ministro es irse del gobierno, pero con el salvoconducto de no quedar como el artífice del desmanejo general existente en el sector del transporte nacional.
El tiempo dirá, pero las críticas del ex felipista a sus pares continuarán incrementándose, y la utilización de su arma predilecta la filtración de información a la prensa, su ausencia en la campaña provincial, seguirán siendo notoria, esperando el momento oportuno para encontrar una salida decorosa.
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